Nuestro mundo se encuentra en crisis, una crisis creada, cilindrada y atizada por los grandes capitalistas, que quieren ver el mundo arder.
En su cabeza sumamente nublada por el hambre de ganancia, ven al mundo como un gran botín y hacen lo posible e imposible por quitar de su camino a quien se interponga, llámense gobiernos progresistas o individuos que no estén de acuerdo con el sistema de cosas establecido y deseen un cambio profundo, como en los últimos años lo han dado a conocer los países de Rusia y China, que se han coronado como ejemplos para el mundo y sus habitantes, como países a imitar.
La Espartaqueada Cultural es una joya que reúne el esfuerzo colectivo de miles de mexicanos que creen en el arte como motor de transformación social.
Pero, por supuesto, su éxito y forma de llevar los rumbos de sus patrias disgustan a los que se creen dueños del mundo, en cuya cúspide se encuentra Estados Unidos, un país con una historia gris: armamentista, intervencionista, que se muestra con una sonrisa y se autonombra defensor de los derechos humanos y la paz mundial, por un lado, y por el otro financia o apoya guerras de exterminio, como la que sucede desde hace varias décadas en Gaza por parte de Israel y que en los últimos años se ha descarado ante los ojos del mundo.
En medio de todo este desorden mundial y lo que nos compete más de cerca, en un país azotado por el crimen organizado, con la inseguridad desbordada por la pobreza que afecta a más de cien millones de mexicanos, que todos los días tienen que tronarse los dedos para poder saber qué comerán sus hijos, pues los recursos son limitados y el empleo es escaso, ya no alcanza siquiera para poder adquirir la canasta básica, que se encarece sin remordimientos de quienes llevan las riendas del país y, con sus decisiones desacertadas, vienen hundiendo a la nación, en medio de este caos hay un grito de esperanza, grito lanzado por el Movimiento Antorchista, con todas las actividades que realiza a lo largo y ancho del país, encaminadas a la formación de los mexicanos.
La más reciente actividad, la que estamos presenciando hoy en día, es la Espartaqueada Cultural Nacional 2025, que este año está reuniendo a más de 25 mil artistas de todos los rincones del país, en esta justa que se realiza año con año en el municipio de Tecomatlán, Puebla, cuna del antorchismo nacional. Un año es deportivo, otro cultural.
Tecomatlán es el emblema de lo que Antorcha quiere lograr en todo el país, pues es un ejemplo de perseverancia y bienestar para sus habitantes; en este lugar, hace unos días Antorcha inauguró una de las obras más importantes para el antorchismo nacional, una obra magníficamente bella, que enaltece el trabajo de Antorcha en el terreno del arte y promete ser una herramienta fundamental para que los mexicanos puedan gozar de arte: me refiero al teatro “Aquiles Córdova Morán”, una joya en medio de la Mixteca poblana.
Aquí, en este gran recinto, se está llevando a cabo la XXI Espartaqueada Cultural, con un gran derroche de talento artístico, en donde estamos viendo cómo niños, jóvenes, adultos, campesinos, amas de casa, obreros, pueden sentir el arte y transmitirlo de una forma bella, en las disciplinas de canto, danza, baile, poesía y oratoria.
Poder presenciar la Espartaqueada es un agasajo cultural de altos vuelos, al que todos los mexicanos deberíamos tener acceso, pues es una experiencia inigualable.
Los artistas que asisten a la Espartaqueada Cultural no van a ella movidos por un interés económico, sino que su único deseo es poder presentar su arte ante el público, mostrarlo y que sea valorado con alguna presea sencilla, pero significativa, que sin duda atesoran en todo su ser, porque sintetiza el esfuerzo de muchos meses de ensayos y desvelos para poder lograr el cuadro de danza o de baile, la declamación perfecta de la poesía —coral o individual—, el canto, la pieza oratoria… mucho esfuerzo acumulado de artistas, coreógrafos y demás involucrados en esta gran tarea.
Con esta justa cultural, una vez más Antorcha demuestra que está viva, más viva que nunca, y que el trabajo cultural, que el arte, es parte esencial de su vida y quiere llevarlo a todos los mexicanos para que estos se sensibilicen y adquieran riqueza cultural.
Esos son los mejores deseos de Antorcha, por eso trabaja día a día, sin claudicar un sólo momento. La tarea es difícil, pero no imposible. Unidos, todos los antorchistas del país podremos lograr el cometido. Adelante, compañeros, sigamos trabajando en pro de una mejor patria.
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