Aunque ya no es noticia, la inseguridad en Tijuana sigue en aumento; en esta ciudad multicultural que ha tenido un crecimiento exponencial tienden a crecer también en el número de asesinatos, robo a mano armada y otros delitos que no reparan en denuncia por ineficacia de las autoridades o por la burocracia que existen en muchas de estas dependencias; habrá que recordar que el “ranking” presentado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, ubicó a esta ciudad fronteriza como la quinta ciudad más violenta del mundo durante 2022.
¿Quién en Tijuana se siente seguro? Esta es la pregunta que muchos quieren responder, pero que nadie del gobierno pregunta, pues a saber que las respuestas no estarían en nada a su favor, omite este cuestionamiento y contrario a estos, pretende cuidar a los tijuanenses con más elementos, aunque esto no sea la verdadera salida al problema, pues ellos poco o nada han reducido los números de inseguridad, no se ha puesto en marcha un verdadero plan que combata los crímenes, no tanto contra el narcotráfico, sino los delitos que vulneran las seguridad de los ciudadanos.
Datos reveladores, explican que, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del Estado, en Tijuana durante enero de 2023 se contabilizaron 153 víctimas de homicidios dolosos y en lo que va de febrero (21) suman 110. Es decir, en promedio cinco delitos cometidos diariamente, solamente de los que son denunciados y de los que se lleva un proceso, porque cientos de las personas, por falta de tiempo o porque nunca tienen una solución, no lo denuncian.
Este problema ha crecido a la par con el crecimiento poblacional, pero ante las necesidades que tienen las colonias y por ende las familias, la situación se agrava cuando estas necesidades no son solucionadas, cuando viven en colonias que no cuentan con alumbrado público, cuando viven en colonias que no tienen siquiera una caseta de vigilancia, cuando no se tienen servicios tan indispensables como calles pavimentadas, todas estas necesidades han ahondado un poco más para que la inseguridad crezca, sin resolverse estos problemas, poco se resolverá la inseguridad, pues como dijo alguien, la pobreza es la madre de todos los males de la sociedad.
Antorcha ha propuesto cuatro ejes para el desarrollo del país, ejes estudiados y que han sido ejemplo en otras naciones como muestra de prosperidad; empleo para todos los mexicanos, pues quien tenga un empleo podrá alimentar a su familias y a la par de este punto, hemos propuesto que este empleo tenga salarios bien remunerados, que el salario alcance realmente para comprar la canasta básica y lo necesario para que una familias tenga lo indispensable para la vida cotidiana, sin preocupaciones de que no le alcance para los alimentos.
El tercer punto son los impuestos progresivos, que pague más quien gane más, las grandes empresas, se ha demostrado en varias ocasiones, pagan miserias de impuestos, cuando al mexicano que trabaja todos los días le cobran impuestos al igual que a muchos empresarios, por lo que el erario podría alcanzar bien para poder en marcha el cuarto y último eje, la distribución equitativa de esta riqueza generada, una distribución no en tarjetas, no en programas que solo garanticen votos, sino en materia de salud, vivienda, educación, que estos servicios a los que debiera tener acceso el mexicano sean bastos y de calidad.
Con estos puntos no se terminaría la inseguridad, está claro, pero con ello se disminuiría la necesidad, que muchos así lo ven, de delinquir, quien tenga un buen trabajo y un buen salario, no tendría que salir a las calles a robar, quien tengan acceso a la salud y a la educación de manera gratuita, no tendría la necesidad de buscar dónde tener más dinero para pagarla. La propuesta de Antorcha está dada, hoy le toca al pueblo impulsarla y hacer que esto sea posible, no por el bien de los antorchistas, sino por el bien de la nación entera.
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