MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Auschwitz nunca jamás

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El pasado lunes 27 de enero, se conmemoró el 80º aniversario de la liberación de Auschwitz por parte de las tropas soviéticas en el recinto del antiguo campo de exterminio, una ceremonia ampliamente considerada como el último acto importante a que podrán asistir un número considerable de sobrevivientes.

La Organización de las Naciones Unidas declaró el 27 de enero como Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto.

A 80 años de la liberación de uno de los máximos símbolos del Holocausto, el antiguo campo de exterminio de Auschwitz, el horror vuelve a estar sobre la mesa para recordar las huellas de uno de los episodios más crueles de la historia.

Ochenta años del día en el que vivos parecían muertos y caminaron sin fuerza hacia el fin de una agonía extendida, entre cuerpos que perdieron la carne y dejaron a la vista los huesos frágiles de esqueletos débiles.

Si hay un nombre asociado a los horrores del régimen nazi en Alemania es Auschwitz, el campo de concentración y exterminio donde más de un millón de personas en su mayoría judíos fueron ejecutados. Es una herida aún abierta para el mundo.

La Organización de las Naciones Unidas declaró el 27 de enero como Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto.

Ya desde la época de estudiantes de secundaria nuestros maestros de historia nos comentaban que los nazis construyeron 30 campos de concentración donde los prisioneros vivían, en su mayor parte, a la intemperie. En cada campo, se llevaba un registro de defunciones llamado Totenbuch.

Este registro fue destruido en su mayor parte, cuando se acercaron los ejércitos aliados. En uno solo de sus treinta campos, el de Mauthausen, el comandante del campo, Franz Ziereis, llevó la cuenta de 65 mil muertos. 

En 1942 recibió Himmler, el jefe de la policía nazi o Gestapo, un informe manifestándole que de 136 mil 700 prisioneros enviados a un campo de exterminio, solamente entre junio y noviembre, murieron 70 mil 610 de hambre; 9 mil 267 fueron ejecutados, y 27 mil 846 fueron asesinados dentro de las cámaras de gases.

El más espantoso de esos 30 campos de concentración fue el de Auschwitz, donde según el jefe de dicho campo, Rudolf Hoess, morían diariamente, encerrados en cámaras de gases, 6 mil prisioneros.

Aun cuando los rusos y polacos fueron tratados con más ferocidad que los prisioneros occidentales, éstos tampoco fueron considerados dentro de las condiciones humanas que exige el Tratado de Ginebra sobre el caso de los prisioneros.

Con los judíos el comportamiento nazi fue peor aún. Parece imposible que pueda existir este “peor aún”, pero existió. La degeneración criminal llegó a esta iniquidad debido a la gran cantidad de judíos sacrificados por los nazis.

En el famoso proceso de Nuremberg cuando el juez le pregunta a uno de los culpables, Otto Ohlendorf, si la orden decía que toda la población judía debía ser exterminada incluyendo los niños, éste contestó: “Sí, incluidos los niños”.

Intentar entender Auschwitz-Birkenau, el mayor campo de exterminio y concentración del nazismo, es asomarse a un pozo de dolor y barbarie que está más allá de lo comprensible. Pero todo se da por repartirse el mundo sin importar las consecuencias.

“El Holocausto no es comparable a nada, cualquier analogía con la Shoah es una manipulación.

‘Nunca en la historia de la humanidad se había llevado a cabo un asesinato masivo de forma industrial’, escribió Raúl Hilberg en La destrucción de los judíos europeos, el gran clásico sobre los estudios del Holocausto. El exterminio de los judíos europeos entre 1941 y 1944, aunque en realidad empezó con la llegada de Hitler al poder con las primeras leyes racistas y antisemitas de 1933, no tiene parangón” (AM, 28 de enero de 2025).

La palabra genocidio, acuñada por el jurista judío Raphael Lemkin, nació precisamente del Holocausto, Sin embargo, desde la liberación de Auschwitz la violencia y el exterminio han continuado: se han producido tres genocidios reconocidos por la justicia penal internacional, Camboya, Ruanda y Bosnia. Pero es inevitable mirar a Auschwitz para tratar de comprender los horrores del presente.

Estamos nuevamente en una crisis, que hay tanto odio alrededor, tanta desconfianza, que si no se detiene puede empeorar más. Ahí tenemos el caso de Gaza, el genocidio que se está dando contra la población palestina, incluyendo mujeres y niños. Debemos evitarlo.

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