Es innegable que el gobierno de la autollamada Cuarta Transformación, que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, más que ninguno de sus antecesores, ha abandonado el tema agropecuario y pesquero para que el país alcance la autosuficiencia y soberanía alimentaria, a diferencia de como pretende, en el caso de los combustibles.
Desde el inicio de su administración, López Obrador no hizo nada para aumentar la producción agropecuaria. Y ahora, hay coincidencias en que la estrategia de la exención de aranceles a alimentos para intentar atajar la inflación está atada a la voluntad de empresas extranjeras.
Sobran respuestas de que, cuando mucho, dentro de algunos seis meses se verán algunos efectos del plan, pero no por un aumento en la producción agrícola, más bien se logrará por la libre importación, por las medidas neoliberales que tanto critica AMLO. Especialistas sostienen que al igual que cuando el precio de la tortilla se desbordó en el periodo neoliberal, se abrió la libre importación del maíz, de la carne de pollo, de cerdo y otros productos.
Hoy se vuelve a abrir la importación con arancel cero a algunos alimentos y se realizan jornadas con los ingenieros agrónomos para fortalecer la producción para el autoconsumo. Pero, el trabajo de campo, el de los extensionistas, no se verá reflejado de inmediato, porque el campo va al ritmo de la naturaleza, de las lluvias y de la aceptación de los productores para adoptar las recomendaciones que los ingenieros agrónomos lleven a cada parcela.
No se debe perder de vista que la mayoría del terreno agrícola de México depende de las lluvias, además apenas se está preparando la tierra para el ciclo agrícola primavera-verano para sembrar maíz y frijol, que son los granos básicos destinados en su mayor parte para el autoconsumo.
El decreto presidencial publicado, en días pasados, en el Diario Oficial de la Federación (DOF) para la exención de aranceles a 21 productos de la canasta básica y seis insumos considerados como estratégicos, tendrá un impacto limitado en los altos niveles de inflación que se han observado a lo largo del año. Analistas afirman que “tendrá un efecto muy bajo porque estos aranceles que se reducen son para importaciones provenientes de países con los que no tenemos libre comercio. Con los países con los que tenemos libre comercio, como lo es Estados Unidos, Canadá, que nos exportan trigo, maíz, ya están en arancel cero varios productos. Estas reducciones son con países con los que no tenemos acuerdos”.
Asimismo, líderes de comerciantes establecidos en Guadalajara aseguran que más bien se trata de una medida temporal, y mientras no haya una inversión fuerte, un plan, una política que apoye la inversión privada para modernizar cadenas productivas, temas de carreteras, el gasto de seguridad que entiendo en las empresas, seguiremos teniendo esta aspirina, pues, aunque con este proyecto, los costos, si no bajarán, tampoco subirán.
De igual manera, los altos precios provocaron que los patrones de consumo tengan cambios importantes porque se sigue consumiendo lo básico de la canasta básica, pero la gente comienza a sacrificar pequeños lujos como frutas, a lo mejor unas berries ya no se compran porque están más caras.
Entonces, queda claro que con la estrategia de aranceles cero a alimentos no bajará la inflación. Su implementación solo evidencia que, en nuestro país, hace falta una estrategia de desarrollo del sector agrícola científicamente diseñada, y de un apoyo real a la productividad y al desarrollo tecnológico. Al no tener producción nacional suficiente tenemos que importar más. Asimismo, los recortes a programas del campo también han abonado a que la producción de granos haya disminuido en los últimos años.
El encarecimiento de los alimentos provocado por los altos precios de los insumos como los fertilizantes, en el fondo se trata del fracaso del modelo agrícola basado en el neoliberalismo, agravado ahora por la pésima administración del gobierno lopezobradorista. El campo mexicano, produce mucho y exporta productos de alto valor comercial, pero por otro lado nos hace dependientes en alimentos básicos.
Con los constantes aumentos en los precios de los alimentos, pudiera argumentarse que no es responsabilidad del Gobierno de la Cuarta Transformación, porque el choque viene de fuera, pero sí lo es, porque lo único que hace es atenerse a las medidas neoliberales y peor, aun con sus políticas, se contrae la capacidad productiva de nuestro país, quedando atados a la buena voluntad de los dueños del dinero. Elevarla la producción agropecuaria, sí se puede y debe hacerlo el gobierno y eso podría amortiguar los choques externos.
Frente al fracaso del lopezobradorismo para combatir los graves problemas sociales y económicos del país entre ellos la inflación, se evidencia la urgencia primero de quitar a Morena del poder de la nación, pero al mismo tiempo de cambiar el modelo económico neoliberal, por otro nuevo para la construcción de una patria más justa y próspera, donde se garantice desarrollo y prosperidad a todos los miembros de esta sociedad.
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