En los primeros días de febrero se descarriló, en la ciudad de Ohio, que tiene aproximadamente cuatro mil 700 habitantes, en Estados Unidos, un tren que transportaba sustancias químicas tóxicas, lo que provocó un incendio que cubrió de humo el pueblo de East Palestine. Unos 50 de los 150 vagones del tren se salieron de las vías y los productos químicos, entre ellos, cloruro de vinilo, un gas tóxico e inflamable, provocó una densa humareda al cielo y a la ciudad, por lo que se ordenó la evacuación de los habitantes.
De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NIH), el cloruro de vinilo es un gas incoloro que se quema con facilidad y que se produce de forma industrial para su aprovechamiento comercial. Particularmente, este gas se utiliza para fabricar policloruro de vinilo, más conocido como PVC, que, a su vez, es usado para elaborar productos plásticos como tuberías, alambres y revestimientos para cables, así como materiales de embalaje.
Si el suministro de agua se contamina, el gas tóxico puede entrar en el aire de la vivienda cuando el agua se utiliza para bañarse, cocinar o lavar. Y en el caso del accidente en East Palestine, las autoridades locales informaron que un rio de la zona sí fue contaminado con cloruro de vinilo. La preocupación principal es que la afectación será para las regiones de Ohio y Pensilvania, al noroeste de Estados Unidos.
La exposición al cloruro vinílico, de acuerdo con el NIH, está relacionada con un tipo común de cáncer de hígado, conocido como angiosarcoma hepático, pero también ha sido vinculado con cánceres de cerebro y pulmón, así como linfoma y leucemia.
En los dás siguientes del accidente, aparecieron miles de peces muertos en los arroyos, centenares de gallinas perecieron, los zorros entraron en pánico y muchas otras mascotas más enfermaron y los vecinos se quejaron de dolores de cabeza, ardor en los ojos y dolor de garganta. La conclusión a la que han llegado los habitantes es que lo ocurrido destruyó totalmente sus vidas.
Y a pesar de la grave de la situación, el gobierno de Biden ha rechazado otorgar asistencia federal por desastre a la zona contaminada por el descarrilamiento del tren tras una petición del propio gobernador de Ohio.
En otra noticia, el periodista estadounidense Seymor Hersh, ganador del premio Pulitzer denunció en un artículo el pasado 8 de febrero que EE. UU. detonó a distancia explosivos en los ductos del Nord Stream el pasado 26 de septiembre de 2022 y que esto fue realizado por orden del presidente Biden, ante el temor de que Alemania retirara las sanciones internacionales contra Rusia, con motivo de la guerra con Ucrania. Y Agregó que Biden, al ordenar el bombardeo de las corrientes del norte, decidió que los alemanes se congelaran, pero que no dejaran de apoyar a Ucrania y de esta manera cumplir sus objetivos políticos inmediatos.
Hersh describió las explosiones en los oleoductos rusos como un acto de sabotaje contra Europa y considera que unos de los objetivos de estas acciones es demostrar, una vez más, que Europa depende completamente de Estados Unidos. No debemos olvidar que EE. UU. a través de la OTAN destrozaron Yugoslavia, Irak, Libia, Afganistán, Siria y Yemen para obtener recursos y expansionismo geopolítico en busca de un mundo unipolar.
Estas dos noticias retratan de cuerpo entero al gobierno norteamericano, como cabeza del imperialismo mundial, he aquí la representación del capitalismo en su forma cruel y salvaje. Mientras el capitalismo vende un sueño que embelesa a unos cuantos, en la realidad es la mayor tragedia para la humanidad, sus ansias de poder y de riqueza los hace hipócritas y al mismo tiempo genocidas. Con su accionar ha hecho inmensamente ricos a unos cuantos, mientras la inmensa mayoría no tiene absolutamente nada. Es necesario que la población mundial despierte y se una para detener este desastre, de no hacerlo, se corre el riesgo de que en breve la humanidad desaparezca. Aún estamos a tiempo de construir un mundo mejor para todos donde el hombre viva y trabaje sin llorar.
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