Asentado está que la libertad de expresión, un derecho muy ligado a la independencia de pensamiento y de prensa, es fundamental para poder ejercer otros derechos y participar activamente en una sociedad y un mundo libre y democrático, cuando se trastoca esa libertad se pierde toda autonomía y traspasa la línea del sometimiento, callando las voces que ayudan a superar las deficiencias que tenemos, incluso hablando de democracia.
Hay quienes tienen la convicción de que la libertad para expresar un pensamiento no es un derecho absoluto, por ejemplo: el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, convencido de que tiene la verdad absoluta y que ello le da derecho a que sus errores y los de sus colaboradores no sean expuestos, en agravio no sólo de los periodistas y su libertad de informar, sino de todos los mexicanos.
Vemos con preocupación la censura en el actuar del presidencialismo en el que incurre López Obrador, que sin empacho alguno y utilizando todo el poder del Estado y sus instituciones, agrede a quien no piensa como él, al fin y al cabo, nada castiga legalmente, decir que “quien no esté conmigo está contra mí”, pero abre la puerta a la represión y al odio contra quien señale.
Es lamentable la oleada de violencia que padecen los trabajadores de medios de comunicación, donde a pesar del alto índice de asesinatos, no hay protección efectiva contra quienes, por realizar un periodismo de denuncia, reciben amenazas de muerte que al final son concretadas.
Eso está pasando en México, y es lamentable, porque los periodistas han señalado los errores de los mandatarios, aunque López Obrador y sus huestes digan lo contrario, y sirva como referencia la famosa “Casa Blanca” de Peña Nieto, pero ahora no se acepta que se publiquen verdades de los excesos cometidos por los hijos, incómodos, de la familia presidencial.
Ahí están los datos, que al parecer López Obrador no tiene, pero que la prensa libre, valiente y a las que se quiere callar, señalan. Se recurre al teatro populista del falso llanto para intentar trastocar el sentimiento de un pueblo al que quiere comprar regalando dinero a manos llenas con la intención de colocar a su partido en la cima de las preferencias, es un clientelismo descarado y un esclavismo por el solo dinero.
De la libertad de prensa no hay duda que su importancia deriva de la propia Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) de 1948 que en su Artículo 19 reconoce que "todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión", un derecho que "incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión".
El Artículo 7 constitucional señala: “Es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas, a través de cualquier medio. No se puede restringir este derecho por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares, de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualquier otro medio y tecnologías de la información y comunicación encaminados a impedir la transmisión y circulación de ideas y opiniones”.
Ninguna ley ni autoridad puede establecer la previa censura, ni coartar la libertad de difusión. En ningún caso podrán secuestrarse los bienes utilizados para la difusión de información, opiniones e ideas, como instrumento del delito.
Sin embargo, hoy quienes encabezan un gobierno que promete una gran transformación de la vida pública, no aceptan, corrigen y encauzan un proceder que garantice y proteja de manera plena y robusta la libertad de expresión y el derecho a la información, por el contrario, arremeten contra quienes, en plena facultad de sus derechos de libertad de expresión, exponen lo mal que se conducen y utilizan todo el poder del Estado para intentar silenciarlos.
Por ello, desde las trincheras del Movimiento Antorchista, nos solidarizamos con todos quienes desde diferentes frentes y aún a costa de las represalias de un mal entendido gobierno, exponen y dan a conocer las irregularidades cometidas por el fraude que resultó ser la administración de la “Cuarta Transformación”, que prometió atender primero a los pobres pero que hoy los tiene más abandonados que nunca.
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