Nuestro país vive uno de los años más difíciles en cuanto a seguridad. El incremento de robos, asaltos y muertes por el narcotráfico, que a toda luz se hacen presentes en México, ha dejado inerme a la población.
Ahora se vive con la desconfianza de hacer una vida más llevadera, las familias viven con preocupación al hacer hasta las actividades más indispensables como ir a dejar a sus hijos a las escuelas o en sus casas por el temor de ser sorprendidos por delincuentes.
Las cifras de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública y Urbana, realizada por el Inegi en el segundo trimestre de 2022, mostraron que el 67.4 por ciento de la población de 18 años y más consideró inseguro vivir en su ciudad, y ésta tuvo un incremento con respecto al porcentaje registrado en marzo 2022, que fue de 66.2 por ciento. Esto se suma a otros problemas como el alza de precios de productos de la canasta básica.
Según las estadísticas de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC), los homicidios dolosos en México tuvieron un repunte en el mes de septiembre, colocándose como el quinto mes más violento en lo que lleva este año 2022. Se contabilizaron un total de 2 mil 644 homicidios dolosos, 26 casos más que en agosto, de acuerdo con lo que reportó Rosa Icela Rodríguez Velázquez, titular de la dependencia.
Los estados con índices de homicidios más altos son Guanajuato, con 309 homicidios dolosos (con una masacre en el bar “El pantano”, en Irapuato, que dejó 12 muertos, ocupando el primer lugar durante varios meses); seguido por Baja California, con 233 homicidios; Estado de México, 264; Michoacán, 160; y Jalisco, 172 homicidios dolosos. Los datos revelan que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ya rebasó la barrera de 130 mil personas asesinadas (feminicidio y homicidio doloso); las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y de la SSCP revelan que, en esta administración, son asesinadas 34 mil 500 personas al año.
Es lamentable que López Obrador ignore la realidad, diciendo que no se debe caer en psicosis, cuando la crisis económica y la invasión del narcotráfico en el territorio mexicano está afectando la vida, de por sí ya difícil, de los mexicanos más pobres. Las medidas que el gobierno ha tomado no han rendido frutos.
Con el argumento de que México carece de un cuerpo policial bien educado, moralizado, entrenado y con el equipo suficiente que le permita hacer frente a las circunstancias, se ha optado por sacar a las calles a la Guardia Nacional, pero la realidad ha mostrado que tampoco esta política que se tomó abruptamente sin un análisis detallado de la realidad nacional y que probablemente tienen de fondo otros intereses que la seguridad de la población mexicana, ha funcionado, al igual que su política de abrazos, no balazos.
Estamos rebasados ante el problema. Hasta los jóvenes se han visto afectados, como lo que ocurrió con los estudiantes de Chiapas y Veracruz, que fueron intoxicados con cocaína. Ante esta difícil y lamentable situación, no queda más que unirse y organizarse para cambiar a nuestros gobernantes, por personas que busquen realmente resolver los problemas que padece México. Esa unidad de las mayorías puede hacerla el Movimiento Antorchista. No claudiquemos, los más afectados somos más
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