Muchos mexicanos, sobre todo los que forman familias humildes, están a la espera, desde hace muchos años, de que sean escuchados y atendidos sus problemas, sus necesidades para tener una mejor calidad de vida; sin embargo, han desfilado por la silla presidencial muchos que han dicho que resolverían los problemas de las mayorías. Los diferentes partidos políticos que han sostenido el poder, unos por muchos años otros por menos, no han dado muestras de resolver los problemas que aquejan al pueblo trabajador. Así ha transcurrido sexenio tras sexenio, sin que llegue la justicia social.
Ahora, en el gobierno que se dice de Cuarta Transformación y que su lema fue primero los pobres, el pueblo sumido en la miseria se jugó esa carta y ¡oh, sorpresa!, también se equivocó. Hasta ahorita, a cuatro años de su mandato, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha dejado claro que igual que todos sus antecesores, su prioridad no es sacar de la pobreza y marginación a los pobres de este país.
Ya hemos visto su sesgo en los recursos para los programas sociales que implementó como el de la pensión para adultos mayores de 68 y más, que ahora, por su conveniencia, lo ajustó a los 65 años para seguir manipulando a más gente; el de Sembrando Vida, entre otros; sus proyectos de la refinería de Tres Bocas, El Tren Maya y el aeropuerto de Santa Lucía. Y en educación, salud, vivienda, servicios de primera necesidad como agua, drenaje y electrificación, el recurso asignado es tan poco que no resuelve sustancialmente la demanda.
Dichos servicios, como la electrificación, es una demanda prioritaria en varias comunidades y colonias de nuestro país, como en el caso de Sonora, estado con un clima extremoso, a veces altas temperaturas y otras con bajas temperaturas. Muchas familias han demandado el servicio, pero poco han sido escuchados, se han enfrentado a varias trabas burocráticas, una de ellas de tener un plano oficial de su asentamiento con vialidades para poder asignar recurso y realizar la obra.
Sin embargo, en las grandes ciudades, en las orillas, donde se han llegado a asentar familias que han emigrado de la zona rural a la urbana, en busca de mejor vida, ya sea la autoridad local ya sea Gobierno del estado o municipal, no se han preocupado por dar atención a este tipo de problemas y a la hora de resolver o buscar la solución a esta necesidad, se enfrentan a que no tienen el plano, por lo tanto, no hay avance para que la CFE les electrifique.
Un claro ejemplo es la colonia Humberto Gutiérrez Corona, de Guaymas, Sonora, que lleva más de 15 años en espera de electricidad; así podemos seguir mencionando a otros lugares que carecen de este servicio por muchos años.
Y entonces ¿no que primero los pobres? Es necesario que el pueblo se dé cuenta, que despierte, que ningún hombre por más inteligente que sea va a resolverles sus problemas, la historia lo ha demostrado, los cambios, las revoluciones las han hechos los hombres, pero organizados y siempre a la cabeza las grandes masas desprotegidas ya que ellas no tienen nada que perder más que sus cadenas.
Ese es el reto que se tiene ahora si ya estamos experimentando un gobierno que se dice de izquierda, que está con los pobres, pero en los hechos, nos está demostrando que es lo contrario, como dice el dicho popular, es la misma gata nada más que revolcada; o sea, salimos de Guatemala para entrar a guatepeor.
Es hora que el pueblo se organice, se concientice en una verdadera organización que lo dirija hacia un verdadero cambio como lo está planteando el Movimiento Antorchista Nacional e implementar cuatro aspectos importantes para cambiar el rumbo de los mexicanos: trabajo para todos en edad de trabajar; salarios dignos, bien remunerados; reforma fiscal progresiva, es decir, que pague más impuestos quien tenga más; y que se invierta en infraestructura y servicios.
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