MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

REPRTAJE | Sin servicios básicos sobreviven pobladores de Nuevo Balsamar

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La comunidad fue construida tras los huracanes de 2013, pero aún no tiene agua, luz, drenaje ni certeza jurídica

A casi once años de haber sido reubicados tras las afectaciones de los fenómenos meteorológicos Ingrid y Manuel, en 2013, habitantes de la comunidad Nuevo Balsamar se manifestaron nuevamente en las instalaciones del Recinto Oficial del Poder Ejecutivo de Guerrero (ROPEG) para exigir la introducción de servicios básicos y audiencia con la gobernadora Evelyn Cecia Salgado Pineda.

Nuevo Balsamar, ubicada en el municipio de Eduardo Neri, es una comunidad creada tras la devastación de los huracanes y habitada por damnificados que llevan más de una década esperando servicios básicos.

Denuncian que continúan sin agua potable, drenaje, transporte, pavimentación de calles ni energía eléctrica. Este último servicio lo subsanan a medias, colgándose de postes de luz cercanos a la carretera Chilpancingo–Chichihualco, donde se ubica la localidad, en el kilómetro nueve. Tampoco cuentan con centro de salud, por lo que deben trasladar a sus enfermos a Chilpancingo o a Chichihualco, ambos municipios a unos veinte minutos de distancia.

Las familias afectadas fueron reubicadas en el predio denominado Nuevo Balsamar por parte de autoridades de la Sedatu, que entregaron un total de 210 casas inconclusas construidas en un terreno ignorado por los tres niveles de gobierno.

La promesa de ser reinstalados en una vivienda digna no avanza por la siguiente situación: desde su reubicación, el municipio de Leonardo Bravo, al que pertenecían, se ha desentendido de ellos porque el terreno donde les entregaron casas se ubica en Eduardo Neri, que también se ha desentendido por no reconocerlos como parte del municipio. Viven prácticamente en el abandono oficial.

En la última protesta, en abril de 2025, pidieron a la gobernadora morenista que visite la comunidad para que constate las condiciones precarias en las que sobreviven niños, jóvenes, mujeres, adultos y personas mayores por el abandono de los tres niveles de gobierno.

Los hechos

En septiembre de 2013, las torrenciales aguas y fuertes vientos del huracán Manuel y la tormenta tropical Ingrid destruyeron más de la mitad de las viviendas de la comunidad Balsamar, municipio de Leonardo Bravo. Unas familias reconstruyeron sus hogares y otras más, sin recursos económicos, aceptaron ser reubicadas en un predio que pertenece a los Bienes Comunales de Eduardo Neri, llamándolo Nuevo Balsamar. La Sedatu construyó para las 210 familias damnificadas pequeñas casas inconclusas —que siguen deteriorándose— que constan de dos recámaras, sala-comedor y baño. Algunos techos tenían lámina plástica y el lugar carecía de agua potable, drenaje y energía eléctrica.

La pobreza extrema y el abandono oficial se perciben a simple vista en las calles de terracería cubiertas de polvo blanco, en la quietud de la zona y en la gran cantidad de viviendas abandonadas por pobladores que buscan una mejor vida.

Los niños de la localidad continúan recibiendo clases en una galera de madera techada con láminas galvanizadas, algunas butacas, sin pizarrones ni escritorios.

A la fecha, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano no ha concluido la entrega oficial del predio donde se construyeron las 210 viviendas, de las cuales unas cien están abandonadas debido a la falta de servicios.

El conjunto habitacional no tiene certeza jurídica respecto a su ubicación municipal y, al no ser reconocidos como habitantes de Leonardo Bravo ni de Eduardo Neri, continúan abandonados, discriminados y en total indefensión. Nuevo Balsamar está totalmente olvidado por las autoridades, lamenta el comisario Bulmaro Cayetano. En tanto, Clemencia Guevara, representante de los pobladores, cuestiona dónde quedaron los recursos del Plan Nuevo Guerrero.

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