El teatro nace en la Antigua Grecia como una manifestación de lo que ocurría en la sociedad, como una forma de diversión para los gobernantes, pero también como una manifestación de las inconformidades que tenía esa sociedad en particular.
Hoy el teatro, que forma parte de una de las bellas artes, es una de las disciplinas que poco se ejecuta, que poco se practica, y quien lo hace lo realiza con el fin de sacar el mayor número de ganancias, no para que los mexicanos se sientan identificados, sino para sacar de ellos la mayor cantidad posible de dinero.
El Movimiento Antorchista ha promovido que las bellas artes se fomenten a lo largo y ancho del país y que el dinero no sea una condicionante para que esto ocurra, pues no sólo llevamos arte a las colonias, sino que promovemos que los mexicanos lo practiquen, puedan ser parte de ellas y que en momento dado sean ellos profesionistas del mismo.
Ninguna de las manifestaciones artísticas sintetiza, como el teatro, el poder estético de las artes plásticas, de las pictóricas y de las artes habladas.
Así es como en cada uno de los estados Antorcha cuenta con grupos culturales formados por jóvenes hijos de obreros y campesinos, amas de casa, profesionistas y demás; así Antorcha llega no solo con el planteamiento de un mundo donde todos los mexicanos tengan pan y vestido, sino que también tengan la oportunidad de desarrollar su espíritu.
Hoy toca el turno a desarrollar el teatro, pues se da a conocer la convocatoria que lanza la Comisión Nacional Cultural, en la que se enumeran las bases para la participación de los grupos que así lo deseen. La convocatoria es el punto de lanzamiento que reunirá a miles de actores de los 32 estados de la república en un mismo punto, reunirá el talento y el trabajo que durante meses han venido realizando los grupos en cada uno de sus centros.
Los precios de las entradas para obras de teatro pueden variar, pero en México, los boletos para una obra comercial pueden costar entre 150 y 1 mil 800 pesos; cuando hablamos de obras comerciales son esas que no tienen un sentido social de contenido o que sólo son mera sátira de la situación que viven los mexicanos, sin ofrecer una posible solución.
Ya sea que si hablamos de obras de teatro, si así se le quiere llamar, como Monólogos de una Vagina, Aventurera, Cabaret, etcétera, a esto es lo único a lo que pudiera tener acceso el mexicano promedio y no a las verdaderas obras que tratan de promover una inconformidad con la situación real que vive nuestra sociedad.
El secretario general del Movimiento Antorchista, Aquiles Córdova Morán, explicaba ya la importancia del teatro: “ninguna de las manifestaciones artísticas sintetiza, como el teatro, el poder estético de las artes plásticas, de las pictóricas y de las artes habladas”. Y los mexicanos debemos de impulsar que en todo el país se practique esta bella arte, a pesar de que el Gobierno no le tome la importancia necesaria.
El presupuesto que el Gobierno de México destinó para cultura en 2024 fue de 16 mil 754 millones de pesos. En términos reales, es decir, ya quitando el efecto de la inflación, se trata de un recorte del 3.8 % en comparación con lo destinado hace seis años, en 2018, el último año de Peña Nieto, y un 0.7 % menos que lo destinado en 2019, el primero de López Obrador.
Esto es un claro ejemplo de que para el Gobierno el arte y la cultura son lo menos importante, por ello debemos nosotros, los antorchistas y los mexicanos, impulsar esta arte, porque también es un derecho constitucional, como la vivienda, la salud y los otros muchos servicios de los cuales aún estamos privados.
Promovamos el teatro, también para denunciar, también para decir en cada puesta en escena: el pueblo está inconforme y exige justicia.
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