En Quintana Roo se vive un periodo de parálisis económico que afecta principalmente a la clase trabajadora. De acuerdo a un reciente informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el 68.8 por ciento de la población de la entidad padece algún tipo de pobreza, cifra alarmante, toda vez que esta situación va en aumento pues la ciudadanía al quedarse sin empleo, enfrenta graves dificultades para sobrevivir.
Al respecto, es indígnate ver la ineficiente acción de las autoridades de los diferentes niveles de gobierno a quienes parece no importarles las familias que viven con múltiples carencias causados por la crisis económica y por los estragos que la contingencia sanitaria ocasionada por el SARS-CoV-2, ya actualmente se carece de empleos suficientes y bien remunerados, por lo que el reducido ingreso que perciben las familias no alcanza para solventar los principales gastos del hogar.
Esta crisis económica inicio desde el 2018, y se agravó con la pandemia de la covid-19, ante lo cual se ha evidenciado aún más la incapacidad e incompetencia de los gobiernos estatal y federal, recordando que al respecto al inicio de la contingencia sanitaria el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador dijo que el pueblo estaría protegido con besos y abrazos y amuletos protectores.
En éste sentido, el Coneval indica que en México la pobreza extrema tuvo un crecimiento ya que en el 2018 se registraba un 16.8 por ciento y ahora está llega a un 27.2 por ciento, es decir 1 de cada 3 mexicanos son pobres.
Y el estado de Quintana Roo no es la excepción, toda vez que en la entidad la pobreza se acrecentó más debido a que gran parte de la economía de la ciudadanía depende de la prestación de servicios turísticos y aunque poco a poco se han ido retomando las actividades, es claro que la recuperación económica al 100 por ciento no será posible en un tiempo corto, aunado a que en el Estado se sufre de una desmedida ola de contagios que hace casi imposible que sus actividades vuelvan a la normalidad por completo.
En los informes mencionados se indica que en Quintana Roo se tiene un amplio crecimiento en la recuperación de empleos, pero ciertamente eso no es nada alentador, porque la inmensa mayoría que perdió su empleo sigue así, a la deriva, sin saber cómo y cuándo encontrara una fuente bien remunerada que alcance para satisfacer las necesidades básicas de una familia.
Esto es un ejemplo claro de lo poco serio y verídico de las palabras de quienes aseguraron trabajar para el pueblo ahora no se ven reflejadas en hechos concretos y es por ello que la ciudadanía está empezando a dudar y a no saber hacia dónde debe dirigir su apoyo para que en el próximo cambio administrativo las cosas mejoren en el estado y principalmente para las familias quintanarroenses, es decir, que quienes ahora están, aún están a tiempo para demostrar a la ciudadanía que ellos si saben trabajar para el pueblo y que si siguen en el puesto será para seguir desarrollando este hermoso estado.
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