La primera tiene que ver con el golpe económico que nos tiene con un precio del dólar en 24 pesos y un precio del petróleo en 18.78 dólares por barril, cuando se esperaba un precio de 49 pesos en el PEF 2020. La falta de responsabilidad y las ocurrencias de la 4ª T nos tienen sumidos en una crisis económica, cuyas consecuencias empezamos a ver ya en la vida cotidiana de los mexicanos y, sobre todo, de los mexicanos más humildes, los que apenas tienen para vivir al día. Efectivamente, dejar de hacer el aeropuerto de Texcoco para hacer el de Santa Lucía; el empecinamiento por hacer la refinería de Dos Bocas; el tren maya que es un proyecto económicamente inviable; la cancelación del Seguro Popular, la cancelación de ayudas a las personas con padecimientos graves como el cáncer; la no licitación del 70% de los medicamentos que debían adquirirse para el sector salud; la cancelación de las estancias infantiles y del Ramo 23 destinado a obra pública; entre otras cosas, son el reflejo de un gobierno que tiende más hacia la ineptitud que hacia la sabiduría. ¿La votación de más de 30 millones significó una "Patente de Corso" al gobierno de la república para hacer esto de México? ¿Por eso votaron los mexicanos? ¿Acaso ya salimos de la pobreza y se está cumpliendo eso de que "por el bien de México, primero los pobres"? Pues no, todo lo contrario. No hay empleo, suben los precios de las mercancías y con ello se reduce la capacidad adquisitiva de los ingresos, sean por su trabajo o sean por el apoyo que le llegue a dar el gobierno, quien por cierto NO ha dado el apoyo que prometió a quienes prometió en tarjetitas y de manera individual.
La segunda es una próxima crisis de salud, pues el gobierno minimiza el problema del Coronavirus. El propio presidente de la república se contradice con lo dicho por él mismo 2009 en Guadalajara: "lo que tenían que haber hecho, si había problemas, pues tenían que haber detectado quienes estaban afectados; hacer un cerco sanitario, detectar a los enfermos y analizar, darle seguimiento, ver si se iba a propagar, si se iba a convertir en una epidemia, en una pandemia; eso es lo que se hace. No que lo que hicieron fue generar miedo, pánico, afectaron loa economía del país, el comercio, el turismo; afectaron psicológicamente a la gente y, lo pero, también, nos crearon una imagen en el extranjero como nunca se había tenido, nunca México había tenido tan mala imagen en el extranjero como ahora, los mexicanos estamos como apestados en el extranjero...". ¿Entonces? ¡Qué lamentable incongruencia del señor presidente! Su subsecretario de salud, López-Gatell Ramírez, por un lado, recomendando a los mexicanos no abrazarse ni besarse ni saludarse y el presidente Andrés Manuel López Obrador, acto seguido, abrazando, besando (mordiendo) a una niña y saludando, enviando el mensaje contrario y, finalmente, el mismo subsecretario López-Gatell Ramírez diciendo que el presidente no transmite Coronavirus, sino "fuerza moral". ¿Qué es eso?
Debemos estar preocupados porque el sector salud NO tiene las condiciones en México para atender una pandemia y preocupa grandemente la forma en la que la 4ª T minimiza el problema. Si entonces, como dijo López Obrador, "nunca México había tenido tan mala imagen en el extranjero", ahora, ante esta crisis, ¿cómo nos ve el mundo? Peor. No es casual que la Organización Mundial de la Salud, OMS, haya dicho que esta pandemia no debía tomarse a juego, en clara referencia o alusión a la falta de seriedad del presidente de México ante la crisis del Coronavirus. El doctor Andrés Palomar Lever, en entrevista de radio, uno de los mejores neumólogos del país, señaló que México NO tiene las condiciones para atender una crisis de gran tamaño, si no tomamos medidas enérgicas y oportunas, pues si nos comparamos con Italia, estamos peor. En México, según el doctor Palomar, habrá 1000 neumólogos, es decir, uno por cada 130 mil habitantes. Como se ve, la cosa es grave y no hay camas suficientes ni ventiladores en el sector público ni en el privado para atender una crisis de graves consecuencias.
A esta crisis se agrega una tercera: la de la falta de sensibilidad política por parte del gobierno del estado de México en virtud de que se corre el riesgo de que los campesinos mexiquenses organizados en el Movimiento Antorchista caigan en hambruna, de no recibir a tiempo el apoyo del subsidio del fertilizante que desde hace 12 años han logrado para bien de ellos y de sus familias. Con base en nuestros derechos constitucionales, fuimos 25 mil a la ciudad de Toluca a ser atendidos por el Gobernador y no nos recibió, por el contrario, nos recibió un piquete de policías y una suma de cercas protectoras, como si fuéramos vándalos o delincuentes. Mensaje: no les vamos a atender y así fue. Nos turnaron con un director de Sedagro, ni siquiera con la secretaria del ramo. Asimismo, el día de la marcha salió un comunicado alusivo al apoyo al campo en el que el gobierno del Estado de México recibiría, persona por persona, tal vez siguiendo el mal ejemplo del gobierno federal en torno a no tener relación con organizaciones, para que metieran sus papeles y les dieran fertilizante; sin embargo, los campesinos de Antorcha, haciendo caso a ese comunicado y cumpliendo con los requisitos de las reglas de operación, que son públicas, asistieron a la Sedagro y la respuesta fue un golpe con puerta en las narices de los trabajadores del campo. En otras palabras, ni organizados ni en lo individual les darán fertilizante. Entonces, a esta crisis de falta de sensibilidad del gobierno estatal se sumará la crisis de hambre que han de provocar la negativa de atención a los mexiquenses organizados en el Movimiento Antorchista.
Finalmente, la crisis dictatorial en Puebla, pues resulta que el gobernador toda vez que no encuentra manera de castigar a los "antorchistas", modifica las leyes para buscar inculparles; sin embargo, nuevamente el gobierno de Miguel Barbosa comete un grave error, el mismo que en el Estado de México y que consiste en creer que cerrarle la llave de los recursos o poner leyes a modo para castigos "ejemplares" a los antorchistas afectan a los líderes, pero se equivocan rotundamente: afectan a los transportistas, a los trabajadores más humildes de Puebla.
Como conclusión, a las crisis hay que abordarlas con energía y con las precauciones correspondientes; con medidas concretas y con acciones contundentes; con medidas de corto, mediano y largo plazos; sin embargo, vemos una actitud burlona y ridícula; una actitud insensible y dictatorial, razón por la cual el pueblo debe comprender que no debe seguir dejando el poder en manos ajenas a las suyas, sea la corriente política que sea; que ha llegado la hora de que el poder pase a manos del propio pueblo, a manos de los humildes, a manos de los más desprotegidos de México y el proyecto que ha construido ese poder popular es el proyecto del Movimiento Antorchista.
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