Escipión, personaje teatral esbozado por la magistral pluma de Miguel de Cervantes Saavedra, hace casi 500 años, es una muestra del sanguinario espíritu imperialista que prevalece hasta nuestros días, hoy, encarnado por el imperio más genocida en la historia de la humanidad, Estados Unidos. Numancia, por el contrario, encarna con tal fidelidad el espíritu rebelde de los pueblos que están dispuestos a defender su soberanía hasta el final.
Hace una semana tuve la fortuna de asistir al regreso del Encuentro Nacional de Teatro del Movimiento Antorchista, evento que pausó sus ediciones presenciales por motivos sanitarios durante la larga duración de la pandemia. Soy testigo de tres cosas: uno, el antorchismo está más vivo que nunca y se puede distinguir en la respuesta a ese maratónico evento cultural; dos, el arte, en esta ocasión manifestado a través del teatro, es un arma de conciencia eficaz y hermoso, era sorprendente escuchar las naturales reacciones de un auditorio que sentía a flor de piel las emociones de todas las magníficas ejecuciones realizadas por los antorchistas y su actuación.
Queda una última cosa de la que fui testigo y la quiero desarrollar en el siguiente punto.
El pasado 27 de marzo el Consejo de Seguridad de la ONU rechazó una resolución rusa que reclamaba la creación de una comisión de investigación internacional independiente sobre el sabotaje a los gasoductos submarinos Nord Stream, en septiembre del año pasado.
La solicitud por una investigación votada por los 15 países miembros del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), recibió tres votos a favor, estos emanados de Rusia, China y Brasil, siendo los doce países restantes, Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Albania, Emiratos Árabes Unidos, Gabón, Ghana, India, Irlanda, Kenia, Noruega, y aquí muy importante la cosa, México, los que votaron en contra de esa comisión de investigación.
“Tenemos importantes dudas muy fundadas sobre la objetividad y la transparencia de las investigaciones nacionales realizadas por algunos estados europeos”, dijo el embajador ruso, ante la ONU, Vassili Nebenzia. Rusia considera que fue apartada de las investigaciones realizadas por Suecia, Alemania y Dinamarca, países fronterizos, del sabotaje del 26 de septiembre pasado contra las tuberías submarinas que transportaban gas ruso a Europa.
“Yo creo que después de la votación de hoy, las sospechas sobre quién está detrás del sabotaje de Nord Stream son evidentes”, sentenció el embajador ruso. La posición antes mencionada fue señalada por los medios occidentales como altanera y arrogante. Muy valiente y bien sustentada diría yo.
El periodismo pro Occidente, pro Estados Unidos y pro OTAN, ha realizado incansablemente una guerra de lodo constante contra Rusia y China. Nos consta a los que estamos de este lado del mundo, que la guerra mediática y el bombardeo mediático es cada vez menos eficaz. Los medios de comunicación del status quo son cada vez más inverosímiles. Por decirlo en palabras simples, las versiones de Estados Unidos ya no le aguantan ni un round cara a cara a la realidad.
El imperio gringo hoy se viste con sus mejores trapos, se dice la emperatriz del mundo y recita su gastado monólogo donde condena a los enemigos invisibles del mundo y de la democracia, aunque lo que diga ya no se sostiene como argumento y a cada palabra carezca cada vez más de cordura. Estados Unidos se ha vestido de Carlota.
Por otro lado, muchas otras voces se empiezan a levantar, con la fuerza de los hechos, China, por ejemplo ocupa cada vez más un papel predominante en el protagonismo y liderazgo mundial.
Solo en el mes de marzo, China ha ganado autoridad por logros como la reanudación de los lazos diplomáticos entre Irán y Arabia Saudí, suceso que causó sensación, ya que las relaciones de estos dos países estaban congeladas desde hace siete años. Ambos países estaban enemistados desde la Revolución Islámica, en 1979, no sobra decir que incluso los mandatarios de los países en pugna reconocieron la magistral intervención china en la resolución de este conflicto.
“Nos alegra que por fin haya un adulto en la mesa”, declaran los mandatarios, dando un reclamo merecido ante el trato antes recibido por parte de Estados Unidos como mediador.
Hoy somos testigos del creciente deterioro de la hegemonía estadounidense, el mundo ya no necesita de las intervenciones yanquis para llegar a la paz, el mundo ya no está dispuesto a aguantar que la dignidad humana sea pisoteada, incluso los supuestos amigos de los gringos se atreven a golpear la mesa cada vez más fuerte, como pasa en Israel. La cercanía que vimos entre China y Rusia hace apenas unos días le da la razón a los pueblos que buscan su independencia real, ya no son los gringos los únicos que acusan de terrorismo, el mundo también acusa a Estados Unidos.
En el Encuentro Nacional de Teatro antorchista, yo personalmente, fui testigo del espíritu de un México distinto al que votó en contra de una investigación seria contra el terrorismo norteamericano, en México se levanta un pueblo que luchará por la soberanía real de su país.
El mundo respira vientos de cambio, depende de nosotros que lo que hoy se levanta no sea solo una ventisca y se vuelva un huracán. El muro de las mentiras se cae, el pueblo tiene la fuerza y dirá si ese muro aplastará al imperio.
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