MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Infonavit, un tema que todo trabajador debe conocer

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Hablar del Instituto del Fondo Nacional de Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) ha cobrado relevancia en las últimas semanas, y es que el gobierno del segundo piso de la cuarta transformación le está dando continuidad a lo ya anunciado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien antes de terminar su mandato ya expresaba su deseo de reformar tan importante institución y tomar el control de los recursos de los trabajadores que con tanto esfuerzo ahorran para poder adquirir una vivienda.

El pueblo debe estar alerta y no permitir que la promesa de un mejor futuro se convierta en otro engaño más.

Y es que el tema y solución de la vivienda es una deuda histórica del gobierno para los trabajadores. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece en su artículo 4° que “toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa”. Por su parte, la Ley de Vivienda, en su artículo 2°, establece la definición de digna: “Se considerará vivienda digna y decorosa la que cumpla con las disposiciones jurídicas aplicables en materia de asentamientos humanos y construcción, salubridad, cuente con espacios habitables y auxiliares, así como con los servicios básicos y brinde a sus ocupantes seguridad jurídica en cuanto a su propiedad o legítima posesión, y contemple criterios para la prevención de desastres y la protección física de sus ocupantes ante los elementos naturales potencialmente agresivos”.

Las definiciones y disposiciones legales son muy claras, y en pleno 2025 aún no se terminan de cumplir, pues, como lo marca la editorial de la revista Buzos de la noticia, en su número 1168 del pasado 13 de enero, la demanda de vivienda insatisfecha es de cerca de 10 millones de familias, lo que representa más de 50 millones de mexicanos, alrededor de la mitad de la población.

Gobiernos llegan y gobiernos se van y simplemente no se resuelve esta situación; la deuda histórica de vivienda sigue siendo un tema de campaña, un tema político que solo vende esperanza de bienestar a millones de trabajadores, que muchos de ellos terminan su etapa laboral sin poder ver cumplido ese sueño y quienes sí lo hacen se encuentran con casitas de “juguete” a un costo muy elevado.

Con la llegada al gobierno federal de la autollamada 4T, parecía que las cosas iban a ser diferentes; se anunciaban grandes cambios en la vida institucional del país, reformas que sí iban a combatir los problemas nacionales, pero la realidad es totalmente opuesta al discurso oficial: carreteras destruidas, hospitales sin medicinas, el país secuestrado por la inseguridad, las controversias por las reformas al poder judicial, la desaparición de organismos autónomos, el fracaso del Insabi y de Segalmex, en fin, prácticamente todo lo que hizo el anterior gobierno fue un total fracaso. Ahora, con el segundo piso, continúa el legado obradorista, y uno de los organismos que ya está en la mira es el Infonavit.

La reforma que plantea la presidenta de México y que ya fue aprobada por el Senado y los diputados es, a grandes rasgos, usar el recurso de los trabajadores, que alcanza más de 2 billones de pesos, para construir el millón de casas que anunció el gobierno federal.

También pretende romper con la administración tripartita del instituto igualitaria tradicional, para que el gobierno federal ahora pueda disponer de ese recurso a su antojo, claro, con la bandera de que todo se está haciendo para el bienestar del pueblo.

Aquí radica la importancia de que los trabajadores conozcan el tema, ya que con la aprobación de la reforma se le entregó su recurso al gobierno para que lo maneje, pero la realidad le ha pegado en la cara al pueblo más de una vez, por lo que estar atentos a lo que pase debe ser una tarea de todos y no dejar que se convierta en un tema como la estafa en Segalmex.

Consumado el sueño de AMLO, aún queda un recurso, ese que no le pueden quitar a ningún mexicano (aunque lo han intentado): el derecho a la organización y a la manifestación. La oposición al oficialismo y más de 20 sindicatos ya se han manifestado en contra de lo aprobado.

Ya los mexicanos estamos padeciendo las amenazas del presidente del país vecino como para permitir que el nuestro también pisotee nuestros derechos. El problema de la vivienda y ahora del recurso de los trabajadores debe encender un foco rojo. 

El pueblo debe despertar y no dejar que le vendan esperanza de una vida mejor, como en el sistema de salud, el educativo, con un aeropuerto que no funciona o una megafarmacia que no surte recetas. El conocimiento de los temas nacionales nos hará libres y convertirá al pueblo de México en una potencia de respeto.

 

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