El pasado 5 de abril, en Tecomatlán, Puebla dio inicio la XXI Espartaqueada Cultural Nacional, misma que concluirá el día 13 de abril. Se trata de un encuentro cultural de 9 días en el que alrededor de 25 mil aficionados a las bellas artes de todo el país, mujeres y hombres, desde niños hasta jóvenes y adultos participan en danza, baile, poesía, música y oratoria, sin ningún interés material o comercial de por medio.
A los participantes sólo se les entregan diplomas y a los ganadores modestas medallas, que no son de metales preciosos, pero, los artistas las guardan como lo más valioso de su carrera de artística. Sin el afán de exagerar, los concursantes acuden a participar, a la también conocida como la Atenas de la Mixteca, por amor al arte porque están convencidos de la importancia de la actividad cultural para transmitir los mejores sentimientos y a través de sus interpretaciones, contribuir en la formación de seres humanos nuevos, más sensibles y aguerridos dispuestos a luchar por un mundo mejor y más justo.
Las Espartaqueadas Culturales se realizaron por primera vez en 1985. Durante las cuatro décadas de su existencia, la participación ha crecido en cada edición, haciéndose cada vez más masiva. Hoy en día, este encuentro cultural, ya es el evento popular no gubernamental más grandes del país. Hasta el momento, en ninguna parte de la República Mexicana existe una movilización popular similar que sea independiente, no impulsada por intereses comerciales relacionados con la actividad artística.
Los asistentes, además de prepararse durante meses, ensayando ya sea un cuadro folclórico, una danza, una canción o poesía después de regresar de su trabajo o estudiar, se dan tiempo para realizar actividades económicas desde colectas públicas, organizar kermeses, rifas, entre otras para recabar fondos y poder adquirir vestuario, instrumentos, alimentos, entre otros gastos y, finalmente, trasladarse al encuentro cultural, recorriendo cientos, incluso miles de kilómetros con el fin de hacer una buena presentación y poner en alto el nombre de su estado.
Jalisco no es la excepción. El antorchismo jalisciense, aparte de invitar y organizar a niños y jóvenes para que participen en canto, poesía y baile folclórico, invitó a campesinos y colonos de diferentes municipios del interior del estado y del Área Metropolitana de Guadalajara para conformar un coro y una poesía coral. Los antorchistas se reunieron durante varios días para ensamblar los grupos y ensayar, sacrificando horas y días de descanso.
Todo esto es posible debido a que el trabajo cultural antorchista tiene el propósito de generar la unificación del pueblo y combatir el individualismo impulsado por el imperialismo norteamericano, que deja indefensos a los países más débiles, a los que humilla y atropella y por eso hay que luchar contra él.
Todos los hombres que pertenecen a la misma clase social tienen los mismos sufrimientos y por eso están obligados a unirse y defenderse, sólo así se podrán resolver los graves problemas sociales. En el capitalismo, se cultiva la idea de que lo que vale es el éxito y bienestar individual de cada quien, aunque sea a costa del bienestar de los demás. Esto es egoísmo exacerbado pensado para disolver organizaciones sociales, en especial al Movimiento Antorchista, para hacer que los que tienen los mismos males no se identifiquen, no se unan y se defiendan como un solo hombre.
Debemos tener claro que cada uno de nosotros no podrá vivir sin los demás. El hombre no puede vivir solo, por eso se tiene que valorar lo social, la unidad, la solidaridad entre los que padecen lo mismo. Las Espartaqueadas Culturales nacionales que organiza Antorcha no solo son puro goce visual, sirven para unificar al pueblo de México y hacer frente a la influencia de la cultura del individualismo que quiere imponernos el imperialismo norteamericano para apoderarse de nuestros recursos.
El trabajo cultural de Antorcha es una herramienta para generar la unificación del pueblo trabajador. De esta manera se puede fortalecer las filas del antorchismo en todo el país, pues es la verdadera cultura sirve para educar y organizar a los trabajadores y ya concientizados y organizados tomen bajo su control el poder político de la nación para hacer una patria más justa y próspera en beneficio de todos.
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