En los últimos días la refinería de Dos Bocas, en el municipio de Paraíso, Tabasco, ha estado en el ojo del huracán, luego de que el pasado 12 de octubre cerca de 5,000 trabajadores de la constructora ICA Flour volvieron a tomar las instalaciones petroleras al no obtener respuestas favorables a sus demandas en cuanto a mejoras en las condiciones laborales. En lo que va del año es la segunda protesta masiva que emprenden los trabajadores, la primera fue en mayo, y en esta ocasión fueron reprimidos por parte de la policía de Tabasco e integrantes de la Marina, quienes le lanzaron golpes, gases lacrimógenos y balas de goma, dejando heridos a varios de ellos y a tres manifestantes detenidos. En los videos circulados a través de las redes sociales pudo verse el nivel que alcanzó la violencia; trabajadores sangrando con heridas en el torso, las piernas y el rostro.
Los obreros que están construyendo una de las obras insignias del gobierno de Andrés Manuel López Obrador iniciaron el paro debido a que, a decir del líder de la Coalición de Sindicatos de Paraíso, Tabasco, David Pérez Barjau, existe explotación laboral: con turnos de 12 horas y en condiciones difíciles, como el clima de 40 grados, comedores en donde no dan comida, pues cada quien tiene que llevar su lunch y apenas les dan 15 minutos para comer, los salarios están por los suelos “no como los que prometió el presidente”, no les pagan las horas extras, y existe acoso laboral.
El presidente López Obrador quiso desviar la atención de la actitud violenta de las autoridades policiacas y de la gravedad de este conflicto laboral, asegurando en la mañanera del jueves, que se trata de una disputa entre dos sindicatos, la CTM y la Catem, que se están peleando la representación de los trabajadores. Sin embargo, el Secretario General de esta última, la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México, Pedro Haces Barba, en entrevista en un noticiero nacional, negó rotundamente que tenga un contrato con Dos Bocas. Más bien, aquí vuelve a ponerse de manifiesto el poco interés del presidente por defender a la clase trabajadora de los atropellos que cometen algunas empresas en su contra. Como ya lo hemos dicho en anteriores ocasiones, en los hechos, López Obrador está de lado del gran capital y esto es una muestra más de ello.
Por su parte, la Secretaría de Energía y suspirante a gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, minimizó la agresión hacia los trabajadores, al señalar que “10 personas están con esto y no vamos a permitir que haya un desorden…” En los videos se ven a miles de obreros, no a diez, sin embargo, la zacatecana, sin ningún rubor, al más viejo y rancio estilo de anteriores gobiernos, se avienta a descalificar a los obreros inconformes diciendo que son unos poquitos y que fueron ellos los que empezaron a lanzar piedras. Miente. En el fondo subyace un menosprecio sobre las demandas de los trabajadores que bajo cualquier circunstancia deben atenderse y resolverse, lo que muestra el verdadero rostro de la Secretaría de Energía, que pertenece a un partido que dice defender a los pobres, pero que a la hora de la verdad los ignora y se pone de manifiesto sus verdaderos intereses arribistas, la ambición de poder para desde ahí hacer jugosos negocios para enriquecerse ella, familiares y amigos. Tarde que temprano tendrán que entregar cuentas de estas acciones y la sociedad tendrá que calificarlos.
Por su parte, señaló que la empresa afirmó que ha cumplido con todas sus obligaciones patronales, salariales, etc., cosa que niegan los trabajadores. Además, una investigación de la organización civil Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad del 15 de octubre, señaló que esta constructora, que tiene a su cargo una parte de la obra emblema del gobierno de López Obrador, se asoció con Odebrecht con contratos asignados por el gobierno de Peña Nieto. Así lo demuestra una declaración en poder de la FGR, en la que Marcelo Odebrecht, el máximo directivo de la compañía que lleva su apellido, se refirió a ICA Flour como su socia en México y dijo que: “como actuábamos en sociedad, todos los pagos que hubo fueron también hechos por los socios”, con lo que involucró en el presunto pago de sobornos en México a la constructora ICA Flour, con la que se asoció para ejecutar obras en Pemex.
De ser cierto el señalamiento del directivo de Odebrecht, quiere decir que el actual gobierno, que en los hechos utiliza el supuesto combate a la corrupción para atacar a sus enemigos políticos, aunque le ha hecho creer a buena parte de los mexicanos que realmente la está combatiendo, sigue trabajando de la misma manera y con los mismos grupos de interés que los anteriores funcionarios y políticos que tanto critica, de lo contrario, ya se hubiese deshecho de ICA Flour, socia de la corruptora Odebrecht. Quiere decir, que no se diferencia de los políticos del pasado, que es igual o peor que ellos.
Esto último lo confirma, el hecho de que México haya caído nueve lugares en el Índice Global de Estado de Derecho del World Justice Project, pues estamos ya en el lugar 135 de 139 países más corruptos del planeta (Reforma del 15 de octubre). México no es ejemplo para nadie.
La refinería de Dos Bocas viene a poner de manifiesto, una vez más, el verdadero rostro de los funcionarios del Gobierno de la “Cuarta Transformación”. Se está explotando a los obreros, tal como sucedió en los inicios del capital, en donde se despertó un hambre voraz por extraer trabajo no pagado a los obreros (plusvalía), alargamiento de la jornada laboral sin pago de horas extras, pellizcándole minutos a la hora de la comida, no respeto a las leyes laborales y uso de la fuerza pública para reprimir a la clase trabajadora. ¿Cuánto tiempo habrá de pasar para que la mayoría de los mexicanos comprenda la gravedad de la realidad que vive el país?
No sé, pero hay que denunciar a este mal gobierno. Por lo pronto va nuestra solidaridad con los obreros de Dos Bocas.
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