MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Explosión demográfica

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La super población es una de las causas más importantes de la mayoría de los problemas en el mundo. No importa si se trata de una falta de alimentos, agua potable o energía, cualquier país del mundo tiene o tendrá que enfrentarse a ello.

Tan solo en un año, de 2006 a 2007, solamente en la ciudad de Saltillo, se incorporaron 16 mil habitantes, mientras que los fallecimientos apenas superaron los 2,600, dando como resultado desmedido crecimiento poblacional con todas sus consecuencias. Esta ciudad cuenta con una extensión territorial de unos 6,837 kilómetros cuadrados y una población aproximada de 648,929 habitantes. 

La situación a nivel estatal no es muy diferente, ya que según datos arrojados en el último censo del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Coahuila cuenta en la actualidad con una población total de 2 millones 515 mil 297 habitantes, dicha cifra representa más del doble de los habitantes que había en la década de los años 60 cuando había 1 millón 114 mil 956.   

Esta desordenada explosión demográfica y su distribución son determinantes en la calidad de vida de las comunidades porque no hay la infraestructura económica suficiente para dar servicio a esta burbuja social de casi 700,000 habitantes (Martinez,2015).

En un día normal, en la delegación Coahuila del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), nacen casi 70 bebés, obviamente la cifra crece al contar los que nacen en el medio. De ahí deriva la baja calidad, e incluso la carencia de servicios de seguridad, salud, de empleo, vivienda y de todas aquellas necesidades básicas que se requieren para vivir dignamente, y que solo puede ser sustentada con una enorme infraestructura social y económica. De este punto de partida se derivan problemas latentes y preocupantes como los rezagos económicos y sociales que se manifiestan en saltillo como en muchas ciudades del mundo.

Pese a las acciones relativas al control de la natalidad y a un cambio radical en la cultura de la sexualidad, en las últimas cuatro décadas se ha quintuplicado, y de seguir así, en no mucho tiempo el número de habitantes podría alcanzar niveles exorbitantes.

En parte, gracias a la importación de las mercancías de otros países, un país puede mantener su nivel de bienestar. Sin embargo, esto no durará para siempre. Además, la cantidad de habitantes por país sigue aumentando.

En las próximas décadas la cantidad de habitantes del mundo tenderá a crecer de ocho a diez mil millones, y cada vez más países necesitarán sus propios productos para subsistir.

La tierra sólo puede ofrecer una calidad de vida aceptable a dos mil millones de personas al nivel de la Unión Europea. Con ocho a diez mil millones de personas el bienestar por persona se reducirá a escala mundial hasta el nivel de un pobre campesino que apenas puede obtener sus propios alimentos y que desconoce la prosperidad. Tendremos que compartir todo como hermanos para evitar peleas o guerras.

Puede ser por causa de la polución o por los cambios en nuestro sistema solar, pero resulta evidente que nuestro clima está cambiando. El nivel del mar no debería subir mucho más para evitar que desaparezca gran cantidad de valiosas tierras de cultivo; mientras tanto, creemos que podemos adelantarnos al hambre utilizando fertilizantes, la cría de animales en condiciones inadecuadas y otros métodos de supervivencia.

El hombre tiende a querer cada vez más bienestar. En todo el mundo la cantidad de vehículos y frigoríficos aumenta rápidamente. Llegará el momento en que el crecimiento de la población y el aumento de la prosperidad choquen. Es muy posible que grandes flujos de personas tengan que viajar por el mundo en busca de comida y prosperidad.

Los técnicos hacen hincapié en que la tecnología proveerá, ofreciendo una solución para todos nuestros problemas. Por desgracia, todas las provisiones tecnológicas no han podido erradicar el hambre del mundo de forma contundente. En los países donde no se encuentre una solución para los problemas a gran escala, será más probable que se llegue a una guerra y a la violencia. 

Las naciones poseen gobiernos que estructuran sus programas de desarrollo económico y social con base en políticas de población dirigidas a garantizar la calidad de vida de la sociedad. La congruencia entre el desarrollo económico y social y las políticas de población es el nodo conceptual a partir del cual se diseña la estructura de crecimiento de un país. Tomar en consideración la dinámica demográfica para elaborar sobre el desarrollo económico es la manera de determinar las posibilidades reales de crecimiento a partir del conocimiento de las características de la población. Conocer las costumbres reproductivas de un país, así como las características culturales que fomentan determinada visión acerca de la demográfica son los medios que proveerá un desarrollo equitativo y de largo plazo para cualquier nación.

Miguel y Diez Nicolás (1985) definen como política de población al intento de modificar la estructura demográfica de una población con objeto de mejorar su situación, desarrollo, o procesos de desigualdad social por parte de los poderes públicos. Si bien esta definición nos habla de los poderes públicos por modificar las variables demográficas para el bienestar de la nación, no hace explicita la necesidad de que dicha política forme parte de una planeación global. Aunque nos habla de mejorar las condiciones socioeconómicas de una población dicha mejora puede estar desprendida de una visión de largo plazo.

La industria, el comercio y las religiones sólo tienen interés en el crecimiento de la población. La reducción del bienestar es para los ricos casi tan difícil como la huida de la pobreza para los pobres. Además, el panorama de crecimiento sigue controlando el pensamiento global con respecto a la búsqueda de soluciones para los problemas anteriormente mencionados.

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