MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los docentes, la otra cara de la moneda

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En distintos artículos se ha hablado sobre el regreso a clases de los estudiantes y las consecuencias de salud que esto va a traer, el Gobierno ha cerrado cualquier brecha de oportunidad a pesar de hacerle ver el error de esta pésima decisión, aún con todo y contagios las clases en modelo híbrido sí van, sin embargo, también falta hablar sobre la otra cara de la moneda: los profesores que regresan este 30 de agosto a las aulas, y no solamente el aspecto de la salud, hay mucho más.

Repito, para los profesores no sólo serán cuestiones de sanidad, además de eso, aspectos de organización, control de los alumnos, emocional, conductual, y psicológica, entre otros, se plantea la influencia que tienen en el docente las dificultades derivadas de su trabajo profesional, pospuestas hace más de un año sin interacción ni dinámica, las cuales se manifiestan en una serie de consecuencias y secuelas, la mayoría de ellas vinculadas con la desmotivación o la motivación con la que inicien sabiendo ahora todo el peso que conlleva su tarea educativa. 

Hoy más que nunca, se comprueba que, si bien no en todo México, en la mayoría de los estados y zonas del país se ha ganado un paso al mundo digital en lo que se refiere a la profesionalidad, pero la docencia no solo es eso, ahora viene el cambio o, más bien, el ciclo más complicado: el regreso al modo tradicional ahora en nuevo modelo, lo que supone un desgaste, pues será una combinación de actividades en este modelo híbrido con el cual se pretende iniciar el ciclo escolar, con la que debemos batallar, proponiendo una visión positiva del problema. 

En el modelo híbrido que plantea la SEP se pide que este sea escalonado, o sea, unos días unos alumnos asisten, otros días otros, pero los días que no van hay que trabajar a distancia con los alumnos, esa es una primera situación. Los profesores tendrán más carga horaria, ya que ahora serán más grupos, además tendrán problemas como falta de integración a las actividades, por ejemplo, en el preescolar muchos niños no tienen las capacidades comunicativas desarrolladas, por lo mismo de que no han estado en clases presenciales, sobre todo habrá mucho rezago en el desarrollo de las habilidades básicas de comunicación y de cálculo matemático.

Y aquí me pregunto, al menos la SEP ¿ha pensado en los profesores que tendrán doble tarea, las madres de familia que son profesoras? Adquirirán una serie de dificultades que van a existir en mayor o menor grado, que absorberán todo su tiempo, pero que el sistema no toma en cuenta, porque habrá maestras que por decisión propia no mandarán a sus hijos a clases por el riesgo que existe, tienen que buscar cómo resolver y cómo atenderlos. Y bueno, entre tanto, hay que tomar nuevamente la rutina…

Sí, desde siempre esta actividad profesional encierra en sí unas dificultades cuya presencia es prácticamente permanente, a las cuales el profesor debe hacer frente de una manera coherente, por el nulo apoyo que con o sin pandemia ha permeado en nuestra escuela mexicana, vivimos aceptándolas, adaptándonos, buscando soluciones de superación, para conseguir de esta forma, que la educación lleve consigo no solo la satisfacción propia, sino el amor por nuestra carrera, nuestra vocación que es educar y transformar hombres  profesionistas, buenos, nobles con el sentir del pueblo. 

Con esto no intento dar una visión negativa y problemática de la educación actual que pretende ponerse en marcha, ni mucho menos negar ni ocultar sus inconvenientes, sino plantear la situación para un mejor conocimiento y afrontamiento.

Al prestar atención en este maravilloso quehacer, en el hecho preciso del ejercicio docente, en la personalidad del profesor, es preciso destacar el carácter ambivalente de esta profesión, así en su semblante formador, puedo decir que lo positivo de este retorno sea el calor humano de vuelta al aula, la relación casi inseparable entre alumno - docente, ser profesor es una actividad de relación interpersonal pues trabaja con seres humanos. Cuando esta relación es satisfactoria, la labor de la enseñanza puede constituir una fuente eminente de logro personal, dando un sentido a nuestra vida profesional como pedagogos.

Y es bonito tenerlos de regreso, creo que cualquier profesor extraña la interacción, pero no así, no bajo estas condiciones. Las principales consecuencias de estas dificultades pueden ser el desconcierto al enfrentarnos con los problemas reales que plantea la enseñanza en este modelo, en contradicción con las concepciones ideales que se pretenden llevar a cabo por parte de los representantes de la educación Melitón y Delfina. Los problemas serán: Carencia de recursos, insumos e infraestructura, situaciones conflictivas con los padres, abandono escolar, dolencias físicas, estrés, ansiedad, y la más grave, el contagio masivo en niños y jóvenes.

Para colmo de males, la sociedad entera siempre opina gratuitamente sobre lo bien pagados que están los docentes, lo fácil que es su trabajo, la de vacaciones que tienen y lo afortunados que son, lo que no ayuda a sentir el apoyo y respeto que la labor y el docente necesitan. Si a esto vinculamos que a veces aparte de ser docentes tenemos que realizar otras muchas labores, algunas incluso, fuera de horario por las cuales no nos pagan, ni nos son reconocidas por la oficialidad y que a veces acarrean, hasta, oposición y conflictos con las familias que dan la razón siempre a los pequeños, pase lo que pase, sin apoyar ni respetar las versiones de los profesores ante cualquier conflicto, la tensión y las dificultades que podemos encontrar son evidentes. 

Así pues, creo que, para contrarrestar el efecto de las dificultades expuestas anteriormente, es necesario que el profesor tenga todo el respaldo de autoridades educativas, padres de familia y sociedad en general, para que inicie el periodo más complejo de su carrera, y se enfrente a los problemas de su labor cotidiana lidiando con los niños y jóvenes en medio de los avatares de la pandemia, sin tener una sensación de que el barco lo va timoneando solo. Debe tener en cuenta que su trabajo va a estar en continuo cambio y colaboración con el resto de los entes, para lo cual ha de mantener una actitud siempre objetiva hacia los demás. Los docentes deben estar en estrecha relación con el equipo pedagógico escolar o de zona, aportando ambos una ayuda mutua, en cuestiones de problemática de alumnado, profesorado y centro. A su vez, considero que una fuente de motivación para el educador sería un reconocimiento social de la labor docente; en estos tiempos los docentes merecen empatía

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