MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La consulta de López Obrador: capricho y circo

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El primero de agosto, el Instituto Nacional Electoral (INE) ejerció 528 millones de pesos en una Consulta Popular que debía estar respaldada por el 40% del electorado mexicano, o sea más de 38 millones de mexicanos, de los cuales, según el cómputo rápido del Instituto reportó que participaron poco más de 7 millones, menos del 8% de lo esperado.

Fue un fracaso, la gran mayoría del electorado mexicano no respaldó la iniciativa de López Obrador, ni él mismo votó, pero se justificó culpando al INE. Casi todos los votantes (93%) votaron por el “Sí” a la pregunta autorizada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que, además de ambigua, su resolución, de contar con el respaldo popular, llevaría al ya existente artículo 109 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que a la letra dice: “se aplicarán sanciones legales a los servidores públicos por los actos u omisiones que afecten la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia que deban observar en el desempeño de sus empleos, cargos o comisiones”.

La campaña estuvo a cargo del partido político en el poder, ellos fueron los que se encargaron de capitalizar esta consulta mediáticamente, colocando una imagen donde se percibe a los cinco exmandatarios del país, cuando en la consulta no hay producto alguno que contenga la semblanza que Morena le dio a su propaganda. 

Uno de los rasgos más indignantes es que ni siquiera el mismo promotor de dicha consulta ejerció su voto en ella y al pie de la letra declaró al día siguiente en su mañanera en Jalisco: “yo creo que esto no descarta la posibilidad de que haya juicios, la autoridad tiene en todo momento el derecho de actuar, siempre y cuando haya pruebas y elementos, eso queda abierto, la consulta más que nada, era para iniciar procesos legales [...]”, justificando el fracaso de la consulta.  

Por tanto, no estamos hablando de una acción que cumpla el objetivo de ampliar la participación democrática del país y, con esto, conducir a mejorar la vida política y el desarrollo de México obteniendo justicia social, no, nada de eso; estamos frente a un gran montaje millonario para distraer al pueblo mexicano que sirvió para capitalizar la gran campaña de polarización y enajenación del pueblo mexicano y su participación ha dejado sin efecto tal consulta, dinero tirado a la basura.

Pero, además, recordemos que la “austeridad republicana” de López Obrador tiene en la deriva a millones de mexicanos: médicos, enfermos, campesinos, intelectuales, empresarios, artistas, comunidades y pueblos sin servicios básicos, falta de empleos para los que están en edad de hacerlo y salarios dignos para los ya existentes; pero echa a la basura el erario público en propaganda como la que se vivió el pasado 1 de agosto.

¿Usted qué prefiere? ¿Invertir en una consulta popular o invertir en medicamentos para niños con cáncer o, incluso, la introducción de servicios elementales como agua o luz en comunidades incomunicadas que siguen viviendo a la sombra de la incertidumbre? Solo un enfermo mental se atreve a despilfarrar el dinero público de esta manera frente a un pueblo que no tiene más que su fuerza de trabajo, pero que para él; vivir, educar y alimentar a sus hijos dignamente y en paz, es el sueño anhelado en tiempos de la mal llamada 4T. 

Vivimos en un país gobernado por la peor clase política de este país, la más retrograda, demagoga y que defiende como suyos los intereses de las grandes corporaciones que tienen sus intereses en el país, que no está dispuesta a ejercer justicia social a los más desprotegidos, que busca por todos los medios a su alcance, exterminar a la vanguardia del proletariado mexicano y mantener el estado de cosas: explotación, miseria e injusticia para lograr la máxima acumulación de riquezas y ganancias: debemos caer pronto en la cuenta y obrar en consecuencia, tenemos que unirnos y luchar por erradicar este estado de cosas y sobre sus ruinas, construir un estado fuerte que garantice que ningún mexicano tenga que padecer hambre ni sufra por no tener un techo digno donde vivir, debemos lograr que en México no exista más el desempleo, que todo aquel en edad de trabajar lo haga y su salario sea tal que pueda educar a sus hijos hasta las más altas cotas del conocimiento humano y ayude a los suyos a crecer y tener una vida digna e integra.

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