MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Entre recortes presupuestales y austeridad republicana

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Entre tanto recorte al presupuesto destinado al gasto de los estados y municipios y la dichosa “austeridad republicana”, gracias a la política equivocada de Morena para aplicar el erario que se reúne con el pago de los impuestos de los mexicanos, ¿cómo se van a resolver las necesidades de la gente?

Ante la negativa de las autoridades para atender demandas del pueblo tecomateco y destinar los recursos necesarios para su ejecución, el antorchismo reúne el recurso necesario y atiende las necesidades.

¿Con los 2 mil o 3 mil pesos que le lleguen a la gente se podrán construir centros de salud o clínicas donde hacen falta, o dotar de equipo y medicamento a las ya existentes? ¿Se podrá construir por lo menos aulas o dotar de servicios e infraestructura faltante a las escuelas? ¿Con esos apoyos la gente ya tendrá drenaje sanitario, agua potable, electricidad, espacios deportivos, seguridad?

¿En verdad los programas de apoyo social —aplicados en los sexenios del PRI y del PAN—, ahora rebautizados por Morena como programas de bienestar, hacen honor a su nombre y los millones de mexicanos que vivimos en pobreza tenemos bienestar? 

La realidad es que no, por el contrario, los problemas que comenzaron agudizarse en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, están teniendo repercusiones infranqueables y ahora, como única medida, la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo afianza la “austeridad republicana”.

Entre las aportaciones federales afectadas negativamente para Puebla están el Impuesto Sobre Automóviles Nuevos (ISAN), los fondos de Compensación de Repecos e Intermedios, el Fondo de Fiscalización y Recaudación, así como el Impuesto Sobre la Renta (ISR), entre otros, provocando que la Federación destine menos dinero para el estado.

De acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, Ifigenia Martínez y Hernández (CEFP), de la Cámara de Diputados, también se recortaron proyectos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Entre tanto, el Congreso del Estado de Puebla avaló que, en el primer año de la administración de Alejandro Armenta Mier, el gasto sea de 126 mil 223 millones de pesos, es decir, 5 % más que el año anterior.

Se contempla que 11 mil 600 millones de pesos se obtengan a través de recursos fiscales, 114 mil 547 millones de pesos por federales y 74 millones de pesos por otros. Es decir, durante su primer año, la actual administración estatal prevé recaudar dicha cantidad a través de impuestos, derechos, productos y aprovechamientos, así como de recursos provenientes de convenios y subsidios, entre otros.

Sin embargo, pese al incremento, los municipios, a través del documento “Participaciones a municipios”, se les notificó el recorte presupuestal. En el caso de Tecomatlán, se le impone una reducción del 44 %, es decir, de 449 mil 694.86 pesos, teniendo que reducir los gastos en rubros como gastos para la planta de trabajadores administrativos y manuales, por falta de presupuesto a la nómina; apoyo a los ciudadanos en salud, educación y alimentación; reducción de gastos para mejorar la infraestructura, arreglo a edificios públicos, carreteras y cuidado de espacios públicos, siendo los únicos afectados los ciudadanos.

De acuerdo con Miguel Calderón Chelius, doctor en Sociología por el Colegio de México (Colmex) y egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el recorte presupuestal no es normal, pero en casos como este representa una de las soluciones más efectivas para no aumentar el déficit fiscal de la federación, es decir, el gobierno federal asigna menos recursos a los estados y sus dependencias para que, a su vez, gasten menos dinero.

Este déficit se acrecentó debido a múltiples obras ejecutadas por la administración federal, como el Tren Maya, la Refinería Olmeca y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), con costos inclusive por encima de lo presupuestado, comprometiendo varios recursos y ahora, para subsanar las presiones financieras, la administración federal actual se ve obligada a reducir el presupuesto con la finalidad de gastar menos dinero, pero perjudicando al pueblo mexicano.

Pese a todo esto, las necesidades siguen existiendo; la realidad no puede ser modificada por decretos, como nos quiere hacer creer Morena, y ante esa inevitable realidad, hay que darles solución a los problemas.

Retomando el caso de Tecomatlán, municipio emblema del antorchismo, y afectado por el poco recurso que de por sí ya se le asignaba por parte de las administraciones anteriores, “la organización de los pobres de México” ha intervenido directamente para contribuir en el desarrollo de sus comunidades a través de recursos propios, generados con el trabajo de todos los antorchistas a nivel nacional mediante colectas y diversas actividades económicas.

Muestra de ello es la ejecución de varias obras importantes como la construcción de un módulo sanitario en la Primaria Oficial “Miguel Hidalgo”, la rehabilitación y mantenimiento de los edificios, ampliación de la barda perimetral y donación juegos para el área recreativa en el Preescolar “General Gabino Lozano Sánchez”, ambos en la cabecera municipal, así como la pavimentación de la calle “Llano largo” en la junta auxiliar de Olomatlán y la construcción de la barda perimetral del panteón de la comunidad de Tempexquistle e Isla La Paz.

Ante la negativa de las autoridades gubernamentales para atender estas demandas del pueblo tecomateco y destinar los recursos necesarios para su ejecución, como es su obligación, el antorchismo nación se rehusó a permanecer inerte y comenzó a reunir el recurso necesario para atender estas necesidades.

El llamado tuvo una respuesta muy favorable por los antorchistas de todo el país, pues en su mayoría, a pesar de no conocer estas comunidades, fueron solidarios y fraternos con sus hermanos antorchistas de Tecomatlán.

Esto nos pone de manifiesto que la organización es el único camino que le queda al pueblo mexicano para hacer valer su número y exigir a las autoridades gubernamentales que apliquen el erario, que reúnen con los impuestos que pagamos todos los mexicanos, en acciones que verdaderamente atiendan las necesidades de la mayoría y no los caprichos faraónicos de los gobernantes.

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