Tres años han pasado ya desde que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) arribó a la presidencia de la república mexicana y no ha habido año que no tome decisiones que vulneran los derechos humanos de los niños y niñas del país, pero, sobre todo, de los más pobres; decisiones todas en nombre del combate a la corrupción y de una relación directa con los beneficiados, que lejos de terminar con la primera, la ha alentado, y cada día son menos quienes se benefician de las entregas directas.
Los escasos esfuerzos de los gobiernos anteriores para garantizar, en alguna medida, los derechos a la salud, la educación, la alimentación, entre otros, a los que tienen derecho los niños mexicanos, desaparecen aceleradamente por mandato constitucional. En el Gobierno morenista, los niños no importan, estorban para la consecución de sus fines.
En 2007, el presidente panista Felipe Calderón Hinojosa instauró el Programa de Guarderías y Estancias Infantiles para apoyar a las madres trabajadoras, que brindaba a los bebés un espacio adecuado, atención y cuidado especializado, alimentación balanceada y actividades lúdicas en un ambiente sano. En 2020, el presidente AMLO ordenó la sustitución de este programa y lo renombró: Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y los Niños, Hijos de Madres Trabajadoras. En apariencia, un simple de nombre, pero que estrenó nuevas reglas de operación, por la entrega de dinero en efectivo para las madres, padres o tutores que antes dejaban a sus hijos en las estancias infantiles (que procuraban el cuidado integral de la primera infancia) y que ahora deberán buscar quién se haga cargo de sus menores mientras trabajan o buscan un empleo.
Antes de la llegada de AMLO a la presidencia de México la erogación directa por infante en estancias infantiles era de 9,128 pesos, e indirecta, de 3,890 pesos. En 2020, el presupuesto destinado al programa se redujo al 50 por ciento, y el apoyo que reciben es apenas de 1,600 bimestrales para 213 mil familias (Verificado, 2021); es decir, no sólo menos niños reciben el apoyo oficial, sino que el monto es mucho menor que años anteriores.
En 2021, estalló públicamente el calvario que los padres de niños con cáncer sufrían desde finales de 2018 -año en que tomó posesión del Gobierno de México AMLO-, cuando el presidente ordenó un cambio drástico en la adquisición de medicamentos oncológicos; pues lejos de brindar una solución alternativa para no dejarlos sin ellos mientras se llevaban a cabo los cambios propuestos, impidió el ingreso a nuestro país y, por lo tanto, su distribución y aplicación, situación que se agravó con la pandemia de covid-19 que continuaba azotando al mundo entero.
El derecho universal a la salud de miles de niños con cáncer, estipulado en el artículo 4 de la Constitución Política de México y que establece que el Estado lo garantizará, fue violentado precisamente por este último. Cientos de padres de los menores mencionados salieron a las calles a manifestarse y lo único que recibieron del Gobierno federal y sus funcionarios fueron reprimendas, acusaciones de “golpistas” e “instrumentos” del viejo sistema de compra de medicamentos en mano de corruptos.
Al día de hoy han muerto tres mil menores de cáncer y 20 mil más han resultado afectados, de acuerdo con información del Movimiento Nacional por la Salud Papás de Niños con Cáncer. Ya es 2022, no se ha detenido a ningún corrupto implicado en la adquisición de medicamentos y el desabasto continúa sin resolverse.
La misma suerte corrió el Programa Seguro Médico Siglo XXI creado en 2007, que ofrecía medicina preventiva, servicios de hospitalización y de alta especialidad, destinado a niños de cero a cinco años cuyos padres no cuentan con seguridad social del ISSSTE, IMSS, Pémex, Sedena o Semar y que complementaba la atención del Catálogo Universal de Servicios de Salud (CAUSES) que brindaba el entonces Seguro Popular. El presidente AMLO propuso en 2021, en pleno año dos de la pandemia, en el Presupuesto de Egresos de la Federación de 2022, dejar en “cero pesos” a este programa y que cuatro millones de familias se quedaran en la total indefensión, medicación y desatención. Medida que se suma a la desaparición del Seguro Popular, pues, de acuerdo con el presidente, también “existían actos de corrupción en la implementación de dicho programa”. Tras su eliminación se creó el Instituto de Salud para el Bienestar y se redujo el número de enfermedades del CAUSES con posibilidades de atención.
Este 2022, se asestó el golpe mortal al Programa Escuelas de Tiempo Completo (PETC), cuyo presupuesto en 2020 se había reducido a cero por orden del Gobierno morenista, y que durante 2021 sobrevivió a costa del programa La Escuela Es Nuestra (LEEN). El PETC garantizaba que los niños recibieran la carga curricular completa, las dos comidas principales del día, y actividades deportivas y culturales, lo que hacía un total de ocho horas, que lo equiparaba con los países más desarrollados en materia educativa y que le permitieron ser considerado durante una década (de 2007 a 2017) como “el mejor modelo de equidad para evitar el rezago escolar”. Atendía a una extensa población infantil de 3.6 millones de niños pobres de la ciudad y del campo, extendido en un 70% en zonas rurales, de las cuales más de la mitad son extremadamente pobres.
En 2019 comenzaron a oírse los tambores de muerte de este programa por parte de Morena, pero este 2022 se consumó. La titular de la SEP, la maestra Delfina Gómez, aseguró que “el cierre era necesario, pues este programa se solventaba con recursos del programa LEEN (que se otorgará a los padres de familia) y hay muchas escuelas con necesidades básicas como agua y sanitarios que se deben atender”.
La asociación civil Mexicanos Primero, una de las principales promotoras de este programa “lamentó que la SEP cancelará este programa sin ningún tipo de evidencia, consulta o alternativa, pues había demostrado su funcionalidad en años pasados. Se perdió la oportunidad de brindarle aprendizaje y nutrición a los alumnos, ya que el programa LEEN ahora es abiertamente un programa de albañilería con fines electorales”. Ni las protestas de Jóvenes, padres y maestros hicieron cambiar de opinión a la secretaria, ni al presidente.
Lo hasta aquí expuesto es una muestra de cómo se ha desahuciado a la niñez mexicana y aniquilado a programas que funcionaban bien y cuyo éxito lo abalan varias generaciones de niños e instituciones independientes. Una vez más, buenos programas fueron sustituidos por entregas monetarias directas, que lejos de arreglar un problema específico han desencadenado otros más.
Ningún mexicano conoce el destino de los miles de millones de pesos ahorrados en estos programas infantiles, menos aún del destino de los millones de pesos de los programas que AMLO decidió desaparecer en el más reciente PEF 2022, lo que sí nos consta a todos es que desde 2018 crece en número de menores desamparados, miles de adolescentes han sido echados a las garras de la delincuencia, hay más padres sin empleo y con mayores dificultades para alimentar y brindar educación a sus hijos; mientras puertas, portones, calles, bardas, puentes, transporte de pasajeros, mensajes publicitarios en las aceras y en los espectaculares, exhiben un derroche sincronizado de recursos que promueven la engañosa revocación de mandato del presidente, contra todo lo establecido en la ley. Ante la situación económica actual cabe preguntarse: ¿quién es el filántropo mexicano o extranjero que está financiando esta campaña “ciudadana”?, ¿qué ganará con ello?, ¿o los recursos de todos los mexicanos trabajadores en manos del Estado están siendo víctimas, como los niños, del uso perverso del dinero público, pues la corrupción lejos de haber desaparecido se enseñorea un día sí otro también entre los colaboradores y familiares del presidente de México, al mismo tiempo, que siguen tirándose millones de pesos en las inútiles obras faraónicas como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles? Padres de familia, si no están de acuerdo con este estado de cosas que busca perpetuarse a costa de todo en detrimento no sólo de sus hijos sino de los millones de mexicanos pobres, organícense y luchen con la organización de los pobres de México, y paremos cada una de las acometidas criminales contra los niños mexicanos.
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