El agua es una sustancia indispensable para la vida de todas las especies de animales, vegetales y todos tipos de materia orgánica. El planeta tierra está cubierto en un 70 por ciento de agua en su superficie y en la composición del ser humano hay un 60 por ciento agua.
En los orígenes del ser humano fue indispensable que habitara en las cercanías de los ríos, lagos y el mar para obtener el vital líquido y las especies de animales y vegetales que vivían en el agua o en las cercanías las que utilizaba para alimentarse.
Cuando las sociedades ya utilizaban la agricultura de temporal aprovechando el tiempo de lluvias el agua siguió jugando un papel de máxima importancia para obtener una buena cosecha, la carencia o el exceso de agua arruinaba las siembras y ocasionaba graves problemas por la falta de alimentos suficientes. La tecnificación de la agricultura permitió la perforación de pozos para la extracción de agua, la construcción de presas y construcción de tanques de almacenamiento, lo cual permitió establecer sistemas de riego permanente y con ello se logró superar la irregularidad del agua y la dependencia de la temporada de lluvias, esto permitió mejorar el volumen y la calidad de las cosechas.
El uso del agua en la industria va desde la generación de energía eléctrica en las plantas hidroeléctricas en las presas construidas para ese fin, los generadores de vapor o calderas que permitieron el desplazamiento de barcos y trenes facilitando el traslado de grandes volúmenes de mercancía en los inicios de la economía capitalista.
Con el transcurrir del tiempo, el uso del agua en la industria se ha ido generalizando prácticamente a todas las ramas industriales. La demanda del vital líquido ha tenido un crecimiento exponencial, tanto para uso doméstico o consumo humano, así como en la agricultura y en la industria, lo que ha influido para que se constituya en un valor muy preciado, generado una feroz competencia por el acaparamiento de este elemento que no en pocas veces ha desatado violentos enfrentamientos en donde los poderosos económica y políticamente, casi siempre han logrado el acaparamiento y el monopolio del agua, con la consecuente marginación del pueblo trabajador.
Un ejemplo relativamente reciente que ilustran los conflictos en la lucha por el agua es lo sucedido en Chihuahua, en la presa de La Boquilla, en septiembre de 2020, donde, ante la sequía y el riesgo de perder sus cosechas porque la CONAGUA les negaba el agua del rio Conchos que alimenta al embalse, con el pretexto de que, con dicha agua, tenían que pagar una cuota acordada por el Gobierno de México con los Estados Unidos (EE. UU.), los campesinos tomaron la presa para exigir les compartieran el agua, pero la respuesta del Gobierno federal y estatal fue enviar a la Guardia Nacional para reprimir a los campesinos, resultando dos agricultores muertos, a pesar de eso, la toma de la presa duró más de un año, hasta que en octubre de 2021 se firmó un convenio para solucionar el conflicto.
Otro grave problema generado por el uso industrial inadecuado, es la contaminación de las aguas residuales. Las empresas capitalistas, en el afán de la máxima ganancia, no cumplen con las normas que los obligan a la instalación y operación de costosas plantas de tratamiento de aguas residuales y vierten estas aguas en ríos y lagos ocasionando una grave contaminación que rompe con el equilibrio ecológico en perjuicio de la población.
Un ejemplo ilustrativo de este problema es lo que ocurre con la empresa Scribe planta Morelia instalada en la población de Coíntzio en donde utiliza agua de los manantiales de esa población para la fabricación de papel a partir de la celulosa de los troncos de árboles y descarga las aguas negras contaminadas en el denominado Rio Grande que pasa por la ciudad de Morelia dejando un aroma pestilente, dichas aguas llegan al lago de Cuitzeo, contribuyendo al deterioro y ruina de este lago. A pesar de lo evidente de este problema y de las quejas de la población, los poderosos intereses de los empresarios han logrado la indiferencia de las autoridades competentes. Esto demuestra la gran fuerza y el poder económico y político de los capitalistas de esta empresa.
Estos dos ejemplos también demuestran que si el pueblo en general quiere tener agua en cantidad suficiente, de calidad adecuada y a un precio accesible y los campesinos, por su parte, tengan acceso al agua con las mismas característica, pero para usarla en la agricultura tendrán que luchar unidos y organizados para impedir la derrota ante la tendencia a la monopolización por parte de los grandes capitalistas y hacer posible la justicia social.
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