Era 18 de agosto del 2000, el grupo político encabezado por la señora Guadalupe Buendía, alias "La Loba", cumplía su último día al frente del gobierno de Chimalhuacán, estado de México.El biólogo Jesús Tolentino Román Bojórquez había ganado limpia y democráticamente la titularidad de dicho municipio.
Un día antes, el compañero José Guadalupe Martínez, incansable luchador social mejor conocido como "Lupillo", se presentó a la Unidad Habitacional Emilio Azcárraga Vidaurreta, en Iztapalapa, en aquel entonces D.F., a la asamblea que realizábamos, para hacernos la invitación de asistir a la toma de posesión del Biólogo Jesús Tolentino Román, como Presidente Municipal de Chimalhuacán.
Fue así que el 18 de agosto, una comisión de compañeros de la Unidad Habitacional nos dirigimos a celebrar dicha toma de posesión del nuevo presidente de Chimalhuacán.Sin embargo, como a las 10comenzaron a llegar grupos de agitadores y golpeadores, con palos y armas blancas, bajo las órdenes de "La Loba" y nos empezaron a intimidar, pero nosotros no caímos en la provocación.Siendo las 11se escuchó el sonido de cohetes, como los que se usan en las festividades de los pueblos, y en ese momento un grupo de golpeadores comenzaron a agredirnos físicamente y más tarde nos dimos cuenta que en la azotea del Palacio Municipal y edificios aledaños, se encontraba gente con armas de fuego y en un abrir y cerrar de ojos comenzaron a disparar a la multitud sin importar que se encontraban niños, mujeres y ancianos.Sin poder defendernos, solo nos quedó resistir con piedras en contra de los agresores que se encontraban en la calle, pero éramos presas de los francotiradores ubicados en las azoteas quienes disparaban a diestra y siniestra.
En ese momento comenzó la masacre y lo primero que me viene a la memoria fue ver caer a un compañero que se encontraba a mi lado frente a la iglesia: murió al instante de un tiro en la cabeza.Para donde volteara se veía gente herida y muerta por la calle, ensangrentada y tendida en el suelo.Cerca de mí vi herido a un joven de aproximadamente 20 años y a Don Lupe, vecino mío, y muchos compañeros más que se encontraban en la misma situación, víctimas de aquella cobarde agresión.Como pudimos atendimos a los heridos, el sonar del ir y venir de las ambulancias se escuchaba por todos lados y los paramédicos no se daban abasto para atender y recoger a tantos heridos, posteriormente se procedió a la triste acción de levantar los cuerpos de los compañeros antorchistas fallecidos.El saldo fue espeluznante: más de 100 heridos y por lo menos 10 fallecidos.
Entre las víctimas se encontraba el compañero "Lupillo" el mismo joven entusiasta que un día anterior nos había invitado a la toma de posesión, quien lamentablemente falleció en el hospital.Yo corrí con mejor suerte ya que solo sufrí una herida de bala poco profunda en la pierna derecha que me mantuvo inactivo por tres meses.
Posteriormente se confirmó que la responsable de esa masacre fue Guadalupe Buendía "La Loba", que comandaba a un grupo de sicarios a su servicio.
Han pasado ya 20 años de esta cobarde masacre que no se nos olvida y no se nos debe de olvidar jamás.Desde aquel día Chimalhuacán se ha transformado radicalmente, es un municipio que avanza aceleradamente hacia el progreso y, por tanto, es ejemplo a seguir en la lucha del Movimiento Antorchista.
Vaya pues este breve y modesto testimonio en memoria de nuestros compañeros caídos.
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