MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Avanza el mundo multipolar

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Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, se dio inicio a las negociaciones entre Estados Unidos y Rusia para poner fin a la operación militar en Ucrania iniciada hace tres años. Esto es el resultado del fracaso de los planes del imperio norteamericano y la OTAN que tienen como objetivo derrotar al gobierno ruso para después apoderarse de las inmensas riquezas con que cuenta esta nación. 

El presidente Donald Trump se vio obligado a reconocer la imposibilidad de que las tropas ucranianas, apoyadas y reforzadas por la OTAN, puedan vencer militarmente a Rusia. El mandatario consideró como un grave error el hecho de que el ex presidente Biden hubiese iniciado un conflicto armado en contra de la mayor potencia militar del planeta a sabiendas de que no le podría ganar. Como consecuencia de esto, Trump se opone a seguir enviándole armas y dinero a Ucrania y está apresurando las negociaciones con Rusia para no sufrir una derrota aún más humillante. 

Las dos grandes corrientes que gobiernan a los Estados Unidos tienen los mismos propósitos: apoderarse de las riquezas de otros países

Diversos analistas de renombre internacional ven en este suceso el inicio del declive político, militar y económico del imperialismo norteamericano, así como el fin del dominio hegemónico de esta potencia, para dar lugar a un mundo multipolar. El inicio de un mundo en el que existan varios polos de desarrollo en los continentes, que permitan la cooperación equitativa de las naciones para beneficio de sus pueblos, mundo por el que pugnan un grupo de países organizados en los BRICS. 

Hay que recordar que la Operación Militar Especial de Rusia fue iniciada en febrero de 2022 por dos razones: primero, fue un acto defensivo de la Federación Rusa en contra de los intentos de Estados Unidos y las potencias europeas de colocar bases militares con bombas nucleares en territorio ucraniano apuntando directamente hacia las principales ciudades rusas, con la complacencia de su títere Volodomír Zelenski, con lo que se violaban los acuerdos del 10 de febrero de 1990 mediante los cuales la OTAN se comprometió a no extender su presencia militar en Europa del Este. En segundo lugar, fue una acción para proteger a la población rusa que vive en la región del Donbass ante el genocidio emprendido por el gobierno neonazi de Zelenski desde 2014. 

El presidente ruso Vladimir Putin fue muy preciso en febrero de 2022 al señalar que la Operación Militar Especial se trataba de un acto de legítima defensa y que buscaba desnazificar y desmilitarizar a Ucrania. 

Según un reportaje de la revista buzos, durante los últimos tres años, los países de la OTAN gastaron más de 150 mil millones de dólares (mdd) en envío de armas y dinero hacia Ucrania, acción con la cual se violó el Derecho Internacional. Sin embargo, este dinero fue mal utilizado porque se invirtió en la guerra, para generar muerte y destrucción, en lugar de usarse para fomentar el desarrollo de alguna nación. Además, a Zelenski y allegados se les acusa de haber desviado a sus cuentas personales más de 102 mil mdd. 
 

Recordemos también que Estados Unidos y sus aliados europeos intentaron asfixiar a la nación rusa imponiéndole sanciones económicas, aislándolos del mundo y difamándolos a través de sus medios de comunicación para desprestigiarlos y fomentar el odio hacia Rusia. 

Estos mecanismos fracasaron: las sanciones económicas les resultaron contraproducentes a los países imperialistas, pues se calcula que las mayores empresas estadounidenses perdieron más de 324 mil millones de dólares al tener que cerrar sucursales en Rusia, mientras que la Unión Europea perdió más de 1 billón de dólares por dejar de comprar petróleo y gas natural ruso. 

En cambio, Rusia salió fortalecida, desde 2022, los habitantes de 4 regiones de Ucrania a través de elecciones libres decidieron adherirse a la Federación Rusa: Donetsk, Luganks, Jersón y Zaporiyia, en rechazo al golpeteo del ejército y de las bandas neonazis ucranianas; en 2024 su Producto Interno Bruto creció al 4.1% y emergió como actor clave en la geopolítica mundial, al fortalecer sus lazos de cooperación económica, científica y tecnológica con China y más de 140 naciones en regiones como África, Medio Oriente, Asia Central y el Pacífico. 

Ahora mismo una parte de la élite gobernante de Estados Unidos, los partidarios de Trump, considera “irreductible el fortalecimiento del mundo multipolar”, así lo declaró el secretario de Estado, Marco Rubio, para la cadena NBC el 19 de febrero, al mismo tiempo criticó que “la administración Biden inició una guerra por encargo en Ucrania creyendo que Rusia era débil”. 

Sin embargo, Estados Unidos como el gran depredador del mundo no pierde, porque ahora busca hacer pagar a Ucrania y a los países europeos los inmensos costos de su derrota militar. El gobierno de Trump obligó a Zelenski a firmar un documento en el cual Ucrania se compromete a ceder el 50% de sus riquezas minerales, gas natural y petróleo a los Estados Unidos, riquezas con valor estimado en más de 500 mil millones de dólares. Esto demuestra que las dos grandes corrientes que gobiernan a los Estados Unidos tienen los mismos propósitos: apoderarse de las riquezas de otros países. La diferencia solo es de forma. 

Trump y sus aliados se quieren engullir las inmensas reservas de minerales de Ucrania, como titanio, litio, cobalto, niobio y también de las llamadas “tierras raras”, un grupo de 17 elementos químicos, que se usan en la fabricación de productos de alta tecnología, como vehículos eléctricos, computadoras, teléfonos inteligentes, baterías, turbinas eólicas, entre otros. 

Además, la voracidad de los Estados Unidos se puede observar también en las declaraciones de Marco Rubio ante la Conferencia de Seguridad de Múnich el 14 de febrero, en la que señaló que “Europa debe hacerse cargo de su seguridad, aumentando su gasto militar” y que “debe asumir los gastos de reconstrucción de Ucrania”. Estados Unidos quiere obligar a los europeos que sigan comprando armas a la industria militar estadounidense y a que paguen la reconstrucción de la infraestructura ucraniana, cuyo monto asciende a más de 300 mil millones de dólares. 

Es importante señalar que hasta el momento Estados Unidos ha mantenido al margen de las negociaciones con Rusia a los países europeos, por lo que algunos líderes europeos han amenazado con no obedecer los acuerdos tomados entre Estados Unidos y Rusia, sin embargo, muchos analistas los consideran simples amenazas verbales, pues en los hechos las potencias europeas están en franco declive militar, económico y político. 

No hay duda de que el imperialismo estadounidense está en una grave crisis que seguramente lo llevará a su derrota final, sin embargo, sigue siendo sumamente poderoso y agresivo en contra de los países débiles, como lo podemos atestiguar los mexicanos con las agresiones de Trump hacia nuestro país. 

El gran mérito de Rusia y los BRICS se encuentra en hacerle frente al imperialismo estadounidense y con estrategias de colaboración y apoyo mutuo debilitar su dominio. Con esto se sientan las bases para la liberación de las naciones subyugadas por el imperio, como es el caso de México, sin embargo, en dicha liberación tienen que participar las clases trabajadoras mexicanas educadas y organizadas, dirigidas por un partido de nuevo tipo que tenga una concepción científica de la sociedad, un partido que forme la conciencia social de los mexicanos. 

Esta es una tarea que probablemente lleve mucho tiempo, pero que es ineludible, porque la humanidad debe seguir evolucionando en su forma de organización social para producir y distribuir lo producido: para conquistar mejores condiciones de vida para todos los honores y mujeres de la tierra.

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