MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La entrada es la salida

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Desde nuestra aparición a la luz pública como Movimiento Antorchista, hace más de 46 años, siempre hemos manifestado la necesidad de un cambio de rumbo en la política nacional, en la urgencia de un nuevo proyecto de país que remedie las circunstancias tan precarias en las que vivimos todos los mexicanos. Los antorchistas estamos convencidos en que todos los mexicanos que pensamos de esta manera, debemos trabajar por unificar a todos los sectores del país en torno a ese nuevo proyecto de nación, estamos obligados a llamar a todas las expresiones políticas y personas de buena voluntad a unirnos  y a formar un frente único para conquistar el poder político, que es como lo ha señalado el Secretario General del Movimiento Antorchista Nacional, el Ingeniero Aquiles Córdova Morán, "precondición indispensable para poner en ejecución el nuevo proyecto”.

Para poner en práctica el planteamiento de la formación de un frente único y la consiguiente conquista el poder político, nuestro secretario general precisa dos puntos fundamentales que todos los inconformes debemos tener presente: a) el proyecto que sacará al país de la crisis actual, y b) en que la mejor vía para alcanzar el poder es el frente único, es decir, la lucha democrática prevista y tutelada por nuestras leyes.  La experiencia de más de cuatro décadas y media de lucha y los importantes triunfos en las urnas en municipios emblemáticos como Tecomatlán y Huitzilán de Serdán en el estado de Puebla y Chimalhuacán e Ixtapaluca en el Estado de México y el análisis preciso de la geopolítica nacional y mundial realizado por el maestro Aquiles Córdova Morán nos muestra que el camino democrático es el mejor visto por todo el mundo.

Pero a lo largo de nuestros 46 años de existencia hemos sido testigos del nacimiento de infinidad de partidos políticos que llegados los tiempos electorales surgen como "hongos después de la lluvia”. Proyectos políticos "de izquierda", de centro&rdquo, "de derecha", que una vez pasadas las elecciones y después de no haber logrado el porcentaje mínimo del voto popular, desaparecen como por arte de magia sin dejar rastro. ¿Y qué pasa con los "líderes” de esos proyectos políticos una vez que no fueron favorecidos por el voto popular? La respuesta es muy sencilla: saltan como chapulines a otro partido en busca de prebendas y migajas y en espera de ser favorecidos con alguna candidatura. Terminan vendiéndose al mejor postor.

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Lo anterior trae como consecuencia lógica el prejuicio de un importante porcentaje de la población que termina aborreciendo todo lo que huela a partido político, argumentando que todos los partidos son iguales y se convierten en "apartidistas", o en simples espectadores, con lo que dejan el camino libre a los representantes de los estratos altos de la pirámide social que son los que siempre han decidido el destino de nuestro sufrido país, quienes siempre han puesto y quitado presidentes de acuerdo a sus intereses muy particulares, tal como sucedió en el pasado proceso electoral de 2018 donde resultó triunfador el actual presidente López Obrador, un político que después de ser señalado como "un peligro” para México, terminó convirtiéndose en "el salvador de la nación”.

Nuestro país atraviesa una situación muy complicada. A pesar de que el actual inquilino de Palacio Nacional mantiene un alto índice en su popularidad (más del 60%), "el pueblo bueno” enfrenta una crisis económica que implica la contracción del Producto Interno Bruto (PIB) en menos 9 por ciento, aumento del desempleo y la pobreza (hoy hay más de 10 millones de nuevos  pobres, según datos del CONEVAL); con una crisis sanitaria originada por la pandemia del covid-19 que de acuerdo con los últimos reportes el número de decesos por este virus asciende a más de 137 mil mexicanos y aún más, los dos años de gobierno de López Obrador han sido los más violentos. Por otro lado "la oposición” no termina de ponerse de acuerdo y en los hechos, simplemente no hay oposición, tal parece que nos encontramos ante un callejón sin salida.

Pero con todo lo anterior, los antorchistas mantenemos firme nuestro voto por la vía democrática como única salida y hacemos un llamado muy fraterno a todos los sectores inconformes con la actual situación por la que atravesamos los mexicanos para que juntos formemos ese frente único para la toma del poder político. Tal como lo expreso el máximo dirigente del antorchismo nacional el maestro Aquiles Córdova Moran, en una de sus más recientes colaboraciones, ante la pregunta: ¿tiene salida un callejón sin salida? "Sí, sí la tiene; lo que sucede es que la salida coincide con la entrada; que para salir tenemos que hacerlo por el mismo lugar por donde entramos. Así, si fue el voto popular el que encumbró a los responsables de la actual crisis múltiple en que nos debatimos todos, ese mismo voto popular es el que debe retirarles su apoyo y abrirle camino a un nuevo y superior proyecto de país”. ¡Manos a la obra!

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