Ya no es nuevo el tema de los aranceles de Donald Trump hacia nuestro país ni las deportaciones masivas, pero sí es peligroso para nuestra patria porque las medidas afectarán principalmente a las familias que menos tienen, quienes son los que más sufren en toda esta maraña de acuerdos y medidas contra el pueblo de México.
En los recientes días se sumó otro problema a la ya vasta lista de peticiones del gobierno gringo a México; ahora amenazó con sanciones por el agua, pues existe un acuerdo de agua entre México y Estados Unidos que se realizó en el año 1944.
Ya no es nuevo el tema de los aranceles de Donald Trump hacia nuestro país ni las deportaciones masivas, pero sí es peligroso para nuestra patria porque las medidas afectarán principalmente a las familias que menos tienen.
El acuerdo dice: El 3 de febrero de 1944, se suscribió el “Tratado relativo al aprovechamiento de las aguas de los ríos Colorado y Tijuana y del río Bravo (Grande) desde Fort Quitman, Texas, hasta el Golfo de México entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América”, mismo que fue ratificado por México el 29 de septiembre de 1945 y por Estados Unidos el 18 de abril de ese mismo año.
De acuerdo con el portal msn.com, se cita una parte de este acuerdo que dice lo siguiente: “El pacto fijó asignaciones de distribución de aguas por periodos de la siguiente manera: Es decir, México recibe un volumen garantizado de mil 850.2 millones de m³ anuales, con posibilidad de hasta 2 mil 096.9 millones en años de excedentes. Y cada cinco años, recibe dos terceras partes del caudal de afluentes mencionadas. Estados Unidos recibe un tercio del agua que llega a la corriente principal del río Bravo. La cantidad no debe ser menor a 431 millones 721 mil metros cúbicos. La distribución de agua tiene una preferencia para el uso doméstico/municipal, agrícola/ganadero, energía eléctrica, industrial, de navegación, pesca o caza, y otros usos. En el tratado, ambos países se comprometen a construir presas internacionales y obras de derivación, y los costos se reparten según el beneficio. El tratado no especifica sanciones o multas hacia un país por el incumplimiento, sino que las autoridades de cada gobierno deberán realizar acuerdos diplomáticos, con apoyo de la Comisión Internacional de Límites y de Aguas”.
A finales de marzo y principios de abril del año en curso, el Departamento de Estado de Estados Unidos rechazó una solicitud que hizo el gobierno de México sobre el agua del río Colorado. En la cuenta de X de la dependencia del vecino país dijo, “Los incumplimientos continuos de México en sus entregas de agua, conforme al tratado de 1944, están diezmando la agricultura estadounidense, particularmente a los agricultores del valle del Río Grande”.
Después de esta publicación el gobierno de Donald Trump amenazó a México con más aranceles y sanciones por deberle al estado de Texas 1.3 millones de acres-pie (mil 600 millones de metros cúbicos) de agua según el Tratado de Aguas de 1944.
En días recientes, el delegado regional de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) propuso abonar a la deuda de agua de la presa “El Cuchillo”, ubicada en Nuevo León. Al funcionario creo que se le olvidó o que recibió presiones desde arriba para proponer semejante idea.
Nuevo León atravesó una de las peores crisis de agua de la historia moderna en la entidad, y si pretenden llevarse el agua de este embalse estaríamos prácticamente al borde de otra crisis semejante o más feroz que la anterior. Según datos del Monitor de Sequía de América del Norte, casi el 43 % del territorio nacional ya padece sequía.
Las cosas se están poniendo “color de hormiga”, como decía mi abuelito: de llevarse a cabo dicha propuesta, estará en riesgo la estabilidad de las familias de Nuevo León, una entidad con una población de más de cinco millones de habitantes, y además en riego los cultivos de campesinos del distrito de riego 026 de Tamaulipas. Debemos defender lo que es nuestro y, además, darnos cuenta de quiénes están verdaderamente del lado del pueblo.
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