MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Tenemos derecho a aspirar a un mejor país

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El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer en la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) cuáles son las alcaldías más inseguras en la Ciudad de México de acuerdo con la percepción de sus habitantes.Este censo contiene datos que fueron registrados en el último trimestre de 2024 con la población mayor a 18 años de edad.

Como una de las alcaldías más inseguras se destaca Xochimilco: con un porcentaje de inseguridad de 71.6 %; le sigue Iztapalapa: con un porcentaje de inseguridad de 68.7 % y Álvaro Obregón: con un porcentaje de inseguridad de 66.2 %.

Los asaltos están a la orden del día y, a pesar de esto, el 92 % de los delitos que se cometen en la ciudad no es denunciado por miedo o desconfianza de los ciudadanos.

Por otro lado, el resultado de las demás alcaldías fue el siguiente: Iztacalco: con un porcentaje de 63.5 % de inseguridad; Tlalpan: con 63.2 %; Gustavo A. Madero: con 61.2 %; Tláhuac: con 60.6 %; Azcapotzalco: con 56.7 %; Magdalena Contreras: con un 55 %; Cuauhtémoc: con 53.9 %; Venustiano Carranza: con 47.7 %; Milpa Alta: con 47.2 %; Coyoacán: con 45.9 %; Benito Juárez: con 20.7 %; Miguel Hidalgo: con 40.2 % y Cuajimalpa: con 40.2 %.

Aunque estos son datos nuevos, recién desembolsados y dados a conocer, habría que preguntarnos si a los capitalinos nos resultan realmente nuevos, porque en la Ciudad de México, la ciudad presentada por los gobiernos en turno como la innovadora, la de derechos y un largo etcétera de adjetivos positivos, realmente este ha sido uno de los talones de Aquiles, uno de los problemas más sentidos y del que, desgraciadamente el 31.8 % de la propia población capitalina considera que la delincuencia y la inseguridad no mejorarán, al contrario, la situación empeorará.

Así que, los capitalinos saben que este es un grave problema que no ha sido atendido ni resuelto por los gobiernos de izquierda; que han gobernado a la ciudad desde hace más de 25 años, casi tres décadas de mantener el poder absoluto, con una gran bolsa de recursos recaudada a través del cobro de nuestros impuestos.

Ahí mismo, a quienes mantienen el poder en sus manos no se les ha ocurrido más que maquillar las cifras y disfrazar los pésimos resultados en este y otros rubros en los que sobresalimos pero como los peores.

Cada día que pasa a los habitantes de esta gran urbe nos debe quedar bien claro que aunque el partido en el poder y sus políticos se dijeron distintos a los demás, los hechos han hecho patente que el sol no puede taparse con un dedo, pues las cosas van de mal en peor y las necesidades no pueden ocultarse, mucho menos los problemas.

La inseguridad nos castiga a todos los capitalinos y nos mantiene con el Jesús en la boca, ya que sabemos que esta reina desde hace muchos años en la ciudad y se ha ido coludiendo con los propios cuerpos policiacos.

Toda esta maraña de problemas y como la “joya” de la corona, la inseguridad, no son más que el resultado de la desatención, del gobernar por gobernar, de no hacer un buen trabajo y sobre todo es resultado de la falta de inversión pública, que ha tenido como consecuencia un gran deterioro en la calidad de vida de millones de capitalinos.

Muchos capitalinos tienen la necesidad de salir de sus hogares desde tempranas horas para ir a sus empleos o a las distintas escuelas; sin embargo, el peligro acecha porque la inseguridad invade a la ciudad y pone en peligro la integridad de estos mismos trabajadores. 

Los asaltos están a la orden del día y, a pesar de esto, el 92 % de los delitos que se cometen en la ciudad no es denunciado por miedo o desconfianza de los ciudadanos en las autoridades; o sea, los datos que presenta el gobierno están maquillados y tienen el objetivo de esconder la realidad.

Vivimos en un país donde además la violencia y la inseguridad se han ido normalizando, aunado a las altas tasas de feminicidio y la violencia contra mujeres y niños.

Todos estos problemas son claramente visibles y laceran la vida de los que habitamos esta ciudad; por eso, es urgente y necesario, en primer lugar, que todos los hombres y mujeres de bien entendamos la gravedad de los acontecimientos y, en segundo lugar, que nos organicemos y exijamos a las autoridades un freno a la inseguridad.

Los capitalinos y todos los mexicanos tenemos derecho a aspirar a un mejor país, que sólo lograremos con la conciencia, la educación y la organización de todos.

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