MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Las megaobras de Morena son las que necesitamos?

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Millones de mexicanos confundidos por recibir periódicamente pequeñas cantidades de dinero, y bombardeados por la retórica oficial de “primero los pobres”, entre otras frases hechas por profesionales en engañar a las masas, creen que actualmente tenemos un gobierno de izquierda, como se le conoce comúnmente a uno que ve por los intereses de los más pobres; sin embargo, abundan los ejemplos de que esto no es así; hoy simplemente quiero destacar un caso más en el que se puede ver el embuste del que es víctima el pueblo mexicano.

 Lo del gobierno de Morena es pura demagogia para el pueblo, así como servilismo vil hacia los grandes empresarios.

Para que pueda haber riqueza suficiente en cualquier nación, debe haber crecimiento económico o lo que es lo mismo, un aumento constante del valor de los bienes y servicios producidos en un país cada año. ¿Qué se podría repartir si no se creara la riqueza suficiente y se distribuyera entre los habitantes de un país? Es una ley de la economía de mercado, donde todo se compra y se vende, que se disponga de una parte de ella por cada integrante de la población para que así pueda este satisfacer sus necesidades de todo tipo.

Pero los resultados de la “Cuarta Transformación” en este terreno, dejan mucho que desear: el crecimiento económico promedio durante todo el sexenio de López Obrador fue de solo 0.96% del Producto Interno Bruto (PIB) anual, cuando su pronóstico inicial de campaña era que con él creceríamos al menos cuatro por ciento en promedio, anualmente.

Uno de los componentes más importantes de la economía de un país que puede incidir positivamente en el crecimiento económico del mismo es la inversión fija (la que se hace en construcción y maquinaria y equipo). Parte de la explicación de tan bajo aumento del PIB durante el mandato de AMLO se encontraría en el comportamiento de este factor durante su sexenio. Pero el problema principal no habría sido la cantidad invertida, pues en proporción del PIB fue casi la misma que con Peña Nieto; con este, de 22.8%, con aquel, de 22.3%. La diferencia habría estado en la calidad de la inversión: mientras que con AMLO se produjo un aumento del PIB de 5.9 por ciento sexenal, con EPN el aumento fue de 11.8 por ciento en el mismo lapso. La eficiencia de la inversión como generadora de crecimiento habría, o bien caído a la mitad, o sido el doble con Peña Nieto, como se la quiera ver. Las cifras son del INEGI.

La hipótesis anterior cobra fuerza si recordamos las inversiones que se han hecho en los proyectos insignia del sexenio anterior: Tren Maya, AIFA y refinería de Dos Bocas. Todas estas obras absorbieron cientos de miles de millones de pesos anuales y no están dando los resultados ofrecidos, cuando menos no hasta ahora. Además, pesan sobre ellas señalamientos de escandalosa corrupción que provocó el encarecimiento de las obras.

En este sentido el medio yucatan.com.mx del 5 de diciembre del 2024 dio a conocer que el Tren Maya, después de haber iniciado operaciones en diciembre de 2023 y hasta septiembre de 2024 había sido subsidiado con recursos públicos por un monto de 11 mil 862 mdp, mientras que solo había obtenido ingresos por 134 mdp en el mismo período, ¡un ridículo uno por ciento respecto del subsidio! Lo que demuestra sobradamente la inviabilidad financiera del proyecto. Ha sido, pues, una inversión de pésima calidad.

Para el primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum están proyectadas algunas obras anunciadas con bombo y platillo, principalmente carreteras y nuevos trenes: Pero ¿qué tan bien planeadas están esas obras? ¿No irán a ser nuevos agujeros negros del dinero de nuestros impuestos? ¿No anteponen los nuevos proyectos los intereses del gran capital nacional o internacional, sin tomar en cuenta los beneficios para el pueblo mexicano? No ha de vivir mucho quien no conozca las respuestas.

En vez de continuar errando camino, conviene que volteemos a ver el ejemplo de los países que tienen buenos resultados en crecimiento económico, para tratar de emularlos. Durante los últimos 35 años (1989-2024) China ha hecho crecer a una tasa anual de 8.8 por ciento su PIB. Pero ¿qué tipo de inversiones fijas promueve este país? La revista The Economist del 2 de enero de 2025 informa que el 25 de diciembre pasado el gobierno chino, dirigido por Xi Jinping aprobó la construcción de una gigantesca presa en el río Yarlung Tsangpo, que quedará culminada en diez años y requerirá una inversión de 137 mil millones de dólares, así como la perforación de entre cuatro a seis túneles de 20 kilómetros de longitud cada uno a través de la montaña Namcha Barwa para desviar el curso del río; también se requerirán complejas obras de ingeniería pues el sitio de la futura presa se encuentra en el borde de una placa tectónica, lo que la hace proclive a terremotos y deslizamientos de tierra. Además, la construcción requerirá desplazamientos de cientos de miles de personas y otros retos como la toma de acuerdos con Bangladesh y la India, países por los que el río sigue su curso (solo que estos lo llaman Brahmaputra). ¡Al final, la presa hidroeléctrica permitirá generar 300 mil kilowatt-horas de energía, que serían suficientes para abastecer a más de 300 millones de personas –población equivalente a dos Méxicos enteros! Impresionante- más del triple de la capacidad de la presa Tres Gargantas, hoy la más grande del mundo. No será menor la contribución en beneficio del medio ambiente, ya que la obra ayudará a que el gigante asiático elimine su emisión neta de gases de efecto invernadero en el año 2060.

Estas son inversiones que inciden verdaderamente en el crecimiento económico, en el desarrollo de un país y hasta del mundo por el cuidado que hacen de la casa de todos. Lo del gobierno de Morena es pura demagogia para el pueblo, así como servilismo vil hacia los grandes empresarios, a los que se les entregan trenes, carreteras y aeropuertos para que transporten y vendan mejor sus mercancías, al tiempo que se surten de la apreciada mano de obra mexicana en la cantidad y con la oportunidad requeridas para curtirle la pelleja, diría Marx. El gobierno actual pues, es uno más al servicio de los ricos, o sea, de derecha. Pero la mayoría de los trabajadores no lo sabe, por lo que hay que despertarla para que se decida a agarrar las riendas de su destino, arrebatándoselas a los impostores.

 

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