MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Termina el sexenio, pero no los males de los mexicanos

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El domingo pasado, Andrés Manuel López Obrador rindió su sexto informe de gobierno en la plancha del Zócalo de la capital del país. Como de costumbre, destacó sus programas insignia, la controvertida reforma judicial, el combate a la corrupción, la desaparición de los órganos autónomos y hasta el incremento de las remesas como logros de suma importancia durante su gobierno.

Durante todo su discurso se notó triunfalista y advirtió que, con la llegada de Claudia Sheinbaum al poder, continuará la cuarta transformación.

No nos engañemos: en México el sistema de salud es pésimo y, a causa de ello, millones de mexicanos sufren al no poderse curar.

“Viene la estocada final al neoliberalismo y el encumbramiento del humanismo mexicano. Estoy más convencido que nunca de que lo mejor de México es su pueblo, heredero de civilizaciones que florecieron desde mucho antes de la llegada de los invasores europeos”, señaló el presidente.

Sin embargo, varias de sus afirmaciones resultaron ser verdades a medias, y algunas hasta rotundas mentiras. Una de ellas fue esta:

“Ya es una realidad que en 23 estados el sistema de salud universal y gratuito para personas sin seguridad social, conocido como IMSS Bienestar. Este sistema de salud pública ya es el más eficaz en el mundo. Dije que iba a ser el mejor, que iba a ser como en Dinamarca. No, no es como en Dinamarca, es mejor que en Dinamarca. Antes la compra de medicina y equipos médicos era un sucio negocio de traficantes de influencia y de políticos corruptos, hasta de comunicadores; hoy no. Con el mismo presupuesto se otorgan medicamentos gratuitos a todos los mexicanos sin seguridad social”, señaló.

Pero la realidad dice otra cosa. Para nadie es desconocido que, cada que alguna persona acude a solicitar una cita médica, estas son demasiado espaciadas, que son millones de pacientes a los que no se les surten sus recetas por falta de medicamento, problema que ni la mega farmacia pudo resolver, además de existir un sinfín de quejas por negligencia en prácticamente todo el sector salud.

Los datos más recientes de Coneval señalan que las carencias de salud aumentaron de 16 % a 39 % de 2018 a 2022, lo que significa que, durante este sexenio, son más de 50 millones de mexicanos los que no tienen acceso gratuito a servicios médicos, 20 millones más que antes.

En otro de sus análisis, Coneval demuestra que, durante este sexenio, bajó el porcentaje de surtimiento completo de medicamentos a la primera vez, en el primer nivel de atención.

La iniciativa Cero Desabasto del 2019 advirtió un acumulado de más de 10 mil reportes de desabasto de medicamentos en todo el territorio nacional. Del total de medicamentos solicitados entre el 29 de diciembre de 2023 al 20 de marzo de 2024, solo se entregaron 648, lo que representa un 9 % de efectividad. 

No nos engañemos: en México el sistema de salud es pésimo y, a causa de ello, millones de mexicanos sufren al no poderse curar. Y hay otras cifras que tampoco debemos olvidar. 

En los últimos seis años casi alcanzamos la cantidad de 200 mil homicidios dolosos y más de 100 mil desaparecidos, los cuales son buscados por las madres buscadoras, sin contar ni con la ayuda ni la empatía del Gobierno federal.

Ambas cifras demuestran que “la política de abrazos y no balazos” fue un rotundo fracaso que permitió a grupos delictivos adueñarse de importantes zonas del país; más de 55 mil extorsiones y más de 70 mil asaltos en carreteras y las cifras siguen creciendo.

Se nos prometió que la gasolina costaría diez pesos y hoy su precio es el más caro de la historia; hoy hay 1.5 millones de personas que viven en la pobreza extrema, lo que significa, entre otras cosas, que no tienen ni para comer tres veces al día; el crecimiento económico del país no alcanza ni el 1 % anual y la inflación sigue creciendo, y por ello los productos de la canasta básica siguen aumentando su precio.

Y todavía se podrían enlistar muchos males que deja este Gobierno morenista. Lamentablemente, una parte importante de la población se ha dejado deslumbrar por unas cuantas monedas que recibe en sus bolsillos al estar inscritos en alguno de los programas de ayuda económica que, una vez más, se usan para doblegar la conciencia de la gente y con ello pierden de vista que el país atraviesa por momentos sumamente complicados.

Dice el refrán: “no hay mal que dure 100 años, ni pueblo que lo resista”, y es muy cierto. Más pronto que tarde tendremos que salir del letargo y para ello sigue estando vigente la necesidad de que las masas se organicen y eduquen para que llegado el momento estén en condiciones de asaltar el cielo.

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