Poco a poco van saliendo a la luz pública los programas sociales que se verán afectados por la política de austeridad que el gobierno federal ha decidido instrumentar. Aunque, como ya vimos en días anteriores, que ni el propio presidente de la república ni el Secretario de Hacienda han querido precisar en qué consistirá exactamente la Pobreza franciscana y han salido a decir que no nos debemos preocupar porque no habrá despido de trabajadores ni reducción de salarios, ni nada que afecte a la gente, lo cierto es que, como lo han dicho varios analistas en diferentes medios, López Obrador tiene fuertes motivaciones políticas para tratar de sacar dinero de donde sea; en primer lugar, para poder concluir sus obras faraónicas como el Tren maya, la Refinería Dos Bocas, el Aeropuerto Felipe Ángeles y el Corredor interoceánico del istmo de Tehuantepec; y, en segundo lugar y como consecuencia de lo anterior, aumentar artificialmente el número de pobres, para tener más gente que dependa de las dádivas y así ampliar su capital político y asegurar los votos para el 2024.
Producto de la mala planeación y la improvisación en la ejecución de sus obras emblemáticas como Dos Bocas, el AIFA y el Tren Maya, estas han trabajado con sobrecostos de al menos 231 mil millones de pesos, es decir, 57% por arriba de lo presupuestado originalmente de acuerdo con documentos oficiales y declaraciones del gobierno.
¿De dónde entonces va a salir el dinero que falta para terminar estos trabajos? ¿A quién afectarán las medidas de austeridad si ya Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda les aclaró a los empresarios en el diario Reforma del 29 de Julio que no se deben preocupar porque “no se subirán impuestos” sino que sólo se centrarán “en que paguen los evasores fiscales” y que, además, se blindará el presupuesto federal para no seguir endeudando al país”? Todo tendrá que salir nada más y nada menos que del bolsillo del pueblo, de ése mismo pueblo que López Obrador dice querer y defender tanto; veamos por que:
El pasado 10 de agosto, en la página digital de Milenio se dio a conocer un trabajo del reportero Fernando Damián titulado: “Gobierno de AMLO va por eliminación de 20 programas en el Presupuesto 2023”. Ya en el cuerpo de la nota se nos informa que “A la par de la fase superior de austeridad y ‘Pobreza franciscana’ proclamada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobierno federal prevé para 2023 la eliminación de 20 programas presupuestales, entre los cuales destacan los de Calidad en la Atención Médica, Becas “Elisa Acuña”, Apoyo Financiero a Microempresas Familiares y El Fondo de Reconstrucción de Entidades Federativas.
Otros más, como el de "Apoyo a Refugios Especializados para Mujeres Víctimas de Violencia de Género", con 420 millones de pesos, y el de "Apoyo a las Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas", con 289 millones, serán dados de baja por la Secretaría de Bienestar y pasarán en enero a la Secretaría de Gobernación.
La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes cancelará a su vez seis programas: Los proyectos de Construcción de Puertos, Conservación de Infraestructura Marítimo-Portuaria, Mantenimiento de infraestructura, Estudios de preinversión, Proyectos de transporte masivos de pasajeros y Servicios Relacionados. La cancelación de estos 6 programas obedece al decreto presidencial que ordena que diversas atribuciones de la mencionada Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes se trasladen a la Secretaría de Marina para privilegiar el Megaproyecto Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, una de las obras preferidas de la 4T.
La Secretaría de Hacienda por su parte, dará de baja cuatro programas que de por sí, en los últimos ejercicios presupuestales no les asignaron recursos ni se prevé que les vayan a hacer alguna asignación en 2023: Garantías Líquidas, Capacitación para productores e intermediarios financieros rurales, Apoyo a unidades de promoción de crédito y Reducción de costos de acceso al crédito.
La Secretaría de Educación no se quiso quedar atrás en estos ajustes y cambiará la modalidad de los programas "’La Escuela es Nuestra’, con un presupuesto de 13 mil 964 millones de pesos para este año, y ‘Expansión de la Educación Inicial’, con una asignación de 782 millones, con la finalidad de sujetar los subsidios a reglas de operación”.
Se nos informa que el plazo que tiene la Secretaría de Hacienda para entregar el Proyecto de presupuesto 2023 es el 8 de septiembre, sin embargo, la Estructura programática ya fue entregada a la Cámara de Diputados en la cual se establece para el 5o. año de este gobierno la eliminación y modificación de los programas ya mencionados.
Cabe señalar que para 2023 se prevé un total de 858 programas presupuestales, en contraste con los 873 previstos para el presente año “La reducción neta de 15 programas es el resultado de la incorporación de cinco de ellos en la estructura de los ramos, así como de la eliminación de 20 programas” ya señalados más arriba; lo curioso es que 168 de estos programas no tuvieron presupuesto desde este año 2022, por lo que es difícil que se les asigne algún recurso en 2023.
Como puede ver cualquier mente desprejuiciada, en esta lista en la que se enumeran algunos de los programas que desaparecerán a causa de la “Pobreza Franciscana” con lo cual el presidente pretende reunir dos billones de pesos para sacar adelante sus obras predilectas, se encuentran todos aquellos que beneficiaban a los más pobres en cuanto a salud, educación, becas, apoyo a mujeres violentadas, créditos a microempresas, proyectos productivos y apoyo a los estados para la atención de desastres naturales. Aunque tanto el presidente como la Secretaría de Hacienda aseguraron que no hay de qué preocuparse porque los ahorros se generarían cancelando los viajes al extranjero por parte de los funcionarios de la actual administración y evitando otros gastos relacionados con ello, lo cierto es que en esta lista ni siquiera se mencionan, lo que sí están haciendo es cumplir con el anunciado “barrido sobre algún tipo de fideicomisos que aún quedan por ahí” porque están barriendo con lo poco queda en pie en este tipo de apoyos como es el caso del Fondo de Reconstrucción de Entidades Federativas; y se sabe, además, que en varias instituciones educativas se está despidiendo a trabajadores para lograr los ahorros proyectados.
Con todo lo que hasta aquí se ha dicho nos podemos dar cuenta que nos encontramos ante un gobierno que decide por sí y ante sí lo que es bueno y malo para el pueblo de México, sin importar que con sus golpes de autoridad destruya los últimos apoyos destinados a los más pobres, como el caso de las llamadas Garantías Líquidas que consistían en congelar los intereses de los créditos, para que la gente pudiera pagarlos.
Queda claro que, si queremos ser escuchados, si queremos ser tomados en cuenta, debemos dejar de contemplar pasivamente la destrucción de nuestro país, debemos fortalecer nuestra unidad y manifestar abiertamente nuestra inconformidad. De lo contrario estamos condenados a tropezar una vez mas con la misma piedra y eternizar en el poder a quienes nos quieren matar de inanición.
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