De entrada, quiero dejar sentado que los triunfos obtenidos por los candidatos antorchistas en las pasadas elecciones del 6 de junio, por razones obvias, no se produjeron por la compra de votos, chantajes, uso de programas gubernamentales, por presiones y amenazas de los ‘Siervos de la nación’, por entrega de recursos económicos en efectivo o por el uso mafioso de la vacunación.
Los triunfos de los candidatos antorchistas, así como las derrotas muy cerradas donde perdimos (19, 20 ó 30 votos fueron la diferencia), son el resultado natural del trabajo honrado, leal, decidido y desinteresado, que durante más de 30 años han realizado los presidentes municipales y los líderes sociales surgidos del Movimiento Antorchista, en los municipios donde son gobierno o donde se tiene presencia política. La obra social realizada desde el poder municipal por funcionarios antorchistas, o por gestiones realizadas con honradez y decisión por nuestros dirigentes populares, ha sido tan amplia y profunda que ha transformado la faz de pueblos y colonias, tanto como la vida de los ciudadanos. Tan real es la transformación sufrida por los municipios, pueblos o colonias, que la ciudadanía asocia voluntaria o involuntariamente al Movimiento Antorchista, con paz, honradez, trabajo, bienestar y desarrollo, cultura y deporte.
Por tanto, el voto depositado en las urnas a favor de los candidatos antorchistas es un voto consciente, cimentado en la prestigiada labor de los líderes antorchistas; es resultado de una campaña austera, sin más recursos que la saliva de los camaradas antorchistas que se lanzaron a la calle a realizar más ampliamente la conocida labor antorchista entre los ciudadanos. Los triunfos obtenidos por Josué Elías Velázquez Bonilla en Huitzilan de Serdán y Rosendo Morales Sánchez en Santa Clara Ocoyucan son la expresión incuestionable de la voluntad del pueblo expresada en las urnas, para seguir siendo gobernados por elementos antorchistas.
Su triunfo es totalmente inobjetable porque se funda en votos que reflejan claramente la libre voluntad ciudadana; son votos que, para obtenerlos, no tuvieron que recurrir a ningún tipo de artimañas, pues su trayectoria limpia era y es garantía de triunfo. ¿Pueden argumentar lo mismo los candidatos de otros partidos, especialmente los de Morena y corifeos? Todo mundo está consciente, aunque lo callen, que las pasadas elecciones fueron elecciones de Estado, en las que como nunca antes se tiraron recursos al por mayor y se usaron los programas sociales tan desembozada como ilegalmente, para que alcanzaran triunfos los candidatos morenistas, aun sin hacer campaña. Abusando groseramente de la pobreza de la gente y de la ignorancia sobre el origen y funcionamiento de los programas sociales, unos aceptaron vender su voto y, otros, víctimas de la presión y las amenazas de los siervos de la nación, aceptaron (cosa nunca antes vista) votar por los candidatos de Morena, sin que hicieran campaña, sin conocimiento de la trayectoria política o física de los candidatos, requisitos mínimos olvidados para la emisión de un voto mínimamente consciente, ante el temor de dejar de percibir los apoyos en efectivo que otorga el gobierno de la 4T. Estos triunfos, ilegal, vergonzosa e inmoralmente obtenidos bajo presión, chantaje, abuso de poder y en contubernio con el gobierno no son sometidos a juicio y no son castigados. Por el contrario, ahí donde no dieron el resultado esperado, usando el poder represivo del Estado, tratan de imponer, groseramente, vía triquiñuelas legaloides, a los candidatos que no lograron conseguir, con todo el dinero y recursos del Estado, el triunfo anhelado. Vivimos una dictadura sin que haya lugar a dudas de ningún tipo.
En este contexto se inscriben los triunfos de José Elías Velázquez Bonilla en Huitzilan de Serdán y de Rosendo Morales Sánchez en Santa Clara Ocoyucan. Usando subterfugios legaloides, se quiere arrebatar el triunfo de estos dos candidatos, convirtiendo esta acción por la simple razón de no fundarse en hechos legalmente sustentados, en un atraco a plena luz del día, perpetrado por el gobernador del estado Miguel Barbosa Huerta.
Usar chicanas, a través de Instituto Estatal Electoral y del Tribunal Estatal Electoral, para invalidar los triunfos legítimos e inatacables de los candidatos antorchistas, es un abuso grosero del poder para reprimir la voluntad ciudadana. Por tanto, las protestas de los ciudadanos, que ven en las acciones del gobernador acciones mafiosas para arrebatarles su derecho a elegir y que violan sus derechos humanos a la libre determinación, son totalmente entendibles, perfectamente justificadas y dignas del apoyo popular. Por ello, las protestas de los ciudadanos de Huitzilan y de Ocoyucan, para defender su libertad a darse el gobierno que mejor convenga a sus intereses, tienen el respaldo del antorchismo poblano y nacional. Estamos decididos a plantarnos en el zócalo de la ciudad de México, para hacer del conocimiento de la opinión pública nacional y del presidente López Obrador, los intentos de Miguel Barbosa para acabar con lo poco que queda de democracia. En esta protesta el apoyo ciudadano es insustituible y es elemento decisivo para lograr el respeto a la voluntad popular.
Esperamos que la ciudadanía que, por la compra del voto y por el uso y abuso de los programas gubernamentales, vio burlada su decisión a darse un gobierno popular, se decidan a dar su apoyo con decisión a esta protesta, para detener, de una vez por todas, los atropellos del gobierno en turno, en éstas y en próximas elecciones.
El gobierno barbosista sabe que arrebatarle el triunfo a Josué Elías y entregar el poder a los Aco es entregar Huitzilan de Serdán a manos de criminales. ¿Debemos creer lo que es un rumor nacional? ¿Acaso es verdad la unión del crimen con el Estado? Barbosa sabe que entregar el poder a los Aco es volver a sumir a Huitzilan en el mismo clima de terror del que los Aco son autores materiales e intelectuales, donde se cometieron y cometen los crímenes más horrendos, siendo el más reciente de ellos el perpetrado contra el ilustre presidente municipal Manuel Hernández Pasión… ¿Qué compromisos lo obligan a ello?
Con el desconocimiento del triunfo de Josué Elías de manera tramposa se busca entregar el poder a los Aco, poniendo en grave, muy grave peligro, la paz y el desarrollo y el bienestar de un pueblo que, bajo la dirección antorchista, se ha convertido en el diamante de la sierra nororiental. ¿La vida de miles de indígenas nada importa a Barbosa? Ver para creer.
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