Con el riesgo de que parezca reiterativo y trillado el tema, pero ante las atropellos, excesos de poder, violaciones a las garantías constitucionales, falta de seguridad social y amenazas a líderes sociales antorchistas, en lo que va del gobierno de Miguel Barbosa Huerta, autoritario, hostil y represivo contra todo aquel que no simpatice con el grupo de poder de la 4T, de su gobierno, incluyendo a algunos medios de comunicación, ante todo esto, decía, no podemos quedarnos callados y por ello alzamos la voz de protesta para defender a todos los que hoy se ven lastimados por las políticas coercitivas del gobierno morenista de Barbosa.
En Puebla está sucediendo todo lo contrario a lo que Barbosa prometió en campaña, dando como resultado un fracaso acelerado de las altas expectativas que la ciudadanía tenía en la Cuarta Transformación. Conviene mencionar brevemente algunas de esas tropelías cometidas contra la ciudadanía poblana en lo que va de esta administración, afectando tanto su bolsillo como sus derechos constitucionales. En primer lugar, urgido de dinero, el nuevo gobierno comenzó a imponer contribuciones por todos lados donde fuera posible y quien paga es el de por sí lastimado bolsillo del pueblo: el aumento del pasaje en el transporte público; se crearon nuevos impuestos y aumentaron otros: Impuesto sobre la Nómina (ISN), gravámenes al hospedaje y juegos, se incrementó el costo del control vehicular: se ordenó el reemplacamiento obligatorio para todos los autos, se reactivaron las foto multas que tanto criticó en campaña, una repentina revisión "ecológica" obligatoria para todos los coches, renovación de tarjeta de circulación, incrementando su costo, con el argumento de que todo ese recurso sería destinado a seguridad pública, pero hasta ahora estamos viendo todo lo contario. A ello hay que sumar los dos últimos acontecimientos graves, diferentes, pero que tienen un mismo origen de fondo. Uno, negarle el registro a un nuevo partido político aunque cumpliera con todos los requisitos en tiempo y forma ante el Instituto Electoral, Movimiento Antorchista Poblano (MAP). Para lograr el bloqueo del MAP se tuvo que torcer la ley y violar los derechos electorales, amenazar a sus líderes con cárcel y a sus agremiados con represión. Dos, la inoperancia y la ineficacia de la 4T en Puebla, que no puede contener la inseguridad; eso se ve en el cobarde, vil y vergonzoso arrebato de la vida de los estudiantes de medicina y es una ofensa nacional que después de las manifestaciones públicas de protesta, el gobernador culpe a los estudiantes de dejarse manipular por los rectores, negando la realidad que están viviendo los jóvenes, que piden justicia y un alto a la inseguridad, jóvenes que asombrosamente se han mostrado respetuosos en todas las manifestaciones, pero con ejemplar y combativa lucha. Todos sabemos que la inseguridad se percibe en todo el estado poblano, convirtiéndolo en el segundo más violeto del país, según datos de lNEGI de enero de 2020. ¡Pero para Barbosa todo se reduce a una manipulación!
No sólo porque se prometió dejar atrás la corrupción, la inseguridad y los graves problemas económicos, sino que todo gobernante es su obligación trabajar en todos los temas sociales, para bien de sus ciudadanos, buscando el equilibrio social y el respeto integral de las garantías individuales, independientemente de colores partidistas, ideologías, intereses económicos y organización social. Nada raro, pero esto no sucede en Puebla, sino todo lo contrario, por eso, ante el abuso de poder del que son víctimas nuestros dirigentes y compañeros poblanos, lo denunciamos a los cuatro vientos y en todos los rincones de nuestra país, expresando nuestra total e incondicional solidaridad y respaldo político al Movimiento Antorchista Poblano, por su derecho legítimo a ser partido político y participar en la vida democrática en ese estado, por el respeto a sus militantes y sus representantes políticos y civiles, estamos y estaremos atentos ante cualquier llamado por algún atropello en contra de cualquier antorchista. Hoy más que nunca se vuelve necesario que todos los ciudadanos defendamos la autonomía de las instituciones y la vida democrática en Puebla y en México entero: ¡Alto al autoritarismo y a los abusos de los gobernantes enfermos de poder! Estaremos atentos ante la resolución del TJEP, pero si fuera negativa, ahí estaremos, sumados a los 100 mil antorchistas que pedirán respeto y un alto al autoritarismo barbociano, un basta a la descomposición social alarmante, que se manifiesta en actos cada vez más atroces, dictatoriales y delincuenciales como los que están sucediendo.
Por todo lo anterior, es vergonzoso ver la indiferencia y el silencio del gobierno federal ante los graves problemas sociales que están sucediendo en Puebla y en otros estados. En días pasados, cuando la reportera Francis Martínez, de AC Noticias, cuestionó al Presidente de la República en su conferencia mañanera, respecto a cuál era su postura ante la inseguridad que se vive en Puebla, AMLO respondió con generalidades, dijo que unos gobernadores apoyan menos y otros más, pero que todos estaban trabajando en el plan de seguridad, respuesta hueca que nada tiene que ver con la situación real que están viviendo los poblanos. En Puebla y en todo México debe regir el Estado de Derecho, esto es, las garantías que nos da la Constitución Política para no liarnos a golpes ni matarnos, el orden jurídico observado por todos y aplicado a todos y no la ley del embudo que aplica el poderoso en Puebla para amenazar, perseguir y castigar a quienes el gobernador considere sus adversarios. Así, otra perla del rosario de inconsecuencias del gobierno federal de AMLO es su silencio cómplice ante lo que Barbosa y sus títeres hacen en Puebla.
El gobernador, al realizar acciones contrarias a las que prometió en campaña, al aumentar impuestos castigando más al que menos tiene, al amenazar a los líderes de las organizaciones sociales y luego manifestar que se siente amenazado, al criticar a los jóvenes protestantes de ser manipulados —cuando lo que están pidiendo es algo justo y necesario después del atroz asesinato de sus compañeros—, al reprimir a los ciudadanos cuando denuncian a los malos gobiernos, violando sus derechos constitucionales de libertad de expresión, al no esclarecer el accidente mortal de la gobernadora y su esposo, —que hasta ahora sigue impune— y al decir que Dios los castigó por haberle robado la gubernatura, al hacer todo eso, Barbosa da pruebas irrefutables de acciones llenas de contradicciones que debemos analizar, porque reflejan a un hombre enfermo de poder, que no ve a la realidad con objetividad y no analiza los fenómenos en sus justas dimensiones. No desdeñemos la dictadura que se empieza a cocinar en Puebla, los actos de abusos contra Antorcha pueden ser el principio; defendernos y denunciar hoy, es defender a todos el día de mañana, porque quizás para entonces digamos, "ya es demasiado tarde".
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