MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

México, una fábrica de pobres 

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Es evidente la miseria que vive la clase trabajadora, y la brecha económica entre pobres y ricos en México se agranda cada día más; esta es una cruel realidad que lástima a muchas familias de obreros y campesinos a lo largo y ancho del país. 

El salario que reciben todos ellos, siempre y cuando cuente con un empleo, es insuficiente, y más ahora que los precios de los productos de la canasta básica están al alza. Un salario de 172 pesos con 80 centavos es una bofetada por una jornada de trabajo; con este salario no se pueden satisfacer las necesidades básicas de una familia como lo establece la constitución mexicana. 

El artículo 123 de la constitución, en su apartado A, fracción VI, establece que “los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”.

Actualmente, vemos presurosos, tanto a un padre como a una madre, buscar con afán un empleo, y si lo consiguen, así y solo así, con dos míseros salarios, satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, es insuficiente; apenas puede satisfacer algunos servicios de los más elementales.

El problema se agrava, ya que con esta pandemia de la covid-19, se perdió una enorme cantidad de empleos por la tardía reacción y un mal manejo de la salud pública en que incurrió el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Según estadísticas, falta recuperar casi 2 millones de empleos perdidos durante la pandemia para regresar a los niveles de ocupación registrados a inicios de 2020. Durante abril del año pasado, se perdieron poco más de 12 millones de empleos, es decir, el 22 por ciento de los puestos de trabajo registrados en el primer trimestre de 2020, según el INEGI.

Crear empleos es urgente, pero con salarios realmente remuneradores; y es el gobierno quien puede y debe crear condiciones para la generación de fuentes de trabajo, invertir en obras y servicio para detonar la economía interna; las dádivas económicas que se entregan a la población en sus diferentes programas como becas Benito Juárez, pensión para los adultos mayores, sembrando vida, y otros más, no están combatiendo la pobreza. Y la pobreza es un caldo de cultivo para el descontento social que se manifiesta de múltiples formas de consecuencias trágicas, como el robo a casa habitación, robo con violencia a mano armada a transeúntes, el secuestro, la extorsión, alcoholismo, prostitución, drogadicción, y otros fenómenos más. 

Otros datos más del periódico El Economista, nos dicen en su más reciente análisis, que durante el primer mes de 2022 se registraron 2.1 millones de mexicanos más en situación de desempleo, lo que significa que están buscando activamente un empleo sin tener éxito. Por otra parte, se registraron 7.9 millones de personas económicamente inactivas, pero que muestran disponibilidad para trabajar, según cifras de la ENOE del INEGI. 

La satisfacción de necesidades primarias como la alimentación diaria, que no admite espera, obliga a todos por igual a buscar el sustento diario, y el trabajo informal se vuelve una alternativa inmediata ante esta emergencia; pululan en los cruceros vendedores ambulantes, con productos de los más diversos, frutas de temporada, artículos para el hogar, artesanías, danzantes, tragafuegos y los infaltables limpia parabrisas. Calles y avenidas de las más transitadas se llenan de coloridos manteados, con puestos de comidas rápidas, chucherías varias, y otros tantos más. 

Pero, ¿y que es el trabajo informal? La informalidad es el conjunto de empresas, trabajadores y actividades que operan fuera de los marcos legales y regulatorios; esto conlleva a la evasión de la carga impositiva y regulatoria, pero, a la vez, a no gozar plenamente de la protección y los servicios que la ley y el Estado deben proporcionar.  

Estos apuros económicos, en el pasado, eran tan recurrentes en las administraciones del PRI y el PAN, pero ahora, existe aún con un gobierno que se autoproclama del pueblo y que ha eliminado una época del neoliberalismo económico, que se manifiesta como una explotación desmedida del trabajador, dando preferencia a las ganancias económicas. ¿No sé se supone que esa etapa ya se eliminó? 

De algo estoy seguro, que nos mienten. Y cada día se pone peor la economía, y mienten con palabras que la gran masa de mexicanos no entienden.

 A tres años de gobierno de López Obrador, se siguen trazando las políticas públicas con el mismo racero de siempre; ¿por qué?  Porque el modelo económico que nos gobierna es el mismo. Un salario que nos dan, solo permite al trabajador recuperar suficiente energía para la brega diaria y poder reproducirse. 

Este gobierno sólo es un títere más de los poderosos del dinero, que nos manipulan a su antojo. Y se vive fielmente este modelo económico lleno de carencias para el pueblo más pobre de Tecomán, con la falta de vivienda.

Un numeroso grupo de solicitantes de lotes para la vivienda se movilizaron al ayuntamiento para conocer el avance de su solicitud, ya que el pago de renta está a la orden del día; y como dice aquel conocido refrán: “el que tiene hambre le atiza a la olla”; y en palabras del secretario del Ayuntamiento, Roberto Chapula, “queda el compromiso de una reunión con las partes encargadas para el acuerdo de la compraventa del terreno”. 

Luis Enrique López Carreón, líder de los antorchistas de Colima, aceptó la propuesta y dijo a los manifestantes: “somos respetuosos de la ley y queremos que nuestro asentamiento cumpla con los requisitos que marcan las leyes urbanas del municipio”. Esperaremos buenos resultados.

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