MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La pobreza no festeja Navidad ni año nuevo

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Estamos por concluir un año difícil para todos, un año más, mejor dicho, pues si tomamos en cuenta la realidad en la que nos hizo caer la pandemia, desde 2020, llevamos dos años prácticamente sobreviviendo; ya hemos visto suficiente que en esta odisea no todos han sobrevivido. Pero no solo en la pandemia hemos sobrevivido, más unos que otros; millones de familias desde hace muchos años, generaciones, pues, han vivido en la pobreza, no conocen algo mejor, ¿y puede haber algo peor? Puede estar usted de acuerdo conmigo que no, no hay algo peor que, por ejemplo, ir a dormir con el estómago vacío.

En este agobio viven familias de estados del sur de nuestro país. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer que hace una década que no se puede erradicar la pobreza en municipios de entidades como Oaxaca, Chiapas y Guerrero. El informe sobre Medición de la pobreza en los municipios de México 2020, el Coneval destacó que se observa una mayor concentración de la pobreza en algunas zonas que históricamente han registrado condiciones de mayores rezagos socioeconómicos como la sierra del Nayar, sierra Tarahumara, Altos de Chiapas y la Mixteca de Oaxaca, Puebla y Guerrero, así como la aglomeración de familias marginadas en espacios urbanos.

Durante 2020, dice el Coneval, hubo cinco municipios con más índices de pobreza, estos son: Cochoapa el Grande, Guerrero, con 99.4 %; San Juan Cancuc, Chiapas (99.3%); San Simón Zahuatlán (99.6%), Coicoyán de las Flores (99.3%) y San Francisco Teopan (99.3%), estos últimos tres, en el estado de Oaxaca. Por otra parte, el informe también dio a conocer que, en la región norte de la república, los porcentajes de pobreza son menores y arroja cinco localidades: Benito Juárez, Ciudad de México (7.9%), Huépac, Sonora (9.7%), San Pedro Garza García (5.5%), Parás (7.3%) y Agualeguas (8.8%), estas últimas tres en el estado de Nuevo León. Ante este panorama, recordemos que muchos mexicanos oriundos del sur, migran hacia la zona norte de México en busca de empleo, entregan su fuerza de trabajo, por temporadas al año a los grandes campos agrícolas que exportan sus productos a Estados Unidos, por lo que parte de las ganancias, más que para beneficio de los trabajadores y sus familias, se queda en esta región; eso explica una parte de esta polarización en la distribución de la riqueza en nuestro propio territorio mexicano.

Gran parte de los que se quedan en sus estados de origen, hablando del sur, obtienen el pan de cada día en el empleo informal, lo que quiere decir que no tienen seguridad social ni un salario fijo, por lo que se unen al 55.6 por ciento de la población económicamente activa en el país que trabaja en esta modalidad, sumemos también que con la inflación de los últimos meses todo está más caro, la tortilla, alimento base para los mexicanos, está cerca de los 30 pesos, y todo lo que es parte de la canasta básica subió, ¿cómo adquirir algo que cada vez se vuelve casi inalcanzable?

Es así que, en estas fechas decembrinas, miles de hogares no celebrarán navidad ni posadas al estilo capitalista, como se nos ha inculcado: no habrá pavo para nochebuena, no habrá piñatas o regalos para fin de año, pero sí habrá hambre, tristeza e incertidumbre, “¿qué podemos hacer?” Se han de preguntar estas familias, “así nos tocó vivir”. Y parte de esta realidad es culpa de los gobiernos en cada nivel, cargando la piedra más grande el federal; con tantos recortes al presupuesto nacional cada año, pocas salidas de desarrollo deja López Obrador a los estados más pobres. En el caso de los gobernantes estatales, dejan mucho que desear, si notamos, Oaxaca, por ejemplo, es el estado que líder los índices de pobreza, con tres de los cinco municipios que dio a conocer el Coneval como los más rezagados. Sin embargo, en lugar de que Alejandro Murat, gobernador de aquel estado ponga manos a la obra para remediar esto, sí pone toda su energía en acusar sin pruebas a líderes sociales para desprestigiar el trabajo difícil y honrado, que ellos sí hacen, de educar al pueblo para que luche por sus derechos. Para eso el gobierno sí pone a trabajar a todo su equipo, mientras que, al mismo tiempo, los oaxaqueños mueren en la miseria. Cinismo, ¿no lo cree, amigo lector?

Finalmente, invito a todos los que mi opinión alcanza a ser críticos en esta recta final del 2021, a reflexionar de que los que están más ‘amolados’ no festejan diciembre como muchos de nosotros y que no es su culpa vivir así ni así les tocó vivir, no, todo ello es consecuencia y culpa del capitalismo neoliberal que enriquece a unos a costa de otros y que este mecanismo sigue vivo en México. Nuestra única alternativa es unirnos el pueblo pobre, educarnos y hacernos así fuertes para vencer estas injusticias y lo podemos hacer arropados en un verdadero movimiento movido por el mismo pueblo: el Movimiento Antorchista Nacional.

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