MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Trump, la izquierda y AMLO

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El pasado 4 de julio al conmemorar el aniversario de la Independencia de los Estados Unidos (E.U.), Donald Trump dijo que: "los héroes estadounidenses vencieron a los nazis, destronaron a los fascistas, derribaron a los comunistas, salvaron los valores estadounidenses, defendieron los principios de Estados Unidos y persiguieron a los terroristas hasta los confines de la Tierra". Y después de recordarnos lo que ha hecho el imperialismo y la economía de libre mercado contra aquellos que han optado por una organización social distinta, sentencia amenazante contra todos aquellos que no comparten su ideología: "Ahora, (nos dice el campeón de la democracia) nosotros estamos en proceso de vencer a la izquierda radical, los marxistas, los anarquistas, los agitadores, los saqueadores y las personas que en muchos casos no tienen idea de lo que están haciendo". Esto último, estremece al recordar la similitud con las palabras de Hitler quien dijo: "[...] cuando se haya eliminado el peligro comunista, volverá el orden normal de las cosas". Cuánta razón tienen aquellos que dicen que el imperialismo yanqui es la continuación del imperialismo hitleriano en su afán por dominar al mundo.

Es bastamente conocido, incluso por intelectuales serios de EE.UU., que la derrota de Hitler y sus fascistas en la Segunda Guerra Mundial, fue obra del pueblo Soviético que entregó más de 27 millones de vidas para salvar al mundo de la amenaza nazi; se ha demostrado que la caída del Bloque Socialista no solo fue resultado de la traición de Gorbachov sino de una serie de circunstancias tanto internas como externas que llevaron a su derrumbamiento; finalmente, el Gobierno norteamericano ha definido, según sus intereses económicos y políticos, qué regímenes considera como terroristas, para luego justificar sus ataques y sometimiento (recordemos Irak), es decir, que el terrorismo selectivo del imperio norteamericano ha sido solo un señuelo para saquear las riquezas de los países e implantar un modelo económico acorde a sus intereses. Sin importarle que ésta política de persecución, intervenciones militares y crimen, ha violado sus propios valores y principios; que ha masacrado pueblos enteros y a sus líderes, que a través de golpes de Estado ha impuesto gobiernos títeres en todo el mundo.

Ahora bien, desde que comenzó la era Trump, en 2016, quedó claro que representaría los intereses esenciales del sector industrial y que propugnaría un nuevo proteccionismo para salvar la economía norteamericana en crisis desde 2008. Este proteccionismo se ha visto reflejado por un lado, en la guerra comercial contra China a quien le debe 1.12 billones de dólares; por otro lado, en una política migratoria que amenaza con desterrar a millones de inmigrantes radicados en E.U. a quienes ha acusado de ser los causantes del desempleo de los ciudadanos norteamericanos, y, además, por la creación de un muro fronterizo que impida el ingreso de nuevos migrantes. En este sentido el gobierno mexicano ha brindado su apoyo reteniendo en las fronteras de nuestro territorio sur, a los migrantes centroamericanos y, finalmente, ha pactado un nuevo tratado de libre comercio entre México, Canadá y Estados Unidos, el famoso T-MEC. En esto último el gobierno mexicano ha sido partícipe sumiso para apoyar al imperialismo y se ha asegurado de que, en dicho tratado, queden plasmados los intereses de los magnates norteamericanos y canadienses.

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La amenaza de Trump contra las izquierdas tiene varios ángulos: en primer lugar, es una amenaza contra los países emergentes entre los que destaca China quien tiene una economía creciente y sostenida bajo la atinada dirección del Partido Comunista Chino encabezado por un líder doctor en Teoría Marxista. En segundo lugar, es una amenaza contra los partidos de izquierda que siguen luchando por construir sistemas económicos y Estados diferentes en beneficio de sus pueblos, por ejemplo el caso Venezuela. En tercer lugar, es un mensaje en plena campaña electoral para darle confianza al sector que representa, ratificándole así que seguirá sirviendo a sus intereses y combatiendo todo tipo de inconformidad incluyendo la afroamericana. Sin duda, esta política implementada por Trump nos deja entrever el miedo del imperialismo a otras formas de organización que no podrá vencer porque sencillamente, bajo el capitalismo, el número de pobres crece aceleradamente. Debe saber, y lo sabe, que los pueblos no se organizan por mero capricho, que la agitación y descontento son consecuencia inevitable de la gran concentración de la riqueza en unas cuantas manos, en gran medida localizadas en el centro del imperialismo mundial.

Ante esta política de terror aplicada por nuestro vecino del norte cabe preguntarnos los mexicanos ¿qué le espera al "jefe de las izquierdas" de México que en estos días se entrevistará con el jefe de la derecha mundial? No creo que nada bueno. Por un lado, AMLO no es de izquierda y, por otro lado, somos un país dependiente de EE.UU. a quien le seguimos vendiendo el 80 por ciento de nuestra producción nacional, a quien le manufacturamos productos para que luego nos revendan con valores agregados, a quien al verse en peligro nos llama para utilizarnos y cubrirle las espaldas. Este encuentro nos invita a reflexionar sobre la fábula del gato y el ratón que dice: Un búho, una comadreja, un gato y un ratoncito, vivían en distintos lugares de un tronco seco. Aunque eran enemigos naturales, y desconfiaban uno del otro, ninguno dejaba su refugio. El dueño del campo, un día decidió eliminarlos, colocó trampas y una red en la base del tronco. El primero en caer fue el gato, que al verse en peligro comenzó a gritar. Al escuchar el ratón se alegró, porque de esta manera se libraba de su enemigo, pero el gato le dijo:

-Si yo muero quedarás a merced del búho y de la comadreja, que quieren más que yo que seas su alimento, pero si me ayudas, en gratitud te compensare protegiéndote. El ratoncito liberó al gato, y huyeron del lugar. Pasado el tiempo el gato, se dio cuenta que el ratón aún le temía, así que le dijo:

-¿Piensas que he olvidado mi promesa, cuando me salvaste de la trampa?

-¡No! - dijo el ratoncito-, pero tampoco olvido tu instinto, ni en qué circunstancias has hecho la promesa.

Moraleja: Jamás confiemos en alianzas que hizo el miedo, porque pasando el temor, valen un bledo.

Los antorchistas seguiremos sosteniendo que es necesario un gobierno del pueblo, seguiremos llamando a los mexicanos a educarse y a organizarse para construir una patria más justa, poderosa, trabajadora, que pueda medirse con los grandes. Nunca aceptaremos ser ratones de nadie y menos de un gato viejo y tramposo que poco a poco muestra síntomas evidentes de su enfermedad terminal.

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