Antes de empezar, debemos recordar cómo surge la música y cómo fue su desarrollo dentro de la historia de la humanidad. Todo esto a grandes rasgos.
En los orígenes de la humanidad, la música no era lo que conocemos actualmente, vaya, ni siquiera era música, los primeros vestigios eran sonidos que los hombres hacían mediante ritmos golpeando objetos con otros, después se le fueron agregando sonidos guturales, con la voz imitaban los sonidos de la naturaleza y de los animales, así surge la música. Poco a poco todo esto fue evolucionando hasta llegar a la música que conocemos hoy en día.
La música también ha tenido un desarrollo social dentro de la historia, empezó siendo música popular porque la música nació del pueblo trabajador, pero poco a poco la música fue perfeccionándose con los grandes compositores, se fue privatizando para las clases más privilegiadas, empezando con la música eclesiástica, donde solo podía haber música con temas religiosos, después la música de las clases adineradas, la aristocracia, y fue así como la música pasó de ser una expresión artística del pueblo a ser arte para el disfrute de unos cuantos, de los que podían pagar y mantener a los artistas, convirtiendo a la música en una mercancía exclusiva para las clases más privilegiadas, convirtiéndola en propiedad privada.
Así fue durante siglos hasta que las condiciones económicas y sociales permitieran que la música se popularizara cada vez más, haciendo que los músicos profesionales ya no estuvieran bajo el dominio de alguien, sino que tuvieran la libertad de venderse al mejor postor, entonces la música pasó de ser una manera de expresión de los sentimientos humanos y de propiedad privada, a ser una mercancía más popular, más comercial.
Ahora, para iniciar con el tema, surgen tres preguntas que quiero plantear: ¿Cómo saber si la música es de calidad o no? ¿Qué parámetros definen la calidad de una obra artística (en este caso la música) para ser considerado verdadero arte? Y ¿la calidad la define el trabajo y creatividad del artista o la cantidad de gente que la consume?
Antes que nada, debemos definir o saber que significa calidad: la calidad es una propiedad esencial que pertenece a cualquier cosa permitiéndole ser valorada con respecto a cualquier otra de su misma especie, en pocas palabras, la calidad de algo nos permite ver si es bueno o malo al compararlo con otra cosa igual. ¿Y quién determina la calidad de una obra artística? El doctor Juan Ramón Fabelo Corzo nos da dos respuestas a esta pregunta: la primera es el pueblo, la masa popular y la segunda son los expertos del tema tanto artístico como estético, por ejemplo: si comparamos el hit del momento como “Mayores” de Becky G y Bad Bunny con una pieza académica como las “Variaciones Goldberg” de Bach o “Bohemian Rhapsody” de Queen. ¿Qué diferencias podríamos encontrar musicalmente como para decir que una tiene mayor calidad que la otra? Si ahondamos un poco podemos darnos cuenta que “Bohemian Rhapsody” es melódica y armónicamente más compleja que “Mayores” y, al mismo tiempo, las “Variaciones Goldberg” son mucho más complejas que las dos anteriores. ¿Pero que sean más complejas significa que sean de mayor calidad? Si dejamos que la masa popular decida sobre cuál de estas tres piezas es de mayor calidad el resultado puede ser subjetivo ya que el pueblo es moldeable. ¿Qué nos quiere decir esto? Que, si le presentas cualquier cosa con la etiqueta de arte, el pueblo lo concebirá así, entonces su valor artístico no recaerá en la verdadera calidad, sino que se vuelve algo socialmente medible, es decir, entre más aceptación tenga más será concebida como arte. Ahora bien, si vemos la postura de los profesionales, a los especialistas y críticos del arte, su concepción será elitista, clasista, proponiendo que la calidad está en las piezas mejor trabajadas.
Pongamos otro ejemplo: la canción “La bella y la bestia” del rapero Porta y la cantante Yuriko en comparación con “Culón, culito” de Cártel de Santa, dos canciones del mismo género. ¿Cuál es la diferencia entre estas dos si son del mismo género? La diferencia recae en la calidad de contenido. “La bella y la bestia” toca el tema del abuso hacia la mujer, teniéndola como un ser inferior al hombre, relata lo que miles de mujeres sufren día a día; por otro lado, “Culón, culito” solo habla de alguien que siente que es superior a otro denigrándolo. Si nos ponemos a pensar un poco podemos darnos cuenta que ambas canciones hablan sobre alguien que se siente superior a otro y que sienten el derecho de humillarlo y hacerlo menos, la diferencia, y donde entra la calidad del contenido está en la manera en la que es expresado en la canción. “La Bella y la Bestia” nos lo muestra de una manera descriptiva, pero no vulgar, la canción tiene un contenido formativo, reflexivo sobre el tema del abuso hacia la mujer, la otra canción no tiene un contenido educativo, un contenido que nos haga reflexionar. Debemos recordar que la música, como el arte en general en nuestra actualidad, ha perdido un tanto su esencia de medio de expresión de los sentimientos y emociones humanas, ha perdido un poco su tarea educadora, reflexiva y transformadora.
Yo creo que actualmente la música ha decaído, tanto musicalmente como en el contenido, aunque debo admitir que no en toda la música, porque hay muy buena música actualmente, muy buenas letras y ritmos que son muy impresionantes, pero también hay canciones y obras musicales que no aportan nada al crecimiento del individuo. También tenemos la cuestión de las preferencias generacionales, actualmente la apreciación a “el buen arte”, se ha dejado de lado y eso ha ocasionado que uno no sepa diferenciar entre lo que es bueno y lo que es malo, hay música que tiene mensajes que favorecen a la transformación del hombre como canciones con temas que corrompen al individuo, ahí tenemos a los narco corridos, las canciones de banda que solo incitan a embriagarse, a drogarse y a tener sexo desenfrenado, al reggaetón que denigra la integridad física y moral de la mujer, y así muchos ejemplos.
Todo mundo tiene derecho de escoger y elegir lo que quiere en su vida y ahí también entra la música, las preferencias musicales de cada quien, pero lo que ahora deberíamos de pensar es en por qué nadie se detiene a pensar o a analizar el contenido de la obra, de la canción o composición musical y esto pasa por que estamos tan mal acostumbrados a cosas nuevas que nos conformamos con lo que los medios masivos de comunicación nos pones al alcance de nuestras manos, canciones tan iguales que no nos damos cuenta, es por esto que se vuelven reconocidas, por su fácil aceptación en la sociedad, canciones y obras musicales que no aportan nada a la sociedad, letras repetitivas que no son tan buenas y melodías que al repetirse tanto se te quedan grabadas, pero no por ser espectaculares.
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