MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

En Oaxaca hay buenos resultados, dice Murat

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No es cosa rara que, en nuestro país, los políticos de la clase dominante actual tengan como una de sus aspiraciones máximas ser presidentes de los Estados Unidos Mexicanos, bajo el pretexto de querer cambiar, ahora sí, las cosas de forma positiva y para bien de todos. 

Y así, con esa estrella en las alturas, se van abriendo paso, unos desde los gobiernos municipales, otros desde los estatales, avanzando, poco por su buen trabajo y mucho por influencias. Hasta ahora ese pretexto no se ha cumplido para los ciudadanos, quienes son los que en gran parte creen en ellos.

Uno de esos políticos, y del que se ha hablado en últimas fechas es Alejandro Ismael Murat Hinojosa, o solo Alejandro Murat Hinojosa, priísta que actualmente funge como gobernador del estado de Oaxaca, y que ha crecido en el mundo de la política, ya que es hijo de José Murat (también de las filas del PRI), quien también fue gobernador de los oaxaqueños durante el periodo 1998-2004.

Apenas la reciente semana que terminó, Murat (hijo) hizo declaraciones a medios nacionales sobre que tiene intenciones de aspirar a la presidencia de la República para 2024, pues ya este año culmina su gobierno que inició en 2016; aseguró que “por los resultados positivos que ha dado su gobierno confía en ser la mejor opción del Partido Revolucionario Institucional (PRI), para contender por la Presidencia de México en 2024”. ¿Será cierto?

Si nos vamos a los “buenos resultados”, según él, de su gobierno, podemos encontrar que, si bien, el secretario de Bienestar en la entidad, Rubén Vasconcelos Méndez, señaló en enero de este año que Oaxaca registró una disminución de 6.3 puntos porcentuales en población en situación de pobreza, al pasar de 68 por ciento a 61.7 por ciento durante el periodo 2016-2020, que corresponde al tiempo transcurrido de la presente administración, por otro lado, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), demostró en sus investigaciones que en 2020 Chiapas, Guerrero y Oaxaca concentraron los municipios con mayor porcentaje de la población en situación de pobreza; de una lista de 15 municipios con más pobreza, 8 se encuentran en Oaxaca, la mayoría de ellos, indígenas.

Sumemos también que, en Oaxaca, siete de cada 10 niños y niñas menores de seis años de edad viven en condiciones de pobreza, esto lo asegura el Ranking de Pobreza en la Primera Infancia, de la iniciativa ciudadana “Pacto por la Primera Infancia”, que abarca información sobre carencias sociales en el período de 2018 a 2020. Según su coordinador, Alberto Sotomayor, Oaxaca ocupa el tercer lugar de las entidades del país con mayores niveles de pobreza en este sector de la sociedad, por debajo de Chiapas y Guerrero.

No hay que dejar de lado que estos estados de la república llevan arrastrando las pesadas cadenas de la pobreza y el rezago desde hace años, y donde las comunidades originarias son las que se llevan la peor parte, pues viven en el olvido, en la indiferencia y hasta el repudio de la esfera política, más allá de lo que demuestren a través de los medios de comunicación, sobre todo el periodo electoral. Muy al estilo de la política neoliberal.

Sobre este último punto, del espectáculo de las campañas electorales, también el CONEVAL dio a conocer que este año seis gobernadores se van de su cargo y dejarán a los mandatarios sucesores más niveles de pobreza, rezago educativo y más carencias en el acceso a la salud; estos son: Durango, Tamaulipas, Aguascalientes, Hidalgo, Oaxaca y Quintana Roo.

Para los especialistas y organizaciones como Acción Ciudadana Frente a la Pobreza y el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), que analizan los temas de las carencias sociales en México, una de las razones por las que estos seis estados incrementaron sus niveles de pobreza, rezago educativo y salud se debe a la falta de inversión en estas áreas. Por ejemplo, los datos de este centro de investigación, en el estado de Oaxaca cerca del 80 por ciento de su población depende de los servicios del sistema de salud estatal, es decir, no cuentan con seguridad social y esto genera que los ciudadanos gasten de su bolsillo para atender sus enfermedades. Con los estragos que dejó la pandemia y de los que aún no nos recuperamos a nivel nacional, curarse por cuenta propia de cualquier malestar es casi imposible.

En el campo educativo, en cuanto a deserción escolar, de las seis entidades, la caída más pronunciada es en Oaxaca, tenía una cobertura del 81.7 por ciento en educación básica en 2016 y bajó al 73.8 por ciento en 2022. Y en cuanto a la pobreza en 2021 hubo 5 mil nuevos pobres y 280 mil ciudadanos comenzaron a padecer por lo menos una carencia social.

Esta evidencia es solo una pequeña parte de los que ocurre en aquel estado del sur de México. Es sabido a nivel mundial que Oaxaca es un estado hermoso, un punto turístico importante, pero al mismo tiempo, con un alto grado de pobreza y con gobiernos insensibles, como el de Alejandro Murat, por lo que querer contender para la presidencia de 2024, es echarse la soga al cuello, pues esos “buenos resultados” no se ven por ningún lado. Solo es ambición de poder.

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