La construcción y mantenimiento de los caminos y vialidades, sobre todo en municipios con pobreza, son acciones determinantes para combatir la pobreza y la pobreza extrema. Mucho más efectivas, desde luego, que el asistencialismo; principalmente porque buenas carreteras propician mejores condiciones para que la población pueda acceder a los servicios básicos importantes al contar con la posibilidad de desplazarse rápidamente: salud, educación, mejores empleos, etcétera.
La comunicación por buenos caminos genera condiciones para estimular el desarrollo económico: los pueblos pueden recibir mercancías más baratas porque los costos de transportes de las mismas se reducen; además las mercancías y servicios generados dentro de estas comunidades pueden ser llevadas fácilmente a los grandes centros urbanos.
La población bien comunicada puede acudir rápidamente a realizar trámites legales, a las dependencias o a los centros de justicia. Y este estímulo económico crea, también, condiciones para frenar la migración. El aislamiento, propiciado por la falta de caminos, frena el desarrollo económico y, con ello propicia la migración en masa de la mano de obra hacia otras ciudades del país y hacia Estados Unidos, además, claro está, que es también una evidencia de que nuestro país no crece económicamente.
Combatir el aislamiento de las comunidades campesinas ha sido una acción emprendida por el Movimiento Antorchista desde su nacimiento. Miles de kilómetros de caminos y carreteras fueron construidos por gestión y lucha de los grupos de Antorcha desde hace decenas de años. En Santo Domingo, San Luis Potosí, por lo menos, unos 90 kilómetros han sido rehabilitados o construidos, y, algo importante: las gestiones comenzaron muchos años antes de que Antorcha fuera gobierno municipal.
La gente lo sabe bien, incluidos los detractores más irracionales: la pavimentación de las calles de la cabecera municipal, incluida el primer cuadro; calles en Jesús María; en Illescas; el camino de la cabecera a Santa Matilde; la carretera de los límites con Villa de Ramos, pasando por Zaragoza; Socorro de Dios; hasta Santo Domingo; por solo mencionar algunas.
El aislamiento, propiciado por la falta de caminos, frena el desarrollo económico y, con ello propicia la migración en masa de la mano de obra hacia otras ciudades del país y hacia Estados Unidos, además, claro está, que es también una evidencia de que nuestro país no crece económicamente.
Aunque el avance es más que significativo, nuestro municipio requiere de más inversiones para desarrollar caminos y darles mantenimiento. Ahora el reto es mayor: la política federal no fomenta el desarrollo de infraestructura, los recortes presupuestales sufridos por el municipio frenan el desarrollo de las comunidades.
El director del Instituto Mexicano de Desarrollo de Infraestructura (Imexdi), Edmundo Gamas, asegura que, salvo el proyecto ferroviario, el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” (AIFA), ubicado en Santa Lucía y la refinería Dos Bocas, las demás obras de otros sectores, como son hospitales, escuelas y carreteras “están en el olvido”.
Para muestra basta un botón: En 2023, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en San Luis Potosí recibió menos presupuesto que en el año anterior; en este 2023 se le asignaron 160 millones 655 mil 968 pesos, esto quiere decir, 95 millones 134 mil 250 pesos menos que en 2022. El recorte presupuestal también ocurrió en la Junta Estatal de Caminos: desde diciembre del año pasado se anunciaba que esta dependencia recibiría 116.7 millones de pesos menos. Como se ve, lo asignado a desarrollar caminos tiende a disminuir lo que afecta directamente a los municipios. Pero no por eso, los habitantes organizados en Antorcha dejarán que las cosas continúen así.
En recientes días, grupos de antorchistas han visitado las instancias de gobierno federal, y estatal, con el propósito de solicitar cumplimiento a peticiones que se han hecho desde 2021. La respuesta de aquellas instituciones es, más o menos la misma, “no hay recursos para todos los caminos; hay reducción en el presupuesto con relación a otros años”.
Los antorchistas, racionales como siempre, les hemos dicho que las peticiones son necesarias, justas, urgentes y amparadas en derecho, por lo que seguiremos insistiendo en que se desarrollen estos proyectos, pues la pobreza, que realmente es la que se vive en la inmensidad del territorio nacional, más allá de los discursos, es la madre de muchos males. Por eso urge acabar con el aislamiento y el atraso económico que es un lastre para el desarrollo de las comunidades. ¡Adelante, compañeros antorchistas!
0 Comentarios:
Dejar un Comentario