Se puede decir que la educación está presente en todos lados. Este horizonte educativo atraviesa otros horizontes prácticos, hay una relación de lo pedagógico con lo económico y lo político. La pedagogía es un sistema delimitado por la educación, la formación, la cultura, la ideología, la comunicación, la enseñanza, la sabiduría, la ética, etcétera.
Tratando de reflexionar fundamentalmente sobre la educación en un mundo globalizado, podemos entender por qué actualmente ésta forma sujetos que serán capital humano, una herramienta, una mercancía más para el capitalismo.
México ocupa el tercer lugar mundial en jóvenes que ni estudian ni trabajan, de acuerdo con un ranking de la OCDE, donde sólo le anteceden Turquía con 27.9 % e Italia con 22.9 %.
Está claro que la educación se produce, más o menos, en dos ámbitos: en el hogar y en la escuela. En ambos lugares se tiene el mismo objetivo: cultivar una moral capitalista.
Al ser una pedagogía de dominación de una clase por otra, aniquila otras formas de educación, de cultivación del ser humano. Esta situación, dicho sea de paso, tenemos que cambiarla, pues desde mi humilde opinión, no es justo un sistema que permite que, mientras un reducido porcentaje de la población lo tenga todo, la inmensa mayoría no tenga nada.
Aun en la enseñanza se refleja el dominio y se justifica la explotación de una clase por otra.
¿Cómo repercute esto en nuestra juventud? Veamos: La juventud mexicana se encuentra postrada; el control ideológico que el sistema ha diseñado, aplica y ajusta constantemente ha dado resultado.
La parte más culta, inteligente y preparada de nuestro país y del mundo acepta todo lo que el sistema propone. La mayoría de los jóvenes, imbuidos por el individualismo más acendrado, sólo se preocupan por sí mismos: por ingresar, personalmente, al centro de estudios que escogieron. Los estudiantes mexicanos viven en los umbrales de la miseria, eso sí... ¡solos!
En una nota reciente de www.informador.mx, se informa que el 20 % de los mexicanos entre 15 y 29 años no estudian ni trabajan, a pesar de los informes del gobierno sobre atención en programas sociales.
México ocupa el tercer lugar mundial en jóvenes que ni estudian ni trabajan, de acuerdo con un ranking de la OCDE, donde sólo le anteceden Turquía con 27.9 % e Italia con 22.9 %.
A muchos de nuestros jóvenes tampoco les resulta impensable la calidad académica y profundidad científica de la educación que reciben. Sólo les preocupa pasar sus materias a como dé lugar, incluso copiando o comprando la calificación.
No se dan cuenta de que la poca calidad del conocimiento los pone en desventaja frente a otros estudiantes o profesionistas egresados de escuelas particulares o con estudios en el extranjero.
El mercado laboral sólo absorbe al 30 % de los egresados de universidades públicas y le da preferencia al 50 % de los egresados de universidades privadas.
A lo anterior hay que sumarle la indiferencia de los estudiantes, prácticamente de todos los niveles, ante la problemática del pueblo pobre de México. No saben o no les importa el bajísimo crecimiento económico del país.
Según www.elfinanciero.com.mx, el crecimiento promedio anual en los primeros cinco años del gobierno de AMLO es de 0.8 %, el más bajo desde el periodo de Miguel de la Madrid (1982-1988).
La falta de empleo sigue afectando a los más pobres, con 1.5 millones de personas desocupadas en el primer trimestre del 2024, según la ENOE. Además, la preocupación del estudiantado por adquirir conocimientos de filosofía, pintura, literatura, danza, oratoria, etcétera, es casi inexistente.
El fracaso del capitalismo y las condiciones actuales de nuestro país dejan claro que la actitud individualista, que divide y enfrenta a las personas, sólo beneficia a quienes históricamente han mantenido la riqueza.
Es a ellos a quienes les conviene la falta de unidad de lucha y trabajo colectivo en que caen los pobres del mundo. Por lo tanto, invito a “desterrar” la pedagogía de la dominación, que está al servicio del capitalismo.
Esta pedagogía de la globalización aniquila otras pedagogías progresistas existentes y sigue deformando al ser humano, haciéndole creer que produce beneficios, cuando en realidad produce personas para trabajar sin parar.
Los invito a cambiar de actitud, a unirse, apoyarse y trabajar coordinadamente. Ese día en que logremos empezar a cambiar, mejorarán radicalmente nuestras condiciones y obligaremos a los poderosos del mundo a renunciar a los privilegios obtenidos a través de la explotación económica.
La lucha que se está dando en BCS por mejores condiciones de la Preparatoria Moctezuma Ilhuicamina en Los Cabos es un ejemplo de cómo, organizados y luchando, se puede invitar a los estudiantes nobles, desinteresados e inteligentes a tomar conciencia y organizarse por un futuro mejor. Tarde o temprano, los resultados llegarán. Como dijo el poeta Miguel Hernández:
"Sangre que no se desborda,
juventud que no se atreve,
ni es sangre, ni es juventud,
ni relucen, ni florecen.
Cuerpos que nacen vencidos,
vencidos y grises mueren”.
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