MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Caso Tlalcuapan, alarmante inseguridad y la verdadera causa

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Un linchamiento es la ejecución tumultuaria y sin proceso de un sospechoso o un reo, habitualmente precedida de un arresto ciudadano, con la intención de aplicar la justicia más pronta y directamente sin esperar a formular un proceso legal y, por tanto, prescindiendo de la autoridad legal establecida y de los derechos humanos.

Es un acto que suele producirse de forma espontánea por motivos sociológicos concretos, normalmente por la conmoción social de un delito concreto. Sin embargo, también puede producirse por motivos racistas, religiosos o políticos. El procedimiento de ejecución elegido suele ser muy violento y, con frecuencia, precedido de torturas. En ocasiones, suele tener el propósito añadido de intimidar a un grupo concreto o minoría, creando violencia estructural.

La plataforma digital Infobae, tituló una nota el 15 de julio de este año de la siguiente manera: “Puebla y Tlaxcala son los estados con mayor número de linchamientos durante 2022: Causa Común”. El linchamiento en Tlaxcala se trató de una persona de sexo masculino, capturado en flagrancia (por lo que dicen las notas de algunos medios) robando una casa habitación, por vecinos de la comunidad de San Pedro Tlalcuapan, municipio de Santa Ana Chiahutempan, el 15 de abril pasado, ha dado mucho que hablar. 

En los días que corren nos enteramos de que han detenido, desde la Procuraduría General de Justicia de Estado, al presidente de comunidad de Tlalcuapan por participar en el linchamiento. Sobre la detención, algunos pobladores han manifestado su inconformidad.

Es importante tomar en cuenta que el fenómeno de los linchamientos en contra de presuntos delincuentes ha aumentado de manera alarmante a nivel nacional. El medio Crónica, del 16 de junio cabecea: “Alarmante aumento de linchamientos en México en los últimos años”, y dice lo siguiente: Los linchamientos en México se han incrementado de manera alarmante en los últimos cinco años derivados de la crisis de autoridad, inseguridad e impunidad que se registra en nuestro país. 

Además, otro reporte de la CNDH advierte que los linchamientos en México registran un aumento alarmante año tras año donde tan solo en 2018 se presentó un incremento del 190 por ciento, pero en 2019 con el nuevo gobierno, esta tendencia se mantuvo al alza, lo que ha encendido las alertas.

En Tlaxcala, esta crisis de autoridad e inseguridad se ha atenuado con la llegada de la morenista Lorena Cuellar, pues precisamente el caso Tlalcuapan es una manifestación, y solo eso, de dicha crisis. El Instrumento para el Registro, Clasificación y Reporte de Delitos y las Víctimas CNSP/38/15 Incidencia delictiva del fuero común1/ Tlaxcala, 2022 I, nos dice que de enero a mayo se han cometido 1975 delitos, en promedio 13 delitos por día (eso sin contar los que no se denuncian).

Por otro lado, Reporte Índigo, del 28 de abril titulaba así su nota: “La crisis de inseguridad en Tlaxcala para Lorena Cuellar” y dice en su contenido: “En los tres primeros meses de este año, de acuerdo con el Semáforo Delictivo, los incidentes aumentaron mil 300 por ciento respecto a enero, febrero y marzo de 2021 y la entidad se posicionó un 989 por ciento por encima de la media de los últimos cinco años. Los casos de violación también aumentaron en Tlaxcala un 114 por ciento en el primer trimestre del presente año.

Los linchamientos son, sin duda, reprobables y condenatorios, pero en una sociedad donde la impunidad y la delincuencia se pasean tan campantes sin que las autoridades actúen de manera contundente, con diligencia y profesionalismo, inclina de manera irremediable a la sociedad a tomar justicia por su propia mano, es por eso por lo que de no cambiar las cosas los linchamientos seguirán al alza. Por otra parte, los delincuentes cada vez serán más y estarán más dispuestos a tomar cualquier riesgo, si los sistemas económico y político mexicanos no ofrece mejores condiciones para vivir: empleo, salarios, salud, etc. 

Los linchamientos no son la salida al problema, los linchamientos crean más violencia y hacen a un lado el derecho legal constitucional con tantos años de gestación y desarrollo. Respetar el debido proceso, es respetar nuestra constitución. Sin embargo, para hacer valer el debido proceso, es necesario que el pueblo esté organizado y exija que se cumpla.

Ahora bien, el problema de fondo es económico, lograr una sociedad donde nadie tenga que robar para mantenerse vivo, es una tarea pendiente a la que se deben dedicar los hombres inteligentes y buenos de manera organizada. La tarea es distribuir la riqueza que concentran unos cuantos y repartirla, no en forma de limosnas (como ahora lo hace el Gobierno federal de López Obrador), sino creando empleos, pagando buenos salarios, invirtiendo en infraestructura de los pueblos y cobrando más impuestos a los millonarios.

Para llevar a cabo tales medidas, el pueblo organizado debe tomar el poder político nacional. El Movimiento Antorchista te invita a formar parte de los que queremos un país próspero, seguridad y tranquilidad para todos.

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