MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Lo fatal de la calificación reprobatoria de México en creatividad

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De acuerdo con el informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), en México, sólo el 13.8% de los estudiantes mostró habilidades destacadas en el pensamiento creativo o innovador. Esto significa que aproximadamente solo 1 de cada 10 alumnos demostró la capacidad de generar, evaluar y mejorar ideas creativas en contextos diversos y complejos.

La creatividad es esencialmente la capacidad humana para transformar las percepciones del mundo en nuevas configuraciones. En otras palabras, implica la habilidad de generar ideas innovadoras a partir de la información del entorno. Esta definición subyace en la mayoría de las conceptualizaciones sobre creatividad y es congruente con las distintas interpretaciones que pueden surgir al respecto.

Si no existen condiciones materiales adecuadas y suficientes (comida, vestimenta, seguridad social) es imposible que se desarrollen plenamente las habilidades humanas.

La creatividad es un proceso psicológico fundamental, no limitado al arte, sino esencial en cualquier actividad humana que busca innovar. Facilita la generación de ideas nuevas y pensamientos originales, permitiendo la construcción de futuros posibles y la planificación para alcanzarlos. Así, la creatividad posibilita imaginar un mundo diferente y es fundamental para que el ser humano cree más allá de lo que la naturaleza le provee. De hecho, podría decirse que sin creatividad no existiría algo distintivamente humano. Al seguir este razonamiento, es alarmante el hecho de que México haya reprobado en pensamiento creativo de las y los estudiantes, pues significa que una parte esencialmente humana está mutilada.

La grave situación termina de ilustrarse si consideramos que la creatividad está estrechamente ligada con el desarrollo social. Esto es, que la creatividad no es solamente un proceso psicológico individual que ayuda a cada persona a resolver problemas en situaciones complejas, sino que contribuye al progreso social a través de su comprensión y aplicación en las esferas sociales.

¿Cómo es posible que México haya obtenido tales resultados? Hay una hipótesis plausible que podemos considerar siguiendo a Althusser. Y es que la escuela pública ha devenido una estructura disciplinaria similar a las cárcelas y reformatorios. Las instituciones educativas, en su origen, tuvieron un carácter revolucionario y apelaban a la innovación. Hoy son un aparato ideológico al servicio de la clase dominante, lo que no significa que no tengan visos de libertad o de crítica y pensamiento creativo en algunos aspectos. Sin embargo, el resultado es desolador, ya que los gobiernos, de todos los colores, han contribuido al desvarío de políticas educativas que proporcionen condiciones suficientes para que las y los alumnos desarrollen su integridad espiritual, considerando así la creatividad. Se trata de gobiernos que han abandonado a las mayorías, que no se identifican como clase obrera o no comprenden sus intereses. En lugar de priorizar la instrucción y el aprendizaje de contenidos, la izquierda gobernante, por ejemplo, enfatiza la inclusión emocional y contemplativa de las diferencias sociales, asignando a la escuela la tarea de resolver dichas diferencias en vez de equipar al alumnado con el conocimiento y la preparación necesarios para enfrentarlas. Esta formación sería fundamental para que, al convertirse en ciudadanos, puedan combatir efectivamente las desigualdades sociales. Además, desde las cúpulas gobernantes se escuchan discursos que apelan al emprendimiento individual como vía para que todos puedan ascender a la clase media, lo cual no elimina las desigualdades económicas, culturales y sociales que existen en el fondo y que son, de hecho, las que impiden que el estudiantado pueda desarrollar todas sus habilidades. Es decir, que si no existen condiciones materiales adecuadas y suficientes (comida, vestimenta, seguridad social) es imposible que se desarrollen plenamente las habilidades humanas. Si a eso se suma el modelo carcelario que alude a la memorización absoluta, es claro que los resultados en creatividad serán terribles.

Los resultados de la prueba PISA remarcan, por un lado, la necesidad de que el modelo escolar mexicano actual debe ser superado y reemplazado por algo más innovador, más creativo, más libre y participativo; y, por otro lado, el olvido en que el Estado ha sumido a las grandes mayorías, no sólo en un nivel económico sino también a un nivel cultural y educativo.

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