Partimos refiriéndonos del trágico y lamentable asesinato, ocurrido el pasado 9 de mayo, de las periodistas Yesenia Mollinedo Falconi y Sheila Johana García en la localidad Cosoleacaque del estado de Veracruz. Con estos cobardes crímenes ya suman 11 periodistas asesinados en México en lo que va de 2022. El homicidio de las dos comunicadoras se da en menos de una semana después del asesinato del también periodista Luis Enrique Ramírez Ramos, en Sinaloa, acaecido el jueves 5 de mayo.

Entre múltiples demostraciones de preocupación y enojo, tras el artero crimen, el gremio periodístico exige y reclama al Gobierno federal que de una vez por todas garantice la integridad y seguridad de los comunicadores en la realización de su trabajo periodístico, pues es una realidad que México, en plena época de la Cuarta Transformación, es uno de los países con más asesinatos de periodistas, por lo que es urgente que el presidente Andrés Manuel López Obrador intervenga y tome cartas en el asunto para que ya haya impunidad en los casos de periodistas acribillados. 

En este contexto, cabe recordar el lastimoso hecho para el gremio periodístico que se derivó cuando a finales de enero del año en curso, la periodista Lourdes Maldonado, expuso al presidente López Obrador, en su conferencia mañanera, que era objetivo de amenazas y que temía por su vida; lamentablemente, no fue suficiente la protección que le brindó el Estado mexicano, pues a pesar de ello fue asesinada a tiros en Tijuana, Baja California. 

Sin duda, es preocupante que, en nuestro país, a pesar de las promesas de López Obrador, éste se mantenga indiferente. Ha quedado evidente que la protección a periodistas es un doloroso pendiente que debería ser considerado porque se trata de personas en condiciones de riesgo solo por cumplir la tarea de informar, situación que en los hechos concretos ha convertido a México como el país más mortífero para ejercer esta profesión.

El Comité para la Protección de los Periodistas informó que nueve reporteros murieron de forma violenta en 2021, pero de lo que va de 2022 ya son 11 las víctimas de esta lista, cifra que lamentablemente podría aumentar si López Obrador no ofrece ayuda, seguridad y garantiza la protección de los comunicadores. 

Es deplorable la oleada de violencia que en México padecen los trabajadores de los medios de comunicación, a pesar del alto índice de asesinatos, no hay protección efectiva para quienes, por realizar un periodismo de denuncia, reciben amenazas de muerte y que al final son llevadas a cabo, impunemente.

A pesar de las estadísticas de violencia contra periodistas, López Obrador se muestra indiferente ante esta crisis e incluso él mismo ha atacado el ejercicio periodístico y la libertad de expresión, exhibiendo con todo el poder del Estado a medios de comunicación, periodistas y líderes de opinión, que, por el hecho de informar con veracidad, se han convertido en enemigos del actual sistema de gobierno.

Así ha quedado registrado y confirmado, patentemente, el rechazo y odio del presidente en contra los comunicadores críticos de su gobierno, a quienes les ha elevado el tono de sus reclamos y denostaciones por su labor informativa. Coincide con lo que va de este año, que ya suman 11 periodistas asesinados, pero ni la indignación del gremio, ni las denuncias ante la falta de medidas destinadas a protegerlos, ha provocado la más mínima protección del presidente de la Cuarta Transformación. 

Ante tal situación, nada sirvió el llamado del portavoz del secretario general de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, a las autoridades mexicanas "a reforzar la protección de los periodistas y en particular a tomar más medidas para prevenir nuevos ataques contra ellos". Este es un pendiente criminal del gobierno de la Cuarta Transformación y se sospecha que poco se hará por el ímpetu con que López Obrador agrede a los medios de comunicación desde su mañanera, lo que es de lamentar. 

Por nuestra parte, en el Movimiento Antorchista Nacional sabemos que el trabajo de la prensa, de todo periodista, tiene el fin supremo de mantener informada a la población, por lo que condenamos cualquier tipo de agresión y nos solidarizamos con los trabajadores de la prensa y reafirmamos la defensa de la libertad de expresión.