Regularmente se difunde la idea que para ser exitoso en la vida basta con tener iniciativa y ser emprendedor, y que en un país democrático como el nuestro hay oportunidad para todos, que lo único que basta es desearlo, pero la realidad es muy diferente, pues las oportunidades no están al alcance de todos.
Primero porque existe por un lado la desnutrición infantil que genera afectaciones para el resto de la vida, como desarrollo inmunológico insuficiente y tallas bajas. Por otro lado, el sobrepeso que facilita la aparición de enfermedades que tiempo atrás se desarrollaba en personas adultas y en la actualidad las padecen también los infantes, como la diabetes, problemas de mala circulación, del corazón y riñones, que tienden a reducir la esperanza de vida.
La desnutrición crónica que se presenta en uno de cada ocho niños menores de cinco años afecta también. De acuerdo con datos del INEGI, diario mueren, en promedio, 2.3 niños por hambre en nuestro país.
En un informe presentado por la Secretaria de Prevención y Promoción de la Salud revela que 2 de cada 10 niños no desayunan y que los adolescentes toman su primera comida hasta las 10 de la mañana, cuando lo recomendable es tomarlo una hora después de despertar, lo antes dicho provoca un rendimiento físico e intelectual menor.
Si agregamos que muchas de las escuelas ubicadas en las zonas marginadas no cuentan con la infraestructura necesaria, ni suficiente para otorgar las condiciones adecuadas para una educación integral, va haciendo más notoria la brecha de desigualdad en la impartición y aprovechamiento de los conocimientos.
Un elemento más, en los casos cuyas escuelas operan con grupos multigrado, donde un maestro debe impartir clases a dos o tres grados diferentes o el extremo donde solo hay un maestro para impartir la clase a los seis grados de primaria, es más que evidente que las condiciones educativas y de formación son muy diferentes. Como ejemplo, las escuelas operadas por el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), que están consideradas dentro del esquema multigrado, sumaban en 2017-2018, 31mil 045 en el nivel básico, cuyos instructores no cubren el perfil para la docencia.
Vemos al paso del tiempo que hay elementos que van sumando en positivo o negativo, y de lo que podemos concluir, que no depende de sólo de voluntad y el deseo, el ser exitoso, sino que cada individuo es un ser social que se va formando por circunstancias concretas que le favorecen o entorpecen. Quienes tienen circunstancias más difíciles, por tanto, deberán superar más obstáculos, por lo que la terea que se deriva es cambiar las bases estructurales en las que vivimos por otra más justa que realmente permita una educación integral e igualdad de oportunidades reales, no ficticias, como mucho se nos insiste.
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