En el campo “estábamos mejor, cuando estábamos peor”, es la sentencia que pronuncian los campesinos productores en pequeño, debido a la situación crítica que se vive en la entidad debido a la falta de lluvias y la proximidad de la fecha de siembra de temporal, “es que no se puede barbechar porque el suelo está muy duro y seco”.
Como se dijo, las condiciones meteorológicas no son propicias y por si fuera poco muchos de ellos no tienen dinero suficiente para la renta del tractor, ni recursos para comprar semillas y fertilizantes que requieren los cultivos en tierras erosionadas por el arrastre del viento y agua, lo que representa un riesgo para la seguridad alimentaria del país, dado que con el proceso de desertificación la tierra pierde nutrientes y el potencial de ser apta para cultivos.
Se ha reconocido que Zacatecas es el primer productor de frijol a nivel nacional, al igual que de ajo, el segundo en la producción de avena, el tercero en chile verde y maíz forrajero, así como el cuarto lugar en tomate rojo, zanahoria y cebolla y octavo en avena forrajera.
Según datos disponibles la erosión afectará a 86.4 por ciento del suelo dedicado a la actividad agrícola que depende del temporal, por eso deben considerarse alternativas viables, por lo menos mantener la producción en el estado y se debe añadir que el presupuesto al campo se ha reducido alrededor de 30 por ciento en lo que va del sexenio federal.
A pesar de lo anterior, los programas anunciados por la 4T en apoyo al campo “nomás no llegaron”, y ya se escucha en los medios de comunicación que este 2022 serán beneficiados con acciones como: Programa de apoyo para productores de maíz y frijol, de producción para el bienestar, programa de fomento a la agricultura, ganadería y pesca o el crédito ganadero, así como el descuento en el diésel agrícola.
La incertidumbre e inconformidad es justa ya que el campesino vivió mal en el pasado pero siempre hubo esperanza porque aunque tarde sí recibían algunos subsidios como el de fertilizantes, semillas, implementos o el seguro catastrófico; se pensaba que las cosas mejorarían con Morena en el poder pero en la realidad empeoraron porque no han sido resueltas sus carencias ancestrales, además, se está creando una situación que provoca nuevos problemas como el favorecimiento a productores auspiciados desde el micrófono presidencial que se viven en la Segalmex o en la extinta Secretaría de Ganadería.
Por ejemplo, acusan que el precio de garantía para el frijol del campo zacatecano funciona a medias porque en los centros de acopio de Segalmex “son tantos los requisitos”, que la cosecha del campesino ha terminado en manos de los “coyotes”, siempre por debajo de los 14.50 pesos que debieran comprarles el grano, esto dependiendo de la calidad, pagando el arrastre al punto indicado con un precio por debajo de su costo de producción.
Los ganaderos corren con la misma suerte, los beneficios de dicho programa no se reflejan en los hechos. El campesino ya no puede vender sus puercos, reses o chivos; nadie los quiere, salvo a precios de regalo porque los compradores prefieren el ganado de los establos de la región que es más barato.
¿Qué vamos hacer? Se pregunta espantado el hombre del campo; ¿de qué vamos a vivir si lo único que podemos producir ya no vale y el gobierno quitó los fideicomisos que ayudaban al productor?
La situación descrita es real. El campesino tiene necesidades primordiales y debe acercar a su familia el dinero para la compra de comida, ropa, zapatos, educación y vivienda, cuando menos, lo demás, los pequeños viajes y paseos también ya se han eliminado, ahora hay otras urgencias dado el encarecimiento de los medios de vida.
Y el fruto de su labor, las malas cosechas y su ingreso económico derivado de su trabajo no le permiten cubrir en forma suficiente tales necesidades. Por eso, la aplicación de los programas enumerados líneas arriba debiera promover un desarrollo real en el terreno de la producción, transformación y venta de sus productos, de modo que pueda obtener con su trabajo el dinero necesario para vivir dignamente.
Por eso, si queremos lograr al menos la suficiencia alimentaria para México debe impulsarse la modernización del campo zacatecano porque esa también fue la promesa del presidente de la república, pero a casi 4 años de su mandato poco se ha logrado en la materia.
Los suelos de Zacatecas son propicios para producir frijol, pero si no se toman medidas preventivas puede ocurrir lo mismo que con el maíz amarillo, pues México se convirtió en el principal importador de este grano en el mundo, cuando es el alimento más importante y puede suceder que también comencemos a importar frijol.
Ya es tiempo de darles todas las facilidades a los campesinos pobres y dotarlos del equipo necesario para producir y los miles de millones que dice tener López Obrador deben impactar a través de esos programas lo que se vea reflejado en el bienestar de los hombres del arado.
Por nuestra parte, los antorchistas seguimos enarbolando la gestoría de apoyos para contribuir al progreso, por eso, mantenemos contacto permanente con campesinos para gestionar en la Secretaría del Campo y la Sagarpa las necesidades más apremiantes, pues para la producción de autoconsumo se requiere del respaldo del gobierno ante el aumento generalizado de los precios de insumos, semillas y combustibles.
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