“Muchos milenios de historia demuestran que si el hombre quiere dar un pequeño paso hacia su liberación tiene que estar dispuesto a pagar la cuota de sangre, porque no hay otra moneda, no hay otro dinero que pueda pagar la libertad del hombre, salvo la sangre humana”. Aquiles Córdova Morán.
Un primero de enero de 1935, en el sexenio del entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, en el municipio de Chalco, Estado de México, nació Manuel Serrano Vallejo, padre de Maricela Serrano, quien 78 años después sería la cuota de sangre que el antorchismo tendría que pagar por impulsar el desarrollo del municipio de Ixtapaluca.
El seis de octubre de 2013, don Manuel Serrano, salió muy temprano de su casa, sin saber que jamaás regresaría a ese hogar donde formó una familia integrada por su esposa y siete hijos. Voceador de periódicos, padre de siete hijos, esposo, amigo y companñero de doña Lupita Serrano Bustos.
Manuel Serrano, con 78 anños de edad, amante de las bicicletas, acudía todas las mañanas, muy temprano, a abrir el puesto de periódicos que le permitió sostener a su familia… Fue ahí donde desapareció el seis de octubre de 2013.
La desaparición forzada de don Manuel obedeció, sin duda, a factores políticos, y es que el entorno en el que se desarrollaba el Movimiento Antorchista en Ixtapaluca, en 2013, era un clima político adverso y hostil. Desde la campaña negra que se desplegó en espectaculares y volantes en contra de la presidenta municipal, Maricela Serano Hernández, hasta el bloqueo económico que sufrió el municipio a fin de que no recibiera presupuesto gubernamental para la realización de obras y servicios.
En fin, en medio de ese ambiente sucedió la desaparición forzada y asesinato de don Manuel Serrano Vallejo. Es por eso que el próximo jueves seis de octubre homenajearemos la vida y la muerte de un hombre trabajador, valiente, abnegado y decidido.
A nueve años de su desaparición forzada lo seguimos recordando, porque su sangre regó el campo de nuestro pueblo para que sigamos floreciendo en la lucha social.
Quienes planearon el secuestro y la muerte de don Manuel, quisieron quebrar al antorchismo, pero valientemente, el antorchismo mexiquense y todo su comunidad nacional sigue demostrando que aquí está el proyecto para beneficio del pueblo y que Antorcha no solo no ambicionaba un gobierno municipal, sino que solo fue parte de un camino.
El Movimiento Antorchista sabe que el problema fundamental del país es la pobreza consecuencia de una mala distribución de la riqueza nacional, que, a la fecha, en tiempos de la 4T, sigue concentrándose en un puñado de millonarios.
Con el experimento de gobierno de Andrés Manuel López Obrador se está viendo que no es suficiente con que un gobierno cambie de color o que el presidente en turno esté lleno de buenos propósito. Eso no es suficiente ni es la alternativa, pues, hoy en México vivimos peor que antes: la inseguridad se triplicó, la pobreza aumentó y las condiciones precarias de millones de mexicanos son peores que hace cuatro años.
Por eso, Antorcha trabaja un día sí y otro también para hacerle ver a la gente que ella es parte de la solución, pues solo el pueblo organizado podrá acabar con tantas mentiras, demagogia y pobreza. Recuerda, depende de nosotros si somos libres o esclavos.
La gente tiene que decidirse a ser parte de un grupo social, de una organización que con inteligencia y fuerza numérica mueva a la estructura económica y social para que haya un cambio en la distribución de la riqueza a fin de hacer un país justo y equitativo, en donde nuestros hijos tengan oportunidad de desarrollarse plenamente como hombres.
Aquí estamos, a nueve años del secuestro y asesinato de don Manuel Serrano Vallejo, mostrando que la unión, la fraternidad y la lucha nos mantiene unidos en todo el territorio nacional y que seguimos construyendo la organización de los pobres de México.
En Ixtapaluca cualquier persona puede decir que los recursos públicos que administraron los gobiernos antorchistas están transformados en obras y bienestar social, y lo decimos con orgullo. Eso no lo pueden decir muchos políticos del país; más bien, sabemos que los más egoístas y mezquinos, aquellos que ven que sus intereses están siendo pisoteados, se unen en contra de nosotros para frenarnos, porque saben que realmente queremos un país de progreso, desarrollo y sin corrupción para beneficio de todos.
Por eso nos arrebataron a don Manuel Serrano, porque querían atemorizarnos, pero no lo lograron. A los Antorchistas nos frenaron, pero no nos acabaron, como dice su orgullosa y valiente hija, Maricela Serrano Hernández.
Nos frenaron, pero no nos acabaron. Aquí estamos con mucho orgullo, satisfacción y con la frente en alto decimos ¡ahí está la obra, ahí está el trabajo de todos ustedes! ¡Ahí está Manuel Serrano Vallejo!
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