“La tierra es de quien la trabaja”, lema del General Emiliano Zapata durante su incesante búsqueda de justicia social, igualdad y resistencia, sigue vigente en pleno año 2024 no sólo en Guerrero sino en todos los estados de la república mexicana.
En la entidad suriana, solamente en Chilapa de Álvarez, unos mil 200 campesinos de al menos 25 pueblos del municipio han realizado diversas acciones en demanda del fertilizante que requieren de manera urgente para abonar sus tierras y obtener cosechas que garanticen el sustento alimenticio de sus familias, pues sólo siembran para el autoconsumo.
Los más de mil 200 pequeños productores de Chilapa de Álvarez siguen buscando ayuda para fertilizar las tierras que rentaron para sembrar. En esta misma situación se encuentran miles de campesinos de todo el país.
En tiempo y forma, los pequeños productores, hombres y mujeres de pueblos como Nejapa, Amate Amarillo, Pantitlán, Los Amates, Tlaxinga, Santa Cruz, Santa Catarina, Acalco, entre otros, acudieron al ayuntamiento encabezado por el presidente municipal Aldy Esteban Román a solicitar fertilizante, mismo que les fue negado aduciendo tintes políticos.
Ante la desatención de su municipio, acordaron buscar apoyo del Gobierno estatal, donde les informaron que la gestión realizada ante el Gobierno federal no dio resultados, por tanto, no había posibilidad de entregarles el insumo agrícola que requieren.
Desesperados porque sus siembras de maíz necesitan urgentemente abono, han acudido en varias ocasiones al palacio de Gobierno en busca de la gobernadora Evelyn Cecia Salgado Pineda para solicitar su intervención. Asimismo, el fin de semana realizaron un mitin de protesta en el bulevar Eucaria Apreza, a la altura del arco de entrada al municipio, donde explicaron a los automovilistas y ciudadanía en general el motivo de sus acciones.
De manera detallada dieron a conocer que fueron excluidos del Programa Nacional de Fertilizante 2024 por no reunir los requisitos de las dependencias federales, entre ellos, el documento que avale la propiedad de las tierras que trabajan, al ser gente humilde que renta las tierras para sembrar a cambio de dos, tres, cuatro, cinco o más cargas de maíz, dependiendo de su extensión.
Tras ser excluidos del programa federal, solicitaron el respaldo de su municipio, que también les fue negado, y como última esperanza, pidieron la intervención del Gobierno estatal, que a la fecha no ha dado resultados, por lo que solicitan dialogar con la gobernadora morenista.
Una de las afectadas, Gloria Morales Maganda, de la comunidad de Pantitlán, quien sembró una hectárea y media de maíz, dijo que es urgente aplicar ya el fertilizante, de lo contrario la milpa dará elote chiquito.
Esperanza García Granados, de Atempa, expresó que carecen de recursos económicos para adquirir el fertilizante, que tiene un costo de 400 pesos cada bulto de 50 kilos. “A pesar de la buena temporada de lluvias, la milpa está amarilla porque necesita mucho fertilizante y consideramos que no habrá cosecha buena”, lamenta.
Los más de mil 200 pequeños productores de Chilapa de Álvarez siguen buscando ayuda para fertilizar las tierras que rentaron para sembrar. En esta misma situación se encuentran miles de campesinos de todo el país, que al no ser propietarios de tierras, no pueden acceder a programas federales para el campo ni cuentan con el respaldo de sus Gobiernos estatales ni municipales.
Esta situación obliga a diversas organizaciones y movimientos defensores de las tierras de los pueblos indígenas y campesinos a reivindicar los principios del General Zapata y a mantener vigente el lema “La tierra es de quien la trabaja”, a 105 años de su asesinato, un 10 de abril de 1919.
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