Cada año que termina, para algunos solamente es una cifra en el calendario, pero, en la realidad actual, la situación para la clase trabajadora del país se torna más difícil. Esto lo menciono no solamente porque sea una opinión puramente personal, sino porque los datos que nos dan los noticieros o la prensa reflejan que la situación se complica por los recientes aumentos en diversos rubros.
La situación se complica aún más para quienes necesitan tomar varios camiones al día, pues el aumento gradual incrementará significativamente los gastos en transporte.
En Nuevo León, la cosa no es distinta, sino muy parecida al resto del país, pues mientras las familias pasaban las festividades de Navidad y el fin de año, el gobierno estatal ya cocinaba un “regalo” para la clase trabajadora: el aumento del pasaje.
Al puro estilo del “Nuevo Nuevo León”, con aumentos pequeños cada mes para que “ni se sienta”, así le hicieron con el incremento al precio del metro. Este costaba cuatro pesos con 50 centavos y ahora ya va en ocho y centavos, con la promesa de alcanzar los nueve pesos por cada boleto.
El Instituto de Movilidad y Accesibilidad de Nuevo León ya había aprobado, antes de que terminara el año, un aumento de trece a quince pesos para el transporte público, pero amenazaron con incrementarlo aún más, pues no se conformaron con los dos pesos sumados al precio de cada boleto.
Al iniciar el año, aprobaron sin rechistar el aumento de quince a diecisiete pesos, un costo que será gradual, ya que aplicarán la misma estrategia que con el metro: aumentarán diez centavos cada mes hasta llegar a los diecisiete pesos en agosto del 2026.
La situación se torna difícil porque hay quienes toman dos o hasta tres camiones para llegar a su lugar de trabajo o escuela, lo que implicará más gasto y, por lo tanto, más dinero invertido sólo en transporte. Aunado a esto, el transporte es deficiente, y los traslados son tardados por la crisis de movilidad que padece la ciudad desde hace varios años.
Al final del día, quien sufre las consecuencias de las decisiones gubernamentales es el pueblo trabajador, que con sus manos genera la riqueza, no sólo de Nuevo León, sino del país entero. No queda otra salida que la organización del pueblo, que se concientice y que luche en favor de sí mismo.
Es necesario y además urgente que el pueblo se organice y luche por mejores condiciones; ya vimos que quienes dicen defender al pueblo sólo lo hacen con discursos elocuentes, mientras que, en los hechos, demuestran todo lo contrario.
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