Todo el país y más los habitantes de Sinaloa estamos enterados del drama que viven miles de productores de maíz y trigo que, iniciadas algunas trillas, no tienen definido todavía el precio de sus productos. Siempre se ha esgrimido que la comercialización es tema del mercado, y en estricto sentido es verdad, pues en todo país capitalista como lo es México, rige la ley de la oferta y demanda, propia de esta economía.
Así vemos que, con relación a estos productos, el referente es la famosa Bolsa de Chicago, donde se establecen los precios de estos importantísimos granos que alimentan a millones de familias de todo el mundo.
Esta bolsa ha establecido hasta esta fecha los siguientes precios base: los futuros de maíz a julio del 2023 ganaron 0.8 dólares para ubicarse en 253.73 dólares, lo que significa un ingreso estimado al productor de $5 mil 685 por tonelada de maíz (considerando la base de 61 dólares propuesta por SEGALMEX), mientras que los futuros de maíz a septiembre de 2023 subieron 1.1 dólares para ubicarse en 227.25 dólares.
Por otra parte, los futuros de trigo, a julio de 2023, ganaron 0.8 dólares para ubicarse en 260.70 dólares, lo que significa un ingreso estimado al productor de $5 mil 305 por tonelada de trigo cristalino y de $ 5,323 por tonelada de trigo panificable (considerando las BASES de 33 y 34 dólares propuestas por SEGALMEX para los estados de Sinaloa y Sonora).
Estos precios establecidos, parten de que las condiciones de producción son las mismas en todos los países, cosa que no es así, las diferencias en costos de producción y subsidios por parte de sus respectivos gobiernos varían. Por ejemplo, en Estados Unidos (EE. UU.) los productores de granos cuentan con más subsidios que los nuestros, en una relación de tres a uno, para que éstos puedan competir y ganar el mercado mundial, amén de que los insumos para producir son más baratos en aquel país, de tal manera que nuestros productores mexicanos entran al mercado ya con una doble desventaja en relación con los productores americanos, que son los que surten a México, millones de toneladas de maíz año con año.
En el noroeste, producir una hectárea de maíz cuesta alrededor de 45 mil pesos, pues los productores adquieren los insumos a precios muy altos, por ejemplo, la bolsa de semillas de 60 mil unidades fue adquirida en este ciclo a un precio de cinco mil, el fertilizante amoniaco entre 28 y 30 mil pesos, a esto hay que sumarle el costo del agua, plaguicidas, la trilla, el transporte a la bodega y los intereses de la banca oficial o privada.
Poco muy poco les queda a los hombres del campo para el sostenimiento de su familia en todos los rubros, alimentación, vestido, casa, educación, salud, irse a vacacionar, que también es un derecho.
Desde la campaña para el máximo cargo público del país, el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió que, de llegar a la presidencia cambiaría la política del gobierno a los hombres y mujeres del campo, que su gobierno tendría como prioridad la suficiencia alimentaria, y que se pagaría a siete mil pesos la tonelada de maíz (en ese momento no hizo diferencia entre productores pequeños, medianos y grandes, pues quería votos). Como era lógico, todo mundo lo aplaudió y muchos lo adoraron o lo siguen adorando. Pero la realidad coloca a cada uno en su lugar y los productores bien harían en aprender de los hechos y más que confiar en los políticos del sistema, que por más que les digan que hasta en el sueño se preocupan de ellos, lo cierto es que les vale un comino la suerte de los trabajadores del campo y la ciudad.
Estos son los números del actual gobierno que presume que todo está bien en México (con respecto al sector agropecuario): para 2023 “el gobierno federal ha planteado un presupuesto de egresos por el orden de los 70 mil 527.9 millones de pesos para la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader). Esto es 14 mil 739 millones de pesos más que el año pasado, pero aun está mil 597 millones de pesos por debajo de lo ejercido en 2018 por la entonces Sagarpa”. Como se puede apreciar el presupuesto al campo ha disminuido en este gobierno de la autodenominada Cuarta Transformación, lo que dice a las claras la poca importancia que le da al sector primario. Itém más.
Recién acaba de desaparecer, aprovechando que tiene mayoría en la Cámara de Diputados y Senadores, la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND) sin dar alguna alternativa para el financiamiento al campo, y la Secretaría a cargo de la Seguridad Alimentaria Mexicana (SEGALMEX) está señalada como la estafa maestra de su gobierno por la escandalosa corrupción de sus directivos.
Estamos casi al cierre de su administración y anda más preocupado por dejar a un o una incondicional como sucesor suyo para que le cubra las espaldas de los desfalcos millonarios en las obras emblemáticas de su gobierno como el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas, donde el gasto se ha duplicado al que inicialmente se presupuestó y, esto lo tiene distraído para no atender y resolver las necesidades del pueblo de México, como es el caso de los productores de granos.
¿Qué alternativa les queda a los productores del noroeste del país que se dedican a la producción de maíz y trigo? A nuestra manera de ver, no hay más que seguir luchando por todos los medios que la ley permita, pues solo, la lucha verdadera los hará triunfar, nunca el pueblo ha logrado triunfos verdaderos contando con la benevolencia del gobierno y los poderosos, ni con líderes vendidos que le hacen el juego al sistema. Hasta hoy, los productores y sus líderes se mantienen unidos y así deberían seguir hasta alcanzar el triunfo.
Por otra parte, al resto de la población le toca apoyar la exigencia de los productores, solidarizarnos con ellos y no permitir que el gobierno los derrote, pues de lograrlo, habrá fatales consecuencias en la alimentación del pueblo de México, mucho de los actuales productores dejarán de sembrar maíz y trigo al no tener garantizado ingresos suficientes para su familia y por tanto, el país caerá aún más en el déficit de estos productos lo que ocasionará más hambre y pobreza, más de la que ya generó este gobierno insensible a los grandes problemas de México como lo es la salud, educación, seguridad e inflación. Demos todo el apoyo a los productores.
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