A unos cuantos días de que se estrenara como primera mandataria de nuestro país, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, la ola de violencia en México no cesa. La presidenta, como pidió que se le nombre, heredó del pasado sexenio una cifra récord de 199 mil 530 homicidios dolosos hasta el 29 de septiembre, además del saldo oficial de 334 mil 336 fallecidos por la pandemia del Covid-19 y que, si lo sumamos, la cantidad es espeluznante: 533 mil 866 mexicanos que perdieron la vida en el primer gobierno de Morena.
La desigualdad social tiene fatales resultados, miles de personas han sido orilladas a enrolarse a caminos de cruel desenlace, reflejo crudo del injusto sistema capitalista
En tanto, vemos lo que pasa en varias latitudes del territorio nacional, la crisis de violencia en Sinaloa, Guerrero y Chiapas. Hoy la inseguridad azota también al Estado de México, ya vimos el año pasado lo ocurrido en el municipio de Texcatitlan en la zona del Valle de Toluca, donde, harto del yugo de la violencia en su contra, el pueblo se armó y se enfrentó a quienes los extorsionaban, muestra clara de la pérdida del control del Estado fallido de la “4T” que prometía y aseguraba pacificar al país al llegar a la presidencia.
El oriente mexiquense del Edomex ya no es la excepción. Chicoloapan, tan lejos de Dios y tan cerca del peligroso clan familiar de los Ríos Gómez, pues se dice que existen vínculos de parentesco de la alcaldesa Nancy Gómez Vargas, y su esposo Samuel Ríos Moreno, con integrantes de una conocida célula del crimen organizado. Hoy esos políticos posan con gallardía y hermosas sonrisas en sus redes sociales, pero detrás de todo lo estético que puede asombrar a los despistados, se esconden bandas de extorsionadores que mantienen como rehenes a cientos de transportistas y comerciantes. Esos hechos están documentados, además de que son un secreto a voces que por temor casi nadie se atreve a denunciar.
En Los Reyes La Paz las cosas son similares. Hay bandas de delincuentes que operan para robar carros repartidores de mercancías. El tema trascendió hace algunos días porque se volcó una camioneta en la carretera México-Texcoco, a la altura del “puente de la Festival”; bajaba por Camino al Cerrito proveniente de Lomas de San Sebastián. Los vecinos dicen que el chofer de la camioneta huía de un asalto a plena luz del día y, al maniobrar la unidad, se impactó en el camellón y un poste. El delincuente escapó, la policía brilló por su ausencia y el chofer salió ileso de milagro.
Chimalhuacán. Bandas de extorsionadores traen a pan y agua a los locatarios de más de 60 mercados. Los amenazan con armas de fuego y disparan a quemarropa a los puestos de los que se niegan a pagar el tributo. La policía no hace nada, aunque se le llame, pero eso sí, la alcaldesa Xóchitl Flores Jiménez, y familia, estuvo muy metida organizando las actividades y conciertos de la “Femechi”, un jugoso negocio, otrora feria de la piedra que fue de todos y hoy es de unos cuantos que se sienten los iluminados.
Bien. La época del terror está más vigente que nunca y con ella viene la aplicación de la famosa “reforma judicial” avalada por la abusiva mayoría legislativa de Morena. Hoy vale la pena recordarles que contar con la “mayoría” no justifica rebasar los límites constitucionales que nos heredó la Revolución Mexicana (ese hito sí fue un cambio verdadero). Tener la mayoría no significa siempre tener la razón ¿Acaso los está volviendo locos la sed de venganza de los morenistas contra todo “adversario”? ¿Buscan eternizarse en el poder? Muy seguramente.
Sé que con el pavor, el temor y el miedo nos buscan someter. Los factores endógenos (internos) y exógenos (externos) de un individuo en un contexto de vulnerabilidad social, claramente repercuten en el actuar de su desarrollo desde niño hasta su adultez. En este sentido, la desigualdad social tiene fatales resultados, miles de personas han sido orilladas a enrolarse a caminos de cruel desenlace, reflejo crudo del injusto sistema capitalista que impera en el mundo y del cual México es parte. La 4T nos mintió porque la vigencia del neoliberalismo está cada vez más rampante. Ante estos hechos, la única defensa de los pobres, de la gente como tú y como yo, es la organización social, genuina y auténtica del pueblo, es unirnos para alzar la voz con gran fuerza y sólidos argumentos. A eso nos invita el Movimiento Antorchista, nada más y nada menos.
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