El déficit de familias sin vivienda es altísimo en Baja California Sur, situación que contrasta radicalmente contra la incipiente población y el inmenso territorio, una contradicción que afecta a miles de familias humildes, muchas de las cuales se han visto obligadas a migrar de sus lugares de origen para venir aquí, a tierras sudcalifornianas a buscar ganarse la vida con dignidad y decoro.

Pero que, ¡oh, sorpresa!, una vez aquí no logran progresar debido a que no se les da la oportunidad de hacerse de un patrimonio por muy pequeño y humilde que parezca y sea y, por ende, se ven obligados a rentar, vivir con sus familiares o en alguna casa prestada. Situación que cada día se agrava un poco más, por causa de la explosión demográfica, fenómeno que quizá es el acontecimiento social más importante en nuestro estado en los últimos años (claro, omitiendo por una cuestión de lógica en el razonamiento a la pandemia).

Esa y muchas dificultades más que padece la ciudadanía son las que motivaron a nuestros valientes difusores para invitar a más personas a esta organización, que, de manera seria y transparente, buscan auxiliar a los que verdaderamente lo requieran.

“Estamos invitando a todos los que necesiten un pedacito de patria para que vengan con Antorcha, nuestra lucha por terrenos es legal, no buscamos invadir ni despojar a nadie de su patrimonio, porque no tenemos ningún problema con la ciudadanía, pero sí sabemos cuáles son los derechos que tenemos los mexicanos respecto a la vivienda, y estamos organizando a la gente para que sea ella, quien libre pero conscientemente defienda los intereses de la clase social a la que pertenece, es decir, la clase de los pobres de México”, comentó César Palma, activista de Antorcha.